Patrimonio a crédito: ¿Qué buscan las nuevas medidas del gobierno cubano?

Los cubanos podrán entregar sus autos como garantía para obtener crédito bancario. Foto: Héctor Delgado

Los cubanos podrán entregar sus autos como garantía para obtener crédito bancario. Foto: Héctor Delgado

Por Emilio Morales*

El gobierno cubano ha puesto en marcha una ampliación del acceso de los trabajadores particulares a los créditos bancarios, que hasta ahora los ciudadanos solo podían respaldar con dinero.

Las instrucciones 1 y 2/2013 del Banco Central de Cuba y la resolución 80/2013 del Ministerio de Finanzas y Precios dan luz verde para que las instituciones bancarias permitan a los cubanos -como sucede en otras latitudes del mundo- presentar activos no monetarios como garantías de pago, entre ellos joyas, alhajas, prendas preciosas, objetos de valor cultural (cuadros, piezas de arte), automóviles, bienes agropecuarios, solares yermos y viviendas de descanso o veraneo. Es decir, un beneficio extendido para una minoría de la población.

La decisión gubernamental extiende el alcance de algunas opciones puestas en práctica en diciembre del 2011, cuando comenzó a aplicarse una nueva política crediticia que favoreció las labores del sector privado, los agricultores y los ciudadanos de a pie interesados en construir o mejorar sus viviendas.

Con las medidas del 2011, los beneficiados debían demostrar al banco la fuente potencial de ingresos que emplearían para pagar el crédito estatal, lo que implicaba garantías adicionales como depósitos bancarios del solicitante o de terceras personas, y el compromiso jurídico de un garante para abonar el monto del préstamo en caso de que el deudor no pudiera hacerlo.

Comprometiendo al deudor

¿Hacia dónde se enrumba entonces este nuevo paso? Se trata de expandir las modalidades para ofrecer garantías de pago por parte de los deudores como parte de la llamada “actualización del modelo económico” que ha echado a andar Raúl Castro desde su llegada al poder.

A favor, debe reconocerse que las instituciones financieras tratan de ponerse al día con los procedimientos mundialmente establecidos, pues hasta ahora sólo aceptaban garantías líquidas para los créditos concedidos.

Las medidas comprenden también la implementación de una estructura de verificación y control de los bienes negociados como activos, con la intervención de dependencias del CIMEX y de los bancos. Las disposiciiones anunciadas aseguran que la certificación del valor de los bienes que se entreguen al banco en garantía “tomará en cuenta los precios del mercado”.

También las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) pueden constituir fondos de garantías y beneficiar a los miembros que soliciten créditos, según previo acuerdo adoptado internamente con los directivos de la CCS.

Si la deuda se extingue, el banco notificará al registro correspondiente la cancelación de la inscripción del bien puesto en garantía. Los bancos custodiarán los bienes otorgados hasta la amortización del crédito y, en caso de incumplimiento de las obligaciones de pago del deudor, procederá a la venta de los muebles o inmuebles en custodia.

Entusiasmo oficial

Con entusiasmo, la prensa oficial ha comentado que esta estas medidas clasifican “como una de esas decisiones que contribuyen a dar integralidad al proceso de actualización de la economía cubana” y permiten “ir eliminando progresivamente los obstáculos”.

La realidad es que estas resoluciones son limitadas y no acaban de dar el paso para que las viviendas puedan ser el garante de un crédito. La vivienda es el mayor patrimonio que tienen hoy día los cubanos después de 50 años.

En el trasfondo, la medida busca estimular las inversiones en el sector privado, pero la estructura creada para otorgar los créditos tiene muy escaso alcance. Es presumible que no se disponen de los recursos financieros necesarios para otorgar grandes créditos.

Las resoluciones muestra además que hay miedo al riesgo político de aplicar medidas más profundas. La falta de créditos internacionales para desarrollar la economía y estimular el crecimiento del sector privado sigue siendo un obstáculo mayor para el avance de las reformas.

Es por ello que el anuncio de una nueva ley de inversiones despejará muchas dudas sobre hacia dónde van las reformas de Raúl Castro. Si a los cubanos residentes en el exterior les permiten invertir en la isla, las cosas podrían cambiar 180 grados en el tema de los otorgamientos de créditos y el desarrollo del sector privado. Mientras tanto,  seguirán las resoluciones-parche para intentar estimular el cambio de la economía nacional.

El quinquenio de la verdad

El desarrollo del sector privado requiere de créditos imprescindibles para el arranque inicial de cualquier negocio. Educar a los nuevos empresarios cubanos a cómo adquirir y usar el crédito no son tareas que se se cumplen convirtiendo a los bancos en una casa de empeño institucional como pretenden las medidas anunciadas esta semana.

La economía cubana requiere leyes más profundas y flexibles que generen mayor espacio a las oportunidades del naciente sector privado. Se hace imprescindible el  asesoramiento externo y financiamiento de instituciones internacionales para impulsar  con mayor efectividad y dinamismo las reformas económicas.

¿Contempla esos próximos pasos el gobierno cubano en su plan de transformación del modelo económico socialista? Por lo pronto habrá que esperar la conformación del nuevo Consejo de Estado que se anunciará este domingo y las directrices que se trazarán para los próximos cinco años. El 24 de febrero del 2013 no debe anotarse como una fecha más en la historia reciente del país, pues marcará el comienzo del segundo y último período para la octogenaria gerentocracia cubana.

¿Estarán nuevamente todos los que están o habrá sangre joven en el próximo gobierno? ¿Asistiremos en el quinquenio venidero a reformas más profundas y audaces en la isla?

A partir de este domingo tendremos necesariamente que comenzar a observar y evaluar los cambios y decretos con mayores expectativas.

*Economista cubano. Ex jefe de planeación estratégica de mercadotecnia en la corporación CIMEX y autor de los libros Cuba: ¿tránsito silencioso al capitalismo? y Marketing without Advertising, Brand Preference and Consumer Choice in Cuba. Es presidente de Havana Consulting Group, en Miami.

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