Fallece agente cubano que penetró la CIA por 10 años
Nicolás Sirgado, agente de la inteligencia cubana.
Nicolás Alberto Sirgado Ross, el agente de la inteligencia cubana que penetró a la CIA y desmanteló numerosos planes contra Fidel Castro, falleció el pasado miércoles en La Habana a los 77 años, víctima de una insuficiencia respiratoria.
Una nota publicada este viernes en el diario Granma, identifica a Sirgado como “un valioso colaborador de los órganos de la Seguridad del Estado” desde desde los primeros años del triunfo revolucionario de 1959.
La información agrega que hasta 1991 se desempeñó en diferentes cargos en el Ministerio del Interior (MININT) “vinculados al enfrentamiento a las acciones enemigas contra el país”.
Sirgado hizo historia en la vida pública cubana cuando fue mencionado por Fidel Castro en el discurso en la Plaza de la Revolución, el 15 de octubre de 1976, en la masiva despedida a las 73 víctimas del atentado terrorista contra un avión derribado en Barbados.
La revelación tenía como fin demostrar que la CIA proseguía en los esfuerzos por socavar y derrocar al régimen cubano.
Dos años después, durante la celebración del XI Festival de la Juventud y los Estudiantes, en el verano de 1978, compareció ante un simbólico tribunal contra el imperialismo para contar su experiencia como agente de los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior.
En silencio ha tenido que ser
Su trayectoria como agente infiltrado sirvió para nutrir el argumento de la serie En silencio ha tenido que ser, transmitida por la televisión cubana en los años 80.
Fue conocido como “Agente Noel” y ” Agente Nerón” para la Seguridad del Estado, y “Agente Zafiro” para la CIA.
Sirgado se incorporó a los cuerpos de Seguridad del Estado tras la llegada de Castro al poder. Su tarea inicial fue contactar y asociarse con organizaciones y líderes de la oposición anticastrista que abandonaban el país.
En 1962, recibió la encomienda de penetrar la CIA con la misión de detectar eventuales planes para dar muerte a Castro.
Finalmente Sirgado logró introducirse en la CIA a fines de 1966, durante una visita comercial de una delegación cubana a Londres. En ese momento laboraba con la cobertura de director general de suministros del Ministerio de la Construcción, conducido entonces por Osmani Cienfuegos.
El oficial de contacto con la CIA -contó años después- le ofreció un salario en dólares que se depositaría en una cuenta de cheques del Chase Manhattan Bank en New York, y le prometieron que, tras un razonable período de trabajo con la agencia, tendría la oportunidad de radicarse en Estados Unidos.
A las manos de Henry Kissinger
Desde esa fecha y por 10 años consecutivos se mantuvo transmitiendo información a la CIA desde Cuba y viajó con frecuencia al exterior para sostener contactos con agentes de la organización para la cual supuestamente servía.
Según contó tras revelarse como doble agente al servicio de Cuba, la CIA le encargó a la colocación de un microtransmisor electrónico en el despacho de Cienfuegos, secretario del Consejo de Ministros, para conocer de primera mano el itinerario de los viajes de Castro al extranjero.
En una ocasión, un contacto de la CIA le aseguró que cierta información que él proporcionó había sido enviada directamente a manos del Secretario de Estado Henry Kissinger. En reconocimiento a su supuesta labor de servicio a la nación americana, el propio Kissinger le obsequió un reloj autografiado.
En tres ocasiones se sometió al detector de mentiras, sin poder ser descubierto en su real misión.
La CIA también le pidió información militar y detalles de las relaciones de Cuba con movimientos poíticos y guerrilleros en el continente latinoamericano.
Al morir ostentaba el grado de Teniente Coronel del MININT.
A Sirgado los sobreviven sus hijos Nicolás, Alberto, Noel y Miguel. Un quinto hijo, David, murió en un accidente de tránsito en Polonia hace años.
En atención a su voluntad y la de sus familiares, su cadáver fue cremado. El funeral se realizará este viernes en La Habana.