Elecciones presidenciales 2020: Un modelo para discernir entre Biden y Trump

Elecciones presidenciales 2020: Un modelo para discernir entre Biden y Trump
"Trump vs Biden". Óleo de Scott Emerling, 2020

Por Arnaldo M. Fernández

En 1981 el historiador neoyorquino Allan Lichtman y el geofísico matemático moscovita Vladimir Keilis-Borok publicaron en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences [PNAS] un modelo de predicción de quién ganaría las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El modelo aplica la metodología del reconocimiento de patrones propios de la geofísica a la teoría sociopolítica de la votación pragmática.

Ahora que acaba de concluir el primer debate presidencial en Cleveland, Ohio, con un intenso intercambio de descalificaciones mutuas, conviene volver sobre las siempre útiles coordenadas del modelo Lichtman-Keilis-Borok. El encuentro Biden-Trump distó mucho del vigor intelectual necesario para ganar la preferencia electoral de los indecisos y mucho menos para  cambiar las preferencias, y simplemente prosiguió, como era de esperar, la tradición del mero espectáculo de dimes y diretes que viene aquejando a la propaganda política.

Este es un indicio indubitable del declive general de la cultura política en Estados Unidos.

El pragmatismo del votante se entiende como determinado por el desempeño del partido en control de la Casa Blanca antes que por las peripecias de agitación y propaganda de la campaña electoral. Si el electorado está contento con el partido en ejercicio del poder ejecutivo, ese partido gobernará cuatro años más. De lo contrario, tiene su turno la oposición.

Lichtman y Keilis-Borok identificaron inicialmente doce indicadores a valorar para discernir qué partido se llevaría el triunfo y añadieron otro al dar a imprenta The Keys to the White House (Madison Books, 1996). Así mismo fijaron como regla que el partido gobernante prevalecería en el voto popular ya sólo con cinco o menos indicadores en contra.

La predicción se torna entonces más compleja por el Colegio Electoral como clave decisoria. Para las elecciones que ya vienen llegando, Lichtman mismo valoró siete claves (subrayadas más abajo) en contra de Trump y en consecuencia predijo la victoria de Biden:

  1. Autoridad del partido gobernante: Después de las elecciones intermedias, el partido en el poder ejecutivo tiene más escaños en la Cámara de Representantes que en las elecciones intermedias anteriores.
  2. Competencia interna: No hay competencia seria para la nominación del candidato del partido en ejercicio del poder ejecutivo
  3. Titularidad: El candidato del partido en ejercicio del poder ejecutivo es el presidente en funciones
  4. Tercero excluido: No hay tercer partido ni campaña electoral independiente de peso
  5. Economía a corto plazo: La economía no está en recesión durante la campaña electoral
  6. Economía a largo plazo: El crecimiento económico per cápita real durante el término presidencial igual o superar el índice promedio de los dos términos precedentes
  7. Cambio de política: La administración en funciones ha efectuado cambios significativos en la política nacional
  8. Malestar social: No hubo disturbios sociales sostenidos durante el término presidencial
  9. Escándalos: La administración en funciones no ha sido afectado por escándalos significativos
  10. Fracasos militares y en política exterior: La administración en funciones no incurrió en fiasco significativo de índole militar ni de política exterior
  11. Éxitos militares y en política exterior: La administración en funciones logró algún éxito importante de índole militares o de política exterior
  12. Carisma: El candidato del partido en el poder ejecutivo es carismático o un héroe nacional
  13. Carisma del opositor: El candidato de la oposición no es carismático ni héroe nacional

La metodología del reconocimiento de patrones se aplicó a las elecciones de 1860 en adelante, que abrió el camino a la competencia sostenida entre republicanos y demócratas con el Partido Republicano de Abraham Lincoln frente a las banderías demócratas del norte y del sur, lideradas respectivamente por Stephen Douglas y John Breckinridge.

Todas las predicciones del ganador del voto popular fueron acertadas, excepto en el caso de Trump. El modelo predijo que ganaría el voto popular en 2016 y no fue así, aunque sí ganó la votación en el Colegio Electoral.

Algunos indicadores encierran cierto grado de apreciación subjetiva, pero la tabla de valoración parece ser un divertimento más sano que enzarzarse en dimes y diretes o en el análisis de los resultados de encuestas sociológicas concretas.

Hay que tener en cuenta otra variable sociopsicológica [o psicosociológica] que se asocia al voto y los psicólogos judíos Amos Tversky y Daniel Kahneman (Premio Nobel de Economía en 2002) explicaron como aversión a la pérdida: la gente prefiere votar más bien para evitar el efecto de política desfavorable que para apoyar una política favorable.

Como se atribuye al físico danés Niels Bohr, hacer predicciones será siempre muy difícil, sobre todo cuando se trata del futuro.

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