Exdiplomático de EE.UU espió para Cuba por más de 40 años: “Lo que hemos hecho es enorme”

El documento de acusación contra Manuel Rocha pone al descubierto uno de los casos más alarmantes sobre la penetración de la inteligencia cubana en las altas esferas gubernamentales y militares de Estados Unidos.

Exdiplomático de EE.UU espió para Cuba por más de 40 años: “Lo que hemos hecho es enorme”
Imagen de Manuel Rocha grabada durante un encuentro con el agente encubierto del FBI en Miami. Foto: Departamento de Justicia.

El exdiplomático estadounidense Manuel Rocha brindó servicios como agente secreto del régimen cubano por más de 40 años desde su entrada al Departamento de Estado, pero sus vínculos con La Habana parecen establecidos desde mucho antes, indican documentos judiciales.

Rocha, de 73 años, compareció este lunes ante un tribunal federal de Miami para presentarle la acusación formal en su contra luego de su detención el fin de semana. Se le vio lloroso mientras escuchaba esposado las deliberaciones del juez y la fiscalía.

Las autoridades estadounidenses dieron a conocer la acusación delictiva, que se mantenía sellada y las evidencias mostradas en el documento -de 22 páginas- ponen al descubierto uno de los casos más alarmantes sobre la penetración de la inteligencia cubana en las altas esferas gubernamentales y militares de Estados Unidos.

Historias de espionaje y traición

Junto a la colaboración de los esposos Walter Kendall y Gwendolyn Myers desde puestos sensibles en el Departamento de Estado, y de la superespía del Pentágono Ana Belén Montes, el caso de Rocha figura entre las más impactantes historias de espionaje y traición en las instituciones estadounidenses por los últimos 40 años.

Aunque la acusación menciona que Rocha participó en “actividades clandestinas” a favor de Cuba desde que se incorporó al servicio exterior en el Departamento de Estado, en 1981, la realidad que sugieren los intercambios con el  agente encubierto del FBI es que sus contactos y contribuciones al régimen de Fidel Castro comenzaron mucho antes, cuando era un jovencito.

“Esta acción expone una de las infiltraciones de mayor alcance y duración en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero”, dijo el Secretario de Justicia, Merrick B. Garland, en un comunicado. “Durante más de 40 años, Víctor Manuel Rocha sirvió como agente del gobierno cubano y buscó y obtuvo posiciones dentro del gobierno de Estados Unidos que le proporcionarían acceso a información no pública y la capacidad de afectar la política exterior estadounidense”.

Audiencia de fianza

Garland agregó que traicionar esa confianza prometiendo falsamente lealtad a Estados Unidos mientras se sirve a una potencia extranjera “es un delito que será castigado con toda la fuerza del Departamento de Justicia”.

Rocha tiene previsto presentarse el miércoles ante una audiencia judicial para determinar si se le concede una fianza, algo a lo que se oponen los fiscales considerando la gravedad de los cargos y el hecho que el exdiplomático tiene pasaportes de varias nacionalidades.

La fiscalía también planea presentar una moción con cargos adicionales en la audiencia del miércoles, aunque la presentación formal de los cargos no será hasta el 18 de diciembre, cuando el acusado ejerza su opción de declararse culpable o inocente.

Contactado por “Miguel”

La denuncia presentada por ahora ante el tribunal es muy escueta y no ofrece detalles específicos sobre la forma y la magnitud en que Rocha pudo haber ayudado a la inteligencia cubana, la información confidencial proporcionada ni tampoco el alcance de sus posibles daños, pero el documento abre las compuertas para serias consideraciones de responsabilidad atendiendo a las menciones y las fechas de sus actos.

Tampoco quedan claras las pistas que llevó al FBI a tenderle una trampa a Rocha con el agente encubierto con mascarada de enviado de la Dirección de Inteligencia de Cuba, presentándose como “Miguel”.

La sustentación del caso se basa, fundamentalmente, en las propias confesiones que fueron grabadas a Rocha desde finales del año mientras hablaba con un supuesto agente de la inteligencia cubana que era, el realidad, un agente encubierto del FBI identificado con el seudónimo de “Miguel”.

Elogios a Fidel Castro

Las tres reuniones con Rocha y “Miguel”, quien lo contactó supuestamente para reactivar el plan de comunicación con los “compañeros” de La Habana, se efectuaron en la Primera Iglesia Prebisteriana de Miami y en un área de comidas (food court) de Brickell al aire libre, en el centro de Miami.  

Rocha elogió al fallecido líder cubano Fidel Castro como “Comandante”, calificó a Estados Unidos de “enemigo” y se jactó de su servicio durante más de 40 años como espía cubano en el corazón de los círculos de política exterior estadounidense, según la acusación.

“Para mí, lo que se ha hecho ha fortalecido a la Revolución. La ha fortalecido inmensamente. No podemos poner eso en peligro”, le dijo Rocha a “Miguel” en la charla registrada el pasado 17 de febrero.

También envió los más cálidos saludos para los “compañeros de la Dirección”, en referencia a la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior de Cuba (MININT).

“Ellos [Estados Unidos] subestimaron los que podríamos hacerles. Hicimos más de lo que ellos pensaban (…) Lo que hemos hecho es enorme… más que un Grand Slam”, afirmó en un intercambio citado en la acusación.

Momento de tensión

En uno de los encuentros, Rocha habló del derribo de las avionetas de la organización Hermanos al Rescate en el Estrecho de Florida, el 24 de febrero de 1996.

 “Lo viví porque estaba a cargo… Ese fue un momento de mucha tensión”, comentó Rocha, quien se desempeño como vicejefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana entre julio de 1995 y julio de 1997.

Después de su misión en La Habana se desempeñó como principal diplomático de la embajada en Argentina (1997-2000) y con posterioridad como embajador en Bolivia (2000-2002). Desde 2006 hasta 2012 fue asesor del Comando  Sur de Estados Unidos, cuya área de responsabilidad incluye también Cuba.

El pasado viernes, cuando Rocha fue entrevistado por dos agentes del Servicio de Seguridad Diplomática, mintió repetidamente y negó incluso haber conocido a alguien que coincidiera con la descripción del agente encubierto, de acuerdo con la acusación.

Lealtad demostrada

Una de las conversaciones reproducidas en el documento hace referencia a Rocha diciéndole al agente encubierto que “demostró su lealtad por primera vez en Chile en 1973”, el año del golpe militar de Augusto Pinochet contra el presidente constitucional Salvador Allende.

 “Algo te habrán dicho porque mencionaste a Chile… Eso me inspiró confianza”, le dice el exdiplomático al agente encubierto.

En otro momento asegura que su preocupación número uno fue siempre evitar “cualquier acción de Washington que pusiera en peligro la vida del liderazgo de la revolución o la revolución misma”.

El exdiplomático también habla en sus intercambios de que cuando la inteligencia cubana le pidió que llevara una vida normal, comenzó a “crearse una leyenda de persona de derecha”. Antiguos colegas cercanos a Rocha dicen que se había declarado un ferviente admirador del expresidente Donald Trump, quien mantuvo una política de línea dura hacia el régimen cubano.

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