Cubanoamericano en gabinete de Trump bajo fuego por acuerdo con depredador sexual

Cubanoamericano en gabinete de Trump bajo fuego por acuerdo con depredador sexual

El abogado cubanoamericano Alexander Acosta, en medio de una tormenta. Foto: FIU

Por Redacción CaféFuerte

El único cubanoamericano en el gabinete de la administración Trump, el secretario de Trabajo, Alexander Acosta, está en el vórtice de una tormenta por la presunta violación de códigos legales en 2007 al sellar un benévolo acuerdo secreto con un multimillonario que estaba acusado de abuso sexual de menores.

El escándalo se desató luego de un artículo publicado por el diario The Miami Herald como parte de una serie investigativa, dedicada a indagar en  casos de perversión y manipulación de la justicia penal, y ha puesto en entredicho  la gestión de la fiscalía federal en el distrito sur de la Florida, que estuvo bajo la jefatura de Acosta entre 2006 y 2009.

En medio de las turbulencias éticas y judiciales, la posible candidatura de Acosta como Secretario de Justicia,  se ha ido al piso, según reportes de fuentes cercanas a la Casa Blanca. El nombre del abogado cubanoamericano se barajaba en una lista de candidatos para sustituir a Jeff Sessions, despedido por Trump a principios de noviembre después de criticarlo ionsistentemente por haberse negado a supervisar la investigación del asesor especial Robert Mueller sobre la posible colusión rusa en las elecciones presidenciales de 2016.

Violación de leyes federales

De acuerdo con el artículo, los fiscales federales, dirigidos por Acosta, no solo infringieron  las normas legales, sino que habrían conspirado con abogados defensores para eludir el escrutinio público y engañar a los agraviados en violación de la Ley de Derechos de las Víctimas de Delito. Esta legislación asigna a las víctimas una serie de derechos, incluido el derecho de notificación de cualquier proceso judicial y la oportunidad de comparecer en la sentencia.

En cuestión, las implicaciones de Acosta son suficientemente peliagudas como para poner incluso en cuestionamiento su labor al frente del Departamento de Trabajo, que incluye la supervisión de leyes laborales relacionadas con el tráfico sexual.

El financista Jeffrey Epstein.

El foco de atención sobre Acosta es el acuerdo sellado con el acaudalado financista Jeffrey Epstein, de 65 años y residente en Palm Beach, acusado por abusar sexualmente de decenas de niñas menores de edad desde comienzos de 2000.

En marzo de 2005, una mujer contactó al Departamento de Policía de Palm Beach de Florida y alegó que una hijastra de 14 años había sido llevada a la mansión de Epstein y le pagaron $300 dólares para desnudarse y darle masajes al financista. La acusación desató una investigación de 11 meses que involucró al FBI, con entrevistas a cinco presuntas víctimas y 17 testigos bajo juramento. Un posterior registro en la casa de Epstein encontró gran número de fotos de niñas, algunas entrevistadas ya en el curso de la investigación.

Traficante de menores

El caso estuvo listo hacia mediados de 2006. El FBI había hallado que el excéntrico financista era también sospechoso de traficar niñas menores desde el extranjero  para fiestas sexuales en sus mansiones en Manhattan, Nuevo México y el Caribe.

Frente a una acusación federal de 53 páginas, Epstein podría haber terminado en una prisión federal por el resto de su vida.

Pero todo se resolvió mediante el compromiso  pactado durante un desayuno  en el Hotel Marriott de West Palm Beach entre Acosta y el abogado defensor de Epstein, Jay Lefkowitz. Acosta y  Lefkowitz habían sido colegas en el prestigioso bufete Kirkland & Ellis, en Washington DC, en los años 90.

El acuerdo secreto incluyó que Epstein serviría solo 13 meses en la cárcel del condado Palm Beach, sino que se cerrara una investigación en curso del FBI sobre otras presuntas víctimas y  la participación de personas poderosas  en los delitos sexuales del acusado, según miles de correos electrónicos, documentos judiciales y registros policiales revisados por The Miami Herald.

Silencio en casa

El pacto requería que Epstein se declarara culpable de dos cargos de prostitución en un tribunal estatal, como ocurrió en junio de 2008.

A su vez, Epstein y cuatro de sus cómplices nombrados en el acuerdo recibieron inmunidad de todos los cargos penales federales. Pero aún más inusual, el acuerdo incluía una redacción que otorgaba inmunidad a “cualquier posible conspirador” que también estuviera involucrado en los delitos del acusado. Los cómplices o participantes no se identificaron en el acuerdo, lo que lo dejó abierto a la suspicacia o interpretación, ya que posiblemente se refiriera a personas influyentes que tenían relaciones sexuales con niñas en las diferentes casas de Epstein o en su avión privado.

Entre los amigos de Epstein se encontraban el ex presidente Bill Clinton, el empresario Donald Trump,  el Príncipe Andrew, duque de York, el cineasta Woody Allen y el actor Kevin Spacey, Clinton había viajado en el jet privado del financista en 26 ocasiones.

Acosta aceptó -en violación de las exigencias de la ley federal- que el acuerdo se mantendría fuera del conocimiento de  las víctimas. Como resultado, el acuerdo fue sellado hasta que fue aprobado por el juez, evitando así cualquier posibilidad de que las víctimas o cualquier otra persona pudieran presentarse ante el tribunal y trataran de descarrilarlo.

Traumas del pasado

Además de Lefkowitz, el poderoso equipo legal de Epstein aglutinó además a personalidades como Gerald Lefcourt, Alan Dershowitz y Ken Starr.

Muchas de las víctimas, aún traumatizadas por su pasado, creen que fueron traicionadas por los mismos fiscales que prometieron protegerlas y han iniciado acciones legales contra Epstein. Un caso civil está fijado para ventilarse en un tribunal de Palm Beach el 4 de diciembre.  Algunas de las menores abusadas por Epstein provenían de familias desamparadas, sin hogar.

Acosta, de 49 años, es una estrella en ascenso del Partido Republicano y estaba considerado como una influyente figura en la comunidad hispana en Estados Unidos.

Nacido en Miami en 1968, hijo de padres cubanos exiliados, recibió sus primeros estudios en el prestigioso colegio Gulliver de Miami y luego fue a la Universidad de Harvard, donde obtuvo una licenciatura en Economía y seguidamente se graduó de la Escuela de Leyes, en 1993.

Agresivo contra el fraude

Tras graduarse de Harvard, sirvió como asistente de Samuel Alito, entonces juez del Tribunal de Apelaciones del Tercer Circuito, y en 1995 se incorporó al bufete de abogados Kirkland & Ellis, donde se especializó en temas laborales,

El presidente George W.Bush lo nombró al frente de la fiscalía federal del Distrito sur de la Florida en el 2006. En el cargo de fiscal federal, procesó a numerosos acusados ​​de alto perfil, entre ellos a Jack Abramoff por fraude y al puertorriqueño José Padilla por terrorismo, y dirigió esfuerzos para perseguir  varios casos de estafas bancarias. Uno de sus casos más sonados fue contra el banco suizo UBS, que terminó pagando  $780 millones en multas a Estados Unidos por permitir el uso secreto de cuentas en Suiza para evitar impuestos en territorio estadounidense.

Desde la fiscalía de Miami, Acosta también lideró la batalla para combatir los casos de tráfico de contrabando humano desde Cuba y de fraude al Medicare.

En 2009 fue nombrado decano de la Escuela de Leyes de la Universidad Internacional de la Florida, cargo que desempeñó hasta su designación como secretario de Trabajo en febrero de 2017.

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