La Reina se despide: Monica Vitti, al final de la aventura del cine y la vida
El cine y la cultura contemporánea han perdido hoy uno de sus símbolos más dominantes, una actriz que cambió las perspectivas de mirar y hallar verdades en las películas de su época, más allá de la belleza que irradiaba.

El cine y la cultura contemporánea han perdido hoy uno de sus símbolos más dominantes, una actriz que cambió las perspectivas de mirar y hallar verdades profundas en las películas de su época, más allá de la belleza que comportaba su imagen: Monica Vitti (1931-2022), la musa de La Aventura de Antonioni, falleció en Roma, la ciudad que la vio nacer hace 90 años y que le sirvió de espléndido escenario a sus mejores creaciones.
Fue la diosa indiscutible de una época de esplendor, Reina del Cine italiano, que es mucho decir. Su versatilidad, su recia personalidad dramática capaz de desdoblarse para la comedia más chispeante, su inteligencia de mujer adelantada, la situaron desde hace rato entre los mitos del cine.
Monica va a ser recordada especialmente por su trilogía de la alienciación con Antonioni, que reveló el mal de una década, los síntomas de una decadencia que se ha hecho ostensible -y al parecer incurable- con la entrada del siglo XXI : La Aventura (1960), La Noche (1961) y El Eclipse (1962), que parecen hechas para los días de hoy, cada vez más conectados a redes y tecnologías, pero cada vez más incomunicados y deshumanizados.
Trabajó con otros grandes del cine mundial como Joseph Losey, Ettore Ecola, Mario Monicelli, Miklos Jancsó… Hizo comedias exquisitas con Alberto Sordi y Nino Manfredi; se codeó con Claudia Cardinale, Ursula Andress, Vittorio Gassman, Marcello Mastroianni, Dirk Bogarde, Alain Delon, Tony Curtis; ganó todos los premios a su alcance y también se agenció la adoración del público.
Amó con intensidad y pasión tanto en el arte como en la vida, y terminó enamorándonos a todos.
Hizo su última aparición pública en 2002 y se refugió en silencio luego del diagnóstico de Alzheimer en 2011.
Adiós, Monica Vitti. Gracias por tu candor y tu genialidad. Se te extraña desde hace mucho tiempo.