Haydée Milanés: «Cuba está demasiado mal como para quedarme callada»
La artista, radicada en Miami, presentará próximamente un material inédito junto a su padre, Pablo Milanés, y ofrecerá conciertos en Guatemala y España para mediados de año.

Por Jaime Masó Torres
Se ha creído que es más fácilhablar de música que de política y que la mezcla de ambos mundos deja secuelas –y consecuencias– en el artista. De un lado están los que afirman, a pecho abierto, que el arte no tiene ideologías y cuando critican algo lo hacen sottovoce desde una (im)postura más rayana a la hipocresía que a la misma verdad.
Otros sienten que esa solapada indiferencia política termina siendo un acto incoherente, producto del miedo a perder influencias e intereses, como les sucede hoy a buena parte de cantantes, pintores, actores y escritores que siguen viviendo en Cuba, la dolorosa. Enfermos de kastroenteritis crónica,
como lo definió Guillermo Cabrera Infante, este grupo encuentra bienestar en la sombra y en la medida en que sea más compleja la situación social en la isla, les será prudente, no ver, no sentir, no hablar. O virar la cara, que también es cómodo.
Para desgracia de unos y suerte de miles, Haydée Milanés (La Habana, 1980) entiende que no existe arte sin compromiso y que la farsa de un sistema arcaico como el cubano, no merece ningún tipo de respaldo ni encima, ni fuera del escenario. Por eso, Haydée no espera, actúa, y todo ello lo hace sin perder la ternura, bajo un estricto rigor y en permanente estudio.
Su valentía en estos años ha sido monumental cuando la sórdida maquinaria del poder (y algún que otro trasnochado) se ha abalanzado contra ella para borrarla o minimizarla. Su modo de defensa es con música y su escudo el talento, acompañado de la belleza y el buen gusto que le tocó por herencia. A Haydée hay que quererla y preservarla como la joya que es, para oírla cantar siempre una canción de su padre, o de Marta Valdés, o al lado de Joaquín Sabina, de Carlos Varela.
Haydée nos sorprende con buena música, es una apuesta segura y en días como hoy eso merece, cuando menos, respeto.

La Habana dentro de mí
¿Te va lastimando el hecho de ser una artista cubana en el exilio? ¿Te consideras así? ¿Pudiera interpretarse como el súmmum de tu oposición directa y clara contra el régimen de La Habana?
Sí, creo que la canción “Duele” ha sido la proyección más clara que he tenido en mi música en contra de la dictadura cubana. Llevaba mucho tiempo queriendo plasmar en mis canciones los sentimientos e ideas que me persiguen, inevitablemente, en cuanto a la realidad de Cuba y de los cubanos. Irse de tu país no es algo natural, y pienso que casi nadie lo hace porque quiere, sino porque de alguna manera se ve obligado. Mi caso no es diferente y todos los días extraño Cuba y especialmente mi ciudad de La Habana, aunque sé que esa Habana solo existe dentro de mí, de nosotros, porque cada día este más destruida e inhabitable, pero no lo puedo evitar, es mi ciudad y la amo profundamente. Yo no dejo de preguntarme, ¿por qué los cubanos tenemos que vivir fuera de Cuba? ¿Cuánto tiempo más vamos a permitir el no tener derechos en nuestro país? Creo que la solución está en manos de todos los cubanos, porque la realidad es que Cuba no le interesa a nadie más.
Hay quienes dentro de Cuba dicen que estar censurado es una puerta abierta al mercado de Miami. ¿Te has sentido bien recibida en esa ciudad, artísticamente hablando? ¿Tu modo de hacer música ha cambiado, te ha permitido componer de una forma diferente, quizás nostálgica?
Decir que estar censurado en Cuba abre puertas es parte de una estrategia creada por la dictadura para desacreditar a las personas. No creo que tener una postura crítica dentro de la isla o fuera de ella abra ningún mercado o atraiga público, más bien, todo lo contrario. Si bien es cierto que una parte de exilio está muy al tanto de lo que pasa en la isla y les toca el corazón, o sea, les interesa y les duele la situación por la que están pasando los cubanos, tristemente la mayor parte de la comunidad cubana (y no cubana) es bastante apática sobre lo que está pasando en Cuba. En la mayoría de los casos se desconectan y no les interesa saber sobre la realidad de la isla. Me doy cuenta que en ocasiones esto ocurre por cansancio, por lo doloroso que resulta la realidad cubana o por la impotencia de no poder cambiar las cosas. Pero también he visto a mucha gente, a las que verdaderamente no les interesa, por inconsciencia, en muchos casos, o incluso por conveniencia. Hay un grupo de cubanos que ha encontrado la manera de lucrar con la miseria; encontraron una oportunidad en medio del caos, como dice el dicho, a río revuelto…Tengo que decir que, a la mayor parte del público, específicamente en Miami, les interesa más ir a ver los artistas que no tocan los temas sociales y políticos, y que más bien promueven el olvidarse de esas realidades. Te podría decir que ser un artista comprometido con la realidad cubana es algo que más que abrir puertas, te las cierra. Pero Cuba está demasiado mal como para quedarme callada.

En tiempo de bachata
Desde hace unas semanas circula un nuevo tema en tiempo de bachata (“Un amor que se demora”) y en redes sociales hay quienes se asombran de este giro, acostumbrados, en los últimos tiempos, a una Haydée más cerca del feeling, el bolero… ¿Cómo respondes a ello?
Esa canción desde que comencé a componerla la concebí como una bachata. Creo que tener ese género en mi mente tiene que ver con el hecho de que he escuchado muchísimo a Juan Luis Guerra desde que soy una niña; de hecho, es uno de mis grandes ídolos. También descubrí a Vicente García en mi viaje a Santo Domingo en 2018; él es un joven dominicano que me ha cautivado con su música y tiene unas bachatas muy bellas. Independientemente de ello, creo que la música es una y la verdad es que me gusta experimentar con los géneros musicales que no siento alejados de mí, sino más bien, siento que forman parte de la música que ha estado en mi radar toda la vida. No veo nada de malo en acercarme a estas músicas siempre y cuando esté dentro de mis posibilidades hacerlo de una manera digna y original.
¿Podemos esperar más de esa mancuerna Haydée/Kelvis Ochoa?
Con Kelvis Ochoa tengo una gran afinidad y componer con él se hace muy divertido y natural. Creo que nos complementamos muy bien musicalmente. Hemos hecho varias cosas juntos, así que pueden esperar más cosas de esta dupla.
¿Qué tanto se demora la llegada de ese otro disco del cual nada se sabe? Nos sentiríamos privilegiados si nos dieras un avance...
El disco nuevo es este que ya estas escuchando, con “Duele”, “Un amor que se demora” y otras canciones que irán saliendo más adelante. Todas son de mi autoría, en colaboración con otros compositores como Kelvis Ochoa, Yadam González y El B, en el caso de “Duele”. También estaré presentando dentro de muy poco un material inédito junto a mi padre, que como te imaginas guardo con gran cariño. Creo que este material será muy bien recibido por el público.
Hace unos meses se te vio en Madrid y a juzgar por las reseñas fueron presentaciones muy bien recibidas. ¿Fuera de Estados Unidos tienes otras propuestas para los próximos meses? ¿Podríamos esperar otra colaboración?
La experiencia en España fue muy hermosa y el recibimiento fue increíble. Toqué por primera vez en Recoletos Jazz Madrid, un espacio exquisito que atrae un público muy respetuoso y culto. Es un lugar muy acogedor que ha ido ganando gran prestigio entre los clubes de jazz a nivel mundial. Ahora a finales de mayo me estaré presentando en Guatemala en el Festival Latinoamérica Cuenta, y en junio regresaré a Madrid para hacer unos conciertos en homenaje a Marta Valdés junto al gran contrabajista Javier Colina, lo que para mí será un gran privilegio, una grandísima alegría musical. Estos conciertos se darán nuevamente en Recoletos Jazz Madrid.
Adentrándome un poco en la Haydée más íntima, ¿cómo está tu familia? ¿Qué tal la experiencia de trabajar con tu esposo en la realización de los videos-clips?
Me siento muy tranquila trabajando con Alejandro Gutiérrez, porque confío en su buen gusto y su experiencia como realizador. Es sumamente refinado y moderno, eso me gusta mucho. Tiene un equipo de profesionales que lo acompaña desde hace más de diez años que es nuestro gran apoyo, como Ernesto Calzado en la fotografía y Erdwin Ramírez en el maquillaje y peinado. Alejandro conoce mis canciones y mi estilo a profundidad y por eso siempre logra encontrar un acompañamiento visual muy atinado para cada canción. Además, cuida de mi imagen como nadie lo podría hacer.

¿Todavía tienes tiempo para leer?
Leer es algo que pocas veces dejo de hacer porque le hace mucho bien a mi espíritu. Ya sea una novela, cuentos, biografías o historia. Ahora me estoy leyendo el libro Celia en Cuba (1925-1962), escrito por la gran investigadora y amiga Rosa Marquetti. Este libro está contribuyendo a que siga conociendo sobre esa grande de la música cubana, que últimamente encuentra las más impensables maneras de aparecérseme por aquí y por allá. Un autor que no se despega de mis lecturas es Guillermo Cabrera Infante. Disfruto muchísimo leerlo y cada vez que llega a mis manos algo de él, lo devoro inmediatamente. En estos días comencé a leer Vista del amanecer en el trópico.
HAYDÉE MILANÉS Y EL B EN “DUELE”