Excluidos del Parlamento cubano sobrevivientes de la guerrilla del Che en Bolivia
El General de Brigada Harry Villegas Tamayo, sobreviviente de la guerrilla del Che Guevara, ahora excluido del parlamento cubano.
La exclusión de Ricardo Alarcón de Quesada como candidato a la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, es la ausencia más notable de la lista de 612 diputados nominados que irán a elección el próximo 3 de febrero, pero no la única.
Aunque sus casos han pasado sin llamar la atención de analistas políticos y corresponsales extranjeros, ausentes de la candidatura parlamentaria están también dos hombres que combatieron junto al Ché Guevara en Bolivia y lograron llegar a Cuba tras el fracaso guerrillero en las selvas suramericanas: el General de Brigada Harry Villegas Tamayo, alias Pombo, y el coronel Leonardo Tamayo Núñez (Urbano).
¿Se trata de un simple remplazo generacional, una petición de los veteranos combatientes guerrilleros o una decisión calibrada de Raúl Castro? Las contradicciones políticas y conceptuales entre Raúl Castro y el Che Guevara son bien conocidas, y no sería descabellado pensar en que en el ocaso de sus días, con el máximo poder en sus manos, el General de Ejército esté tratando todavía de ajustar cuentas y borrar de su entorno a quienes no forman parte de sus afinidades más profundas.
Biografías impecables
De cualquier manera, valdría preguntarse a qué obedecen esta omisión de dos figuras históricas de mil batallas cuando otros veteranos combatientes, ya octogenarios, permanecen en el órgano legislativo y otras altas esferas gubernamentales.
El general Villegas Tamayo, de 72 años, fue el único combatiente que acompañó al Che en todas sus campañas guerrilleras desde la Sierra Maestra, pasando la incursión africana del Congo y luego en tierras bolivianas. Se sumó desde muy joven a la lucha insurreccional contra el régimen de Fulgencio Batista como miembro de una célula de acción y sabotaje, fue integrante de la columna invasora “Ciro Redondo” comandada por el Che, y participó en las batallas contra insurrectos en las montañas del Escambray antes de irse al Congo en misión de combate.
Tras su retorno a Cuba, reintegrado a las Fuerzas Armadas, Pombo cumplió tres misiones internacionalistas en Angola y ostenta el título de Héroe de la República de Cuba. Es miembro del Comité Central del Partido Comunista y diputado a la Asamblea Nacional desde su constitución en 1976. Se desempeñó como vicepresidente secretario ejecutivo de la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).

Coronel Leonardo Tamayo Núñez, Urbano.
Tuve la oportunidad de trabajar con tres miembros de la seguridad personal del Che que tras su partida a Bolivia pasaron a la escolta de Fidel Castro: Cesareo Rivero Crespo, Esteban Brito Lorenzo (fallecido) y Elvin Fontaine Ortiz, alias El Colorao.
Con todos ellos tuve la oportunidad de conversar en múltiples ocasiones, pero fue de Cesareo de quien obtuve mas información sobre el Che.
Anécdotas del Che
Cesareo fue de los últimos miembros de la seguridad que se mantuvo con el Che en las lomas de Pinar del Río en los días de la preparación del grupo de guerrilleros que posteriormente partiría rumbo a Bolivia en 1966. Allí Cesareo se desempeñó como cocinero personal del Che en su área de descanso y comedor, apartados del resto del grupo guerrillero.
En ese lugar el Che transformó su fisonomía y recibió un pasaporte falso, a nombre de Luis Hernández Galves, con el que salió definitivamente de Cuba. Luego de paradas en diferentes países, ingresó a Bolivia como un comerciante uruguayo nombrado Adolfo Mena Gónzalez.
Cuando el Che era ministro de Industrias vivia con su familia, su esposa Aleida March y sus hijos, en Tarará, al este de la capital cubana. Cesareo me contó que el Che desayunaba, almorzaba y cenaba en el ministerio, pero exigía que en su casa de Tarará sólo se consumieran los alimentos que pudieran conseguir, sin aceptar nada proveniente de otro lugar, ni siquiera del Estado. En ocasiones en que llegaba a su casa y encontraba algún alimento enviado por un compañero para la alimentación de sus hijos, montaba en cólera y los botaba o los hacía devolver. El gesto de austeridad revolucionaria pudiera parecer muy encomiable, solo que habría que tener en cuenta que la decisión la tomaba un hombre bien alimentado, ajeno a las necesidades de su propia familia.
Siempre he pensado en este relato de Cesareo como demostrativo no del estoicismo del revolucionario, sino de la insensibilidad del ser humano hacia sus seres queridos. En esos años me he podido explicar la crueldad del Che a partir de esta sencilla anécdota de andar por casa. No hay mito de generosidad que pueda resistir semejante evidencia de insensates hacia el entorno familiar.
Otra anécdota cuenta más del despotismo del Che hacia sus semejantes. En ocasiones en que se encontraba en lugares públicos, actos y visitas a fabricas, gustaba de señalar con el dedo a los miembros de la seguridad personal que lo acompañaban para protegerlo, calificándolos como improductivos y parásitos de la sociedad.
De las arbitrariedades, los fusilamientos y los falsos valores que caracterizaban a este siniestro personaje tienen aún mucho que contar Pombo y Urbano. Tal vez ahora, sin mayores responsabilidades, comiencen a escribir otras memorias de la guerrilla y la revolución por la que lucharon y estuvieron dispuestos a dar sus vidas.
*Juan Reynaldo Sánchez fue escolta personal de Fidel Castro entre 1968 y 1994, con grados de teniente coronel. Fue destituido y cumplió prisión en Cuba. Logró abandonar la isla en el 2008 y actualmente reside en Miami. Tiene en preparación un libro sobre su experiencia en la seguridad personal del gobernante cubano.
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