Fallece en México Canek Sánchez, el nieto rebelde del Che Guevara

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Canek Sánchez Guevara (1974-2015)


Por Redacción CaféFuerte
El escritor y diseñador Canek Sánchez Guevara, nieto del guerrillero argentino Ernesto Che Guevara, falleció este martes en Ciudad México, a causa de complicaciones derivadas de una cirugía cardiovascular. Tenía 40 años.
La salud de Canek se agravó en los úitimos días luego de que le detectaran una infección en el corazón, causante de una neumonía y una falla renal que obligaron a hospitalizarlo, según relató a CaféFuerte Martín Guevara, su tío.
La operación fue de emergencia en horas de la mañana para reemplazarle dos válvulas, pero se trataba de una cirugía de alto riesgo, con pronóstico reservado, y el paciente no pudo rebasarla. Murió en el quirófano.
Nacido en La Habana en 1974, Canek era hijo de Hilda Guevara Gadea y de Alberto Sánchez Hernández, ciudadano mexicano, Su madre, fallecida en 1995, era la hija mayor del Che, fruto de su matrimonio con la economista peruana Hilda Gadea, en 1955.
Irrevente y sagaz, crítico de la revolución cubana, Canek se convirtió en un inconforme en Cuba y abandonó su país natal  rumbo a México, en 1996, y se radicó en la ciudad de Oaxaca.
Cuba monárquica
“Me hice en Cuba: la amé y la odié como sólo se puede amar y odiar algo valioso, algo que es parte fundamental de uno”, confesó el escritor en un texto autobiográfico escrito en el 2006.
Con los años, se convirtió en un duro crítico del proceso revolucionario liderado por Fidel Castro.
“La revolución en Cuba no fue democrática y tampoco es comunista ahora”, afirmó en una carta enviada al semanario Proceso en el 2004. “La democratización de Cuba será pos-Castro, ni con Fidel ni con Raúl. El sistema político cubano se ha comportado como una monarquía y no sé por qué se le sigue llamando socialismo”.
En México escribió con regularidad para revistas literarias como Letras Libres y Milenio Semanal. Eran un amante del rock y se dedicó también a la promoción cultural.
Al morir, tenías en proceso con la editorial mexicana Sur el libro Diarios sin motocicleta, el primero de sus crónicas de viaje y que debe salir en mayo.
En México reside también su hermano Camilo, quien estuvo junto a él en las horas finales de su vida.
Al conocer la noticia en España, su tío Martín Guevara escribió las siguientes palabras, dictadas por el dolor y la emoción, las que ha tenido la gentileza de entregar a CaféFuerte para su publicación.
ADIOS CANEK, SERPIENTE EMPLUMADA
Por Martín Guevara
Ha muerto mi sobrino Canek Sánchez Guevara, hijo de Hildita la mayor de todos mis primos y una de las mejores Guevara sin dudas.
No tengo palabras.
Tanto Hildita como Canek, que significaba “Serpiente Negra” en la lengua de los antiguos mexicanos,  vivieron a tope, tuvieron los huevos necesarios para hacer lo que creían correcto, fueron libres, valientes, inteligentes, cultos y también dañados por este mundo, tocados en el costado pero no hundidos.
A Canek no lo veo desde que era un niño, el día que mi padre llegó casi inválido a La habana en un vuelo con el síndrome de Guillain Barré, mientras mi abuelo Ernesto, estaba en la clínica con un derrame cerebral. Ese día estábamos cursando una botella de ron Caney que llevamos Evelio y yo al departamento de Hildita. Se fueron a dormir Canek y Camilo, llamaron con la noticia a lo de Hildita y salí corriendo al Hospital Ameijeiras, pasé la noche con mi padre, la curda se me disipó al instante que vi al viejo, un tipo duro, necesitando ayuda, no sabía si moriría, el abuelo también estaba a punto. La parca rondó aquella noche gentil y segura.
Me echaron de Cuba al poco tiempo. Cuando me permitieron regresar a los cinco años de visita, Hildita me llamó a casa de mi madre varias veces, me dijo que la fuese a ver porque estaba muy mal, yo no entendí la gravedad de sus palabras y dejé la visita para los últimos días, al final entre las borracheras y las visitas a mi hijo Alejandro llegó el día de regresar.
A los dos meses me llamaron a Argentina, par decirme que mi prima mayor, la dulce y rebelde Hilda Guevara Gadea, hija de mi tío Ernesto, quien también había fallecido joven, murió de cáncer habiendo tanto hijo de puta suelto.
Hoy en una operación complicadísima se quedó Canek. O se fue. Creo que él tuvo más oportunidad de enfilar su barco de la irreverencia hacia buen puerto que Hildita, aunque seguía buscando la misma paz que la madre y el abuelo.
Gran escritor, gran sincero, valiente, inteligente.
Apestado para todos los obsecuentes de Fidel y Cía, le dieron la espalda de la manera más abyecta, por ser valiente desde jovencito, punk, rebelde, y perseguir esa verdad interior que te lleva tanto al error como a la originalidad, consecuente con sus planteos, denunciaba sin titubear las andanzas de todo menos revolucionarias de los que abandonaron a su abuelo.
No lo volví a ver desde que era niño pero lo he leído estos años y estábamos en contacto por las redes por similitud y afinidad en pensamiento, puntos de vista y gustos y por afecto familiar, se había convertido en un hombre en constante búsqueda con una gran honestidad intelectual.
Parece como que hay una línea familiar desde Ernesto tío hasta él pasando por Hildita que los lleva a irse del aire persiguiendo fantasmas y sueños que no andan rondando por aquí.
Adiós Canek, recuerdos a Hildita, dile que la quiero mucho. Nos vemos por allí, enredados entre fantasmas y sueños, sobrino maestro.

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