Grandes Ligas: Bárbaro Garbey, el cubano que adelantó el futuro
Por Daniel Palacios
El 3 de abril de 1984 no se le borrará nunca de los recuerdos a Bárbaro Garbey. Esa fecha resutó un parteaguas en la vida personal y deportiva del ex estelar pelotero, pues marcó su debut en las Grandes Ligas como integrante de los Tigres de Detroit, señalando un despertar para los cubanos en la mejor pelota del mundo.
Treinta y un años después, Garbey (Santiago de Cuba, 4 diciembre de 1956) aún representa la nueva alborada para el béisbol cubano en Estados Unidos. Un desafecto del sistema comunista que en pleno esplendor de su carrera con el equipo Industriales, fue suspendido de por vida tras un controversial caso de apuestas y venta de juegos. Garbey sabía que nunca más pisaría un terreno en Cuba y decidió apostar por otro futuro, escapando de la isla junto a otros 125,000 de sus compatriotas por el puerto del Mariel, en el verano de 1980.
Hasta esa fecha solo dos jugadores de origen cubano figuraban en equipos de las Mayores: el hoy miembro del Salón de la Fama, Tany Pérez, oriundo de Ciego de Avila, y Bobby Ramos, nacido en Calabazar de Sagua y formado en Miami. Luego pasaría un tiempo hasta la llegada del astro derecho René Arocha, en 1991. Fueron ellos los pilares que reanimaron la presencia cubana en Grandes Ligas, hoy en franca avalancha con la generación de Yasiel Puig, Pito Abreu, Aroldis Chapman, Rusney Castillo y Yoenis Céspedes.
Una familia de deportistas
CaféFuerte conversó con Garbey, miembro de una recia familia de deportistas del barrio santiaguero de Los Hoyos, y quien en su momento se convirtió en el pelotero más odiado en las altas esferas políticas y la dirigencia deportiva del régimen cubano. Pero los tiempos han cambiado y el santiaguero no descarta que alguna vez pueda verse inmerso en algún viaje o proyecto beisbolero que lo lleve de retorno a su patria. El estadio de la Florida International University (FIU) sirvió de escenario para este diálogo apresurado, luego de 20 años sin visitar Miami.
¿Demasiado tiempo lejos de Miami?
Definitivamente es mucho rato y créeme que se extraña el ambiente cubano que se vive por acá. Cada vez que vine, aunque fuese como contrario, recibía el apoyo de la gente. Además, aquí hay muchos amigos que hace bastante no veía y es muy emocionante reencontrarme con ellos.
La experiencia más grande y aleccionadora que he tenido jamás. Mi debut ese 3 de abril de 1984 marcó un cambio radical en lo que soy y cómo veo las cosas. A lo mejor no fui el gran pelotero que robaba titulares, pero si el que nunca salió a un terreno con reservas. Siempre lo di todo.
¿Cómo ves a las actuales generaciones de peloteros cubanos?
Con estos muchachos de ahora se demuestra que pese a todo Cuba es una tierra de pelota y aunque las cosas se hagan mal, siempre el talento se abre paso. Ahí tienes el ejemplo de José Dariel Abreu, Alexei Ramírez, José Iglesias, Yasiel Puig, Leonys Martín, Yoennis Céspedes. Contra viento y marea y a base de talento se han robado el show en las Grandes Ligas.
Con una perspectiva como coach de bateo, ¿cuáles de los cubanos de ahora te impresionan más?
Todos tienen muchos aciertos y a la misma vez defectos que pulir, pero los casos de José Abreu, Puig, Ramírez y Céspedes son derroche de pura calidad en el cajón de bateo. Personalmente me impresiona más Yoenis Céspedes, pues imprime mucha potencia y aceleración en el swing… es un portento.
Precisamente ahora Céspedes llega a Detroit, tu primera casa…
Ese muchacho llegó al club que mejor le encaja. Ahora no tiene tanta presión, porque es una franquicia competitiva, pero no un monstruo como Boston, que siempre imprime mucha presión cuando juegas regular. En Detroit se une a una alineación productiva y con otro punto de vista sobre la función que cumple cada uno. Allí todos son una familia, por eso creo que lo veremos bastante tiempo en este equipo.
¿Y qué me cuentas de la familia en Cuba? De tus hermanos Rolando y Marcia, dos glorias del deporte cubano…
Pues están muy bien, trabajando todavía por el deporte. Rolando en el boxeo y Marcia en el atletismo. Hablamos de vez en cuando.
A tono con el acercamiento Cuba-EE.UU, ¿brindarías tu servicio técnico a la selección nacional?
Sin pensarlo dos veces, solo basta con que me lo pidan.
HOJA DE RUTA
Garbey pasó en su carrera en Grandes Ligas por las organizaciones de Detroit, Oakland, Texas, Montreal y Los Ángeles. Además actuó en el béisbol de Venezuela y México.
En el 2002, fue contratado como coach de bateo para Oneonta Tigers y, en el 2003 para West Michigan Whitecaps. En el 2006 siguió en el mismo rol con los Peoria Chiefs, de la organización de los Cachorros de Chicago, adonde regresó en el 2009-2010, luego de un intermedio de servicio con los Tennessee Smokies, entre 2007 y 2008. Asimismo trabajó en los Daytona Cubs (2011), nuevamente con Peoria (2012) y con los GCL Braves durante la temporada del 2014. Actualmente continúa laborando como entrenador en la franquicia de los Bravos de Atlanta.
DESEMPEÑO EN GRANDES LIGAS (1984-1988):
Juegos Jugados: 226
Average: 267 (626-167), 28 2B, 2 3B, 11 HR
Carreras Anotadas: 76/ Carreras Impulsadas: 86
BB: 36/ Ponches: 83 Bases Robadas: 9/ Cogido robando: 9
Total de Bases: 232 Slugging: 371
DESEMPEÑO EN SERIES NACIONALES EN CUBA (1973-1978):
Juegos Jugados: 309
Average: 290 (1128-327), 52 2B, 7 3B, 19 HR
Carreras Anotadas: 148/ Carreras Impulsadas: 140
BB: 103/ Ponches: 94 Bases Robadas: 31/ Cogido robando: 14
Total de Bases: 450 Slugging: 399