Espeluznante asesinato destruye a familia cubana de Miami y deja huérfana a una adolescente
Por Redacción CaféFuerte
El asesinato de la cubana Lourdes Martínez no podrá reivindicarse ante la justicia.
El principal sospechoso, su ex esposo Rafael Baster, murió pocas horas después de dispararle a quien fuera su novia y esposa durante los últimos 20 años. Ella era también la madre de una adolescente de 15 años, testigo del horrendo incidente, ocurrido esta semana en un centro comercial en el suroeste de Miami.
Baster no soportó el crimen y a los pocos minutos de quitarle la vida a la mujer intentó suicidarse con dos balazos. Sobrevivió unas horas pero su cuerpo no resistió.
Estos son los dramáticos trazos del más reciente hecho de sangre ocurrido en el sur de la Florida y que involucra a una pareja cubana. Una tragedia tan insólita como inesperada para quienes conocían a Baster, oriundo de la provincia de Holguín y con fuertes lazos de unión y fe a la Iglesia Católica.
El triste incidente ocurrió el pasado martes cerca de las 6 y 30 de la tarde en el estacionamiento del centro comercial donde trabajaba Martínez. Los primeros reportes policiales indicaron que el matrimonio, que estaba en proceso de separación, se había dado cita allí para resolver algunos asuntos pendientes relacionados con la repartición de bienes.
Discusión fuera de control
Sin embargo, la discusión se elevó y en algún momento Baster extrajo un arma, desencadenando la tragedia. Sin importarle la presencia de su hija, le disparó a la mujer, quien murió en la escena. La menor salió corriendo en busca protección en tiendas cercanas y en una de ellas declaró: “El estúpido de mi padre acaba de matar a mi mamá”.
La muchacha no tenía nada más que decir para que le creyeran. Estaba cubierta completamente de sangre.
Los trabajadores del restaurante Sushi Sake, ubicado en el centro comercial, dicen que escucharon al menos dos disparos; otros empleados aseguran que fueron primero dos y luego tres. La realidad es que el cadáver de Martínez era visible en el asiento del chofer de su automóvil sedán rojo, que por horas mantuvo las luces encendidas. A su lado se podía ver el SUV blanco de Baster, quien logró ser llevado a un hospital donde moriría dos días después.
Martínez era una mujer callada y muy trabajadora. Así lo reconocen su compañeras de trabajo, quienes tuvieron prohibido hacer declaraciones a la prensa. Alejadas de cámaras y micrófonos, sí explicaron que su esposo la perseguía y ella quería ponerle una orden de restricción, pero nunca llegó a hacerlo.
Se sentía acosada por él, una actitud que no entienden quienes conocieron a Baster y al matrimonio.
Buen padre y esposo
Durante más de dos décadas,Yayo -como le decían sus amigos- prácticamente se desvivió por ser un buen padre y esposo. Llegó a Estados Unidos a principios de la década del 2000 y desde entonces su objetivo fue traer a su esposa e hija, quienes vivían en la calle Maceo, entre Cables y Angel Guerra, en la ciudad de Holguín, en el oriente de la isla.
“Ella mientras esperó la salida siempre mantuvo la forma y nadie pudo decir que lo traicionó… De hecho, creo que fue su primer y único hombre”, comentó a CafeFuerte un amigo del matrimonio que pidió anonimato. Por eso, el testimoniante descartó los celos, la traición o una posible nueva relación de la mujer como factores desencadenantes del trágico hecho.
Baster, quien estudió en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) y luego se graduó de técnico medio, trabajó durante varios años como chofer del Obispado Católico de Holguín. Según sus conocidos, era una persona profundamente religiosa. En su perfil de Facebook se observa todavía una foto junto a un párroco holguinero y otra con la Ermita de la Caridad de fondo.
Destrozos de una vida adolescente
Para ganarse la vida en Miami, el presunto asesino trabajaba como encargado de mantenimiento de su edificio, ubicado en un condominio de Flagler. Su apartamento estaba completamente a oscuras.
” No sé qué van a hacer con el cadáver de la esposa, toda su familia está en Cuba, él era lo único que ella tenía”, confesó un amigo. “El sí tenia a sus padres y otros familiares, pero ella estaba sola con su hija”.
Una adolescente que en una sola noche perdió a su padre y a su madre, y desde hace cuatro días tiene como casa el hogar de su mejor amiga, quienes tienen su custodia temporal por orden de un juez. El mes próximo habrá una audiencia en un tribunal de Miami-Dade para definir su situación.
Su vida ha cambiado de golpe y para siempre, sin vuelta de hoja, desde el momento en que sonó el primer disparo en el estacionamiento del centro comercial donde perdió a sus progenitores y el mundo se le vino encima.