Cuba, los golpes de la memoria

La entrada de los cubanos en los encerados profesionales trae a la memoria palabras que se han repetido hasta el cansancio para demostrar que "el dinero no significa nada" para los deportistas de la isla.

Cuba, los golpes de la memoria
Fidel Castro levanta el brazo de Stevenson en los días de gloria del campeón cubano.

Por Alberto Aguila

En el famoso tango Volver, de Carlos Gardel, hay una estrofa que dice “que 20 años no es nada”. Pero si tal vez dos décadas pueden tolerarse y pasarse por alto, 51 años, tres meses y 22 días es un tiempo demasiado largo para pensar que podemos transitarlo sin huellas profundas.

Ese fue justamente el mismo tiempo que demoraron las autoridades cubanas en permitir que nuestros púgiles regresaran al boxeo profesional.

Fue el 4 de enero de 1962 cuando el gobierno cubano -a través del  Instituto Nacional de Deportes y Recreación (INDER)- suspendió todos los carteles de boxeo profesional y anuló los contratos entre promotores, mánagers y boxeadores, lo que obligó  a que una gran parte de ellos se fueran a México y otros países a iniciar una nueva vida en el mundillo de las 12 cuerdas.

Entre los que liaron bártulos y se radicaron en México estuvieron los grandiosos Ultiminio Ramos y José “Mantequilla” Nápoles, dos de los grandes peleadores del pugilismo rentado mundial y con ellos entrenadores, mánagers y promotores que fueron borrados de la prensa.

También trataron de borrarlos de la memoria cultural de la nación, pero la memoria suele ser un poco más terca que los totalitarismos. Y así, ahora que conviene, tal vez los nombres, los rostros y los puños de las viejas glorias idas retornen al cuadrilátero diseñado por el castrismo y los periodistas (no cabe otro adjetivo que oficialistas) vuelvan a recordarlos.

Stevenson y Savón

La entrada de los cubanos en los encerados profesionales, ahora sin las horribles cabeceras y sin camisetas y con guantes de diferentes pesos, me trajo a la memoria palabras que se han repetido hasta el cansancio para demostrar que “el dinero no significa nada” para los deportistas de la isla.

Durante la Olimpiada de Munich, en 1972, al gran Teófilo Stevenson le insinuaron la posibilidad de un combate frente a Cassius Clay, y  la respuesta fue algo así: “Prefiero el cariño de ocho millones de cubanos. No cambio mi pedazo de Cuba por todo el dinero que me puedan ofrecer”.

A Félix Savón, ganador del oro en el Mundial de Tamperes, Finlandia, en 1993, le ofrecieron millones para insertarse en el pugilismo rentado, pero expresó: “El dinero no me interesa, yo en Cuba, soy millonario de amor”.

Estas frases son ciertas, pero muchos piensan que fueron redactadas en ciertas oficinas habaneras. No han faltado sospechas de que el dictado vino telefónicamente de un señor a quien en no pocas noches le llevaban hasta su despacho las planas del diario Granma  para que, literalmente, las corrigiera. Ustedes va a pensar seguramente en Fidel Castro y creo que no están equivocados.

No sería la primera vez -y sospecho que tampoco la última- que vemos estas patrañas.  Ahora, probablemente desde similares oficinas se han sacado las cuentas -es la era del cuentapropismo y los “cambios estructurales”- de cuánto ganarán los primeros gladiadores de este grupo de avanzada, que podrá cobrar por tirar golpes sobre un ring.

Competencia semiprofesional

En tanto el Gran Teófilo, fallecido no hace todavía un año,  se estará revolviendo en su tumba. Y Savón, pues dedicado a la pintura.

Cuba entrará al ruedo de la Serie Mundial de Boxeo (WSB), una competencia semiprofesional por equipos que patrocina la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA). El anuncio lo hizo el pasado viernes el presidente de ese organismo, Wu Ching-Kuo, quien se refirió a la representación cubana como “la nueva franquicia” que ayudará a elevar el nivel pugilístico del torneo.

La primera edición de la WSB arranca el próximo noviembre y el equipo antillano incluirá a los 20 mejores púgiles del país, entre ellos campeones panamericanos, mundiales y olímpicos.

En las primera rondas clasificatorias efectuadas hasta el momento estuvieron representantes de Argentina, Azerbaijan, México, Polonia, Rusia e India. En el pool B rivalizaron atletas de Gran Bretaña, Kazajistan, Ucrania, Estados Unidos, Italia y Alemania. Se compite en la divisiones de 54, 61, 73, 85 y más de 91 kilogramos y las peleas son de cinco asaltos con uno de descanso.

La Serie Mundial se realizará con 12 conjuntos que se enfrentan en rondas de cinco combates. Los ganadores avanzan a la siguiente fase. Los participantes cobran un salario mensual de entre $1,000 y $3,000 dólares, con premios añadidos de hasta $2,000 dólares de acuerdo a los resultados que alcancen.

El torneo otorgará 30 plazas para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en el 2016.

¿Mercaderes del ring?

Y como para los directivos de la Federación Cubana de Boxeo (FCB) es un tanto engorroso salir ahora a justificar la reinserción en el profesionalismo antes que pase a retiro la generación histórica que trinó contra “los mercaderes del ring” (tal vez sería bueno mandarle algunos titulares del diario Revolución al señor Wu Ching-Kuo), pues la retórica del titular de la FCB, Alberto Puig de la Barca, se fue por el vericueto de la preparación de los atletas frente a rivales de calidad para luego tener mejores resultados en competencias mundiales y olímpicas.

Como los salarios para estos nuevos asalariados del músculo suenan un poco elevados para los términos cubanos, habrá que ver si el Consejo de Ministros decide reconocerlos como “trabajadores por cuenta propia” y también -lo más importante para los muchachos- cuánto será la tajada-impuesto que le quitarán por los guantazos recibidos.

Peleadores de diferentes países adoptaron ya apelativos o nombres de pila para sus escuadras. Así las cosas, los mexicanos se llaman “Los Guerreros”, los de Argentina son “Los Condors”… Un federativo cubano indicó: Äún nos resta una acción que consideramos trascendental, tengo que reunirme con los atletas de la preselección nacional para decidir qué nombre pondremos a nuestro equipo”.

El federativo sabe que no serán los atletas quienes tendrán en sus puños la última palabra del nombre que los identificará en la WSB. Pero es posible imaginar algunos calificativos que estarán sobre la mesa oficial: “Los Golpeadores del Bloqueo”, “Los Peleadores por los 5”, “Los Luchadores de la Moringa”…

Yo me inclino por este apelativo: “Los Guerrilleros del Dólar”.

No nos asombremos de nada. En Cuba todavía nos quedan por ver unas cuantas sorpresas.

CATEGORÍAS

COMENTARIOS