Escándalo en Brasil: Marcelo Odebrecht colaborará con la fiscalía brasileña

Marcelo-display

Marcelo Odebrecht: Cara de pocos amigos. Foto: OGlobo


Por José Alberto Gutiérrez
Twitter: @GutierrezPress
SÃO PAULO.- Marcelo Bahia Odebrecht, ex presidente del conglomerado brasileño Odebrecht, decidió finalmente pactar un acuerdo de colaboración con la fiscalía y revelar los secretos del más grande esquema de corrupción de la historia brasileña, según adelanta la prensa local.
Un comunicado emitido por la compañía anunció que “los accionistas y ejecutivos de la empresa se decidieron por la colaboración definitiva” con las investigaciones de Lava Jato, la operación anticorrupción que investiga los gigantescos desvíos en la estatal Petrobras y que pone en jaque a las más altas esferas institucionales del país.
Aunque el comunicado se limita a anunciar la voluntad de cooperación de la empresa, sin citar los nombres de los ejecutivos de Odebrecht que colaborarán con las investigaciones, según informó el canal de televisión Globo en su noticiero estelar, el acuerdo de “delación premiada” incluye a todos los ejecutivos de la compañía involucrados en Lava Jato, inclusive a Marcelo Odebrecht.
Por un Brasil mejor
La misma empresa, que en junio del año pasado expresó su “indignación con las prisiones de cinco de sus ejecutivos y el allanamiento de sus instalaciones”, medidas que calificó de “ilegales”, adopta una nueva postura y asevera que “espera que sus aclaraciones mediante esta colaboración contribuyan significativamente con la justicia brasileña y con la construcción de un Brasil mejor”.
El comunicado informa asimismo que el grupo también gestiona ante la Contraloría General de la Unión un acuerdo de perdón a cambio de una compensación financiera a los cofres públicos
En septiembre de 2015, Marcelo Odebrecht había descartado ante una Comisión parlamentaria, que también investigaba el saqueo a Petrobras, la posibilidad de cooperar con Lava Jato. Alegó que “para soplar, había que tener cosas que soplar” y ese no era su caso.  Sin embargo, las cosas parecen haber cambiado ante la avalancha de pruebas y testimonios que Lava Jato ha acumulado en sus dos años de indagaciones.
Marcelo Odebrecht, de 47 años, dejó la presidencia del poderoso grupo empresarial fundado por su abuelo en 1944, poco después de su prisión en junio de 2015. Este mes fue condenado a 19 años y 4 meses de cárcel por los delitos de corrupción, lavado de dinero y agrupación delictiva.
A pesar de escueto, el comunicado de la empresa deja entrever la carga explosiva del acuerdo de colaboración que se viene. Odebrecht asegura no tener la “responsabilidad dominante” en los casos de corrupción que se investigan y apunta  a los partidos políticos como principales responsables. Lava Jato “revela la existencia de un sistema ilegal e ilegítimo de financiamiento del sistema partidario y electoral del país”.
Puerto de Mariel en la mirilla
Una confesión de Marcelo hace a temblar al más escalón del país, por las relaciones estrechas que el conglomerado mantuvo con el Partido de los Trabajadores y en especial con el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Fue por intermedio de Lula que la división Odebrecht Defensa y Tecnología se asoció -sin someterse a competencia- al grupo estatal francés Direction des Constructions Navales para la construcción de los astilleros del proyecto del submarino atómico brasileño, valorado en más de $10,000 millones de dólares, al cambio de la época.
De igual forma se efectuaron otros contratos internacionales de la compañía, llevados de la mano de Lula da Silva. Es el caso del Puerto del Mariel en Cuba, ejecutado por la constructora y financiado con $800 millones de dólares de un banco público brasileño. Todo pactado en absoluto hermetismo con el gobierno de la isla, bajo la gestión del entonces presidente Lula.
El anuncio de colaboración se da el mismo día que el gigante de la construcción fue blanco de una nueva fase de la Lava Jato, que movilizó a 380 agentes de la Policía Federal para cumplir 110 órdenes judiciales, entre registros y prisiones, en nueve diferentes estados brasileños.
La Fiscalía reveló que la empresa contaba con un departamento “profesional” exclusivo para el pago de sobornos y aseguró que los pagos eran ordenados por el propio presidente de la empresa, Marcelo Odebrecht, algunos de ellos, después de preso.
El conglomerado Odebrecht es hoy un gigante de 168,000 empleados, con presencia en 28 países y negocios en los campos de la ingeniería y la construcción, que reportan ventas anuales de 107,679 millones de reales (unos $29,102 millones de dólares).
Nota relacionada
Las tribuilaciones del camarada Lula y los chivos expiatorios de la crisis brasileña
 

CATEGORÍAS

COMENTARIOS