Kenia: ¿Cuál es el precio de la libertad?

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Niños en las afueras del centro comercial Westgate, al lado de una de las víctimas. Foto: Goran Tomasevic, Reuters.

Por Jessica Hasslen*

La libertad siempre ha sido algo caro

Martin Luther King Jr.

Los detectores de metales se han convertido en algo común en Kenia. Es raro entrar a un establecimiento público sin ser tocado por ellos. Entonces, ¿cómo es que nuestra seguridad es tan frágil? ¿Cómo es que los terroristas pueden entrar en un centro comercial en Nairobi y abrir fuego y tomar rehenes? ¿Cómo es que sobreviene entonces un asedio de cuatro días? ¿Cómo es que 61 personas mueren y más de 150 resultan heridas, incluyendo seis miembros de las fuerzas de seguridad?
Resulta que los detectores de metales no son mágicos. Los terroristas son fatalistas y no muy exigentes. Primero dispararon ráfagas y luego comenzaron a preguntarles a los que quedaron en pie, “¿Eres musulmán?” La respuesta, por cierto, no importaba. Algunas personas que respondieron afirmativamente fueron acribilladas de todos modos.
El ataque al centro comercial Westgate no estuvo motivado por la religión. Como cualquier acto de violencia, fue motivado por el poder y, en este caso, también por la venganza. Así que el terrorista podría haber preguntado: “¿Apoya usted las operaciones del Ejército de Kenia en Somalia? ” La pregunta, sin embargo, no habría dado buenos titulares y sí tal vez unas cuantas miradas en blanco, porque en realidad, a menos que se esté involucrado directamente en el tema, no es algo sobre lo que nadie haya pensado mucho.
Razones equivocadas
Estás metido en el día a día con tus hijos y tu trabajo y lo que vas a comer para la cena hasta que, por supuesto, algunos terroristas irrumpen el sábado en un centro comercial y te ponen una pistola en la cabeza.
Los fanáticos matan personas inocentes por las razones equivocadas. Todo es tan sin sentido…
Pero digamos por un momento que todo esto tiene que ver con la religión.
¿Y si hubiera sido usted la víctima y  usted se hubiera convertido en cristiano hace poco?
Mi pastor dijo lo siguiente en su sermón el día después que comenzó el sitio a Westgate: “La fe tiene que costar algo”.
Estoy bastante segura de que no cambió su sermón el sábado por la noche. Así que el impacto de esa afirmación resonó en mí al orar por las víctimas y los rehenes en la iglesia, menos de 24 horas después del comienzo de la tragedia.
¿Habría dicho yo “No, soy cristiana”, de haber sido interpelada por ellos? Creo que lo habría dicho.
Ideas defendidas con la muerte
Los terroristas pueden tener una visión retorcida y equivocada del Islam, pero defienden sus ideas equivocadas con la muerte. ¿Defendería yo lo que creo, incluso ante la muerte? Espero que sí. También espero que mi fe no tenga que soportar la prueba en tales circunstancias.
Lo que me lleva de vuelta al tema de la libertad. Los casos de violencia y ataques con granadas han aumentado desde que Kenia envió tropas a Somalia. ¿Está nuestra libertad, nuestra forma de vida, nuestra seguridad en riesgo?
Supongo que uno podría verlo de esa manera, pero esto es lo que sé, Dios está en control y  proporcionará una salida segura para Kenia, y un día cercano la paz y la prosperidad para nuestro vecino Somalia.
El pueblo de Kenia está luchando contra el mal que invade sus fronteras con las armas del amor y la unidad, que son mucho más fuertes. Numerosas manifestaciones de apoyo, tanto durante como después del sitio a Westgate, han sido verdaderamente inspiradoras. Se donaron más de 11,000 litros de sangre y millones de chelines, y las personas que viven cerca del centro comercial proporcionaron alimentos y agua para las fuerzas de seguridad y el personal de los medios de comunicación, que pasaron largas jornadas de trabajo.
Por definición, para tener libertad y/o fe se debe renunciar a un cierto grado de seguridad.
Sin embargo, la seguridad sin libertad es una prisión y la seguridad sin fe es una mentira.
Que Dios sane y bendiga a mi país de adopción, Kenia.
*Periodista estadounidense, trabaja como misionera cristiana en Kenia. Visitó Cuba entre 1998 y 2000. Este texto fue traducido de su blog Nomadic Chamaleon.

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