El flamante asesor cubano de Maduro: Orlando Borrego y la mala memoria

Borrego

Orlando Borrego, manos a la obra en Venezuela.

Por Miguel Fernández Díaz

El anuncio del presidente Nicolás Maduro sobre la inclusión del economista cubano Orlando Borrego Díaz en el triunvirato planificador de la “revolución dentro de la revolución” en Venezuela, junto con el vicepresidente Jorge Arreaza y el vicepresidente de Planificación Ricardo Meléndez, propició que diversos medios repicaran el perfil de Borrego como guerrillero, colaborador del Che Guevara, fiscal en los juicios revolucionarios, fiscal de la Junta Económica Militar, y viceministro de Industrias y de Azúcar.

Esta ristra de cargos en Cuba exige revisión, pero antes debe puntualizarse que desde marzo de 2008 Borrego andaba por Venezuela como asesor de la Misión Che Guevara, lanzada hacia septiembre de 2007 para “la capacitación integral de hombres y mujeres nuevos” como parte del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2007-2013).

Borrego vino a incorporarse a la guerrilla del Che Guevara en noviembre de 1958. Como había estudiado Contabilidad, enseguida ascendió a primer teniente. A la hora del triunfo fue designado jefe de la Junta Económica Militar del Regimiento de La Cabaña, en La Habana.

Lugarteniente del Che

No fue fiscal, sino juez del Tribunal Revolucionario en La Cabaña. Presidió el juicio de la Causa 553-1959 por el asesinato de Pelayo Cuervo Navarro y fue vocal del Tribunal de Apelaciones que confirmó la pena de muerte al capitán José Castaño Quevedo, jefe de operaciones del Buró para la Represión de Actividades Comunistas (BRAC).

Al ocupar el Che la jefatura del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), hacia septiembre de 1959, Borrego fue su lugarteniente y como administrador general de ese departamento integraría la misión especial comercial a la URSS y otros países socialistas que se nombró por decreto el 20 de mayo de 1960.

Para marzo de 1961, Borrego era designado subsecretario del Ministerio de Industrias y en septiembre de 1963 ascendía a viceministro primero, pero la clave soslayada por los medios es que Borrego fue nombrado Ministro de la Industria Azucarera por el Decreto Presidencial 3418 del 2 de julio de 1964.

El 4 de abril de 1965 Borrego llegó a Moscú para negociar la colaboración económica de la URSS en la industria azucarera. Allí permaneció tres semanas armando con los rusos el plan de expansión, rehabilitación y hasta construcción de centrales con el propósito ya declarado de una zafra de 10 millones de toneladas de azúcar en 1970.

Según la leyenda, hacia marzo de 1970 Fidel Castro visitó el central Antonio Guiteras (antiguo Delicias) en Puerto Padre y Borrego soltó allí mismo que los 10 millones no iban porque el Partido Comunista conducía la zafra de forma anárquica y doctrinaria.“Se dice que fue abofeteado por Castro y sustituido como ministro de la Industria Azucarera”, escribió Esteban Beruvides en su libro Cuba: Microbiografía de fiscales y miembros de los tribunales revolucionarios (2003). Sin embargo, la versión light del incidente reza que Borrego fue destituido por expresar sus dudas “pocos meses” antes de que Castro reconociera públicamente la imposibilidad de aquella zafra, de acuerdo con el investigador Servando González (The Secret Fidel Castro, 2001).

Planificación centralizada

Ambas son puro cuento, porque Borrego dio paso en 1968 a Francisco Padrón, quien cargó con la culpa por el incumplimiento del plan de los 10 millones, pero es sabido que la causa de la salida de Borrego fue justamente anticipar que jamás se llegaría a 10 millones en 1970.

Borrego terminó la Licenciatura en Economía en 1973 y trabajaría como asesor del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros hasta 1980. Ese mismo año se doctoró en Ciencias Económicas por el Instituto de Economía Matemática de la Academia de Ciencias de la URSS. Para 1982 se desempeñaba como director de la Empresa Cubana de Fletes (CUFLET), del Ministerio de Transporte (MITRANS), hasta que comenzó a publicar libros y más libros sobre el Che,

El economista, de 78 años, dio a imprenta La ciencia de dirección. Antecedentes y enfoques actuales (MITRANS, 1989), que tiene eidición venezolana como El trabajo de dirección en el socialismo. Antecedentes y enfoques actuales (Fundación Editorial El Perro y La Rana, 2009), para guiar contra viento y marea el empeño de suplantar el mercado con la planificación centralizada.

Enrumbar la desacarrilada economía venezolana apelando a malabarismos fracasados del “socialismo real” es una tarea a destiempo, con paradero previsible. Borrego tratará de hacer política a partir de sus memorias. Lo demás forma parte de las ilusiones de Maduro.

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