Douglas Rodríguez, el coraje y la gloria

Douglas Rodriguez en sus dias de gloria deportiva.

Douglas Rodríguez en sus días de gloria deportiva.

Por Darsi Ferrer

En la mañana de este lunes se difundió la triste noticia de la muerte repentina, en su humilde casa de 23 y 28, en el Vedado, de la gloria del boxeo cubano Douglas Rodríguez, víctima de un infarto cardíaco.

Inmediatamente me vinieron a la mente los emocionantes recuerdos del día que lo visité por el año 2007 junto a mi querido amigo español Manuel Benito del Valle, con el propósito de hacerle una entrevista para el documental KnocKoutKuba, que finalmente pudimos realizar con varios de esos grandes hombres que dieron gloria y brillo al deporte cubano, en especial, al boxeo mundial, y que cínicamente fueron desechados cuando llegaron a su ocaso deportivo, y condenados al olvido y al total desamparo.

Nacido en Santiago de Cuba en 1950, Douglas se coronó campeón de Cuba a los 16 años. En una vertiginosa carrera -se retiró oficialmente a los 24- cumplió casi todos sus sueños sobre el ring, a fuerza de coraje y determinación. Fue medallista de bronce en los Panamericanos de Cali’71 y la Olimpiada de Munich’72 y campeón mundial en La Habana en 1974, en la división de los 51 kilogramos. Siempre con la impetuosidad del gladiador que nunca quiso perder la iniciativa frente a sus contrarios.

Después de la dorada época de los abrazos, felicitaciones de los más altos dirigentes y de disfrutar de determinados privilegios y prebendas mientras servían de instrumento de propaganda para combatir al “imperialismo” y legitimar la “magnanimidad” de la Revolución, llegó la cruda realidad para esos legendarios pugilistas, que se sacrificaron y entregaron lo más vital de sus vidas a poner en alto el nombre de la nación cubana.

Todavía se recuerda como el propio Douglas peleó en el Campeonato Mundial de La Habana’74 con fracturas en ambas manos. Su determinación de entregarle la victoria de oro a su pueblo y su compromiso con el entonces gobernante Fidel Castro de colgarle la medalla de oro en el pecho, le hizo obstinarse y pedirle al médico del equipo que le inyectara con anestesia local y así salió al cuadrilátero, donde a base de un derroche increíble de coraje venció a todos sus oponentes y se coronó campeón.

Enfermo y olvidado

Parecidas son las historias de otros corajudos deportistas que también han seguido por el corralón que les impone el castrismo. Les hacen creer que son protagonistas no de la historia de un país que siempre ha tenido afinidad y resultados impresionantes en los deportes, sino en el combate ideológico, defendiendo una noble causa de justicia social, que ha terminado siendo una gran estafa.

Douglas pasó su vejez tirado a la basura, en completa miseria y enfermo por el alcoholismo. Ninguno de los vampiros del gobierno se preocupó por brindarle asistencia médica, ni por garantizarle un mínimo de atenciones para que sobreviviera con más decencia y dignidad. Era muy doloroso saber que andaba muchas veces tirado por los portales, mendigando algún trago de ron en los bares y sin medios para mejorar su dramática existencia.

Ya le llegó su eterno descanso y casi seguro se fue sin poder entender el por qué su camino se torció de esa lamentable manera. Se debe haber llevado a la tumba muchos sinsabores, disgustos e incomprensiones. Y no es para menos, merecía toda la admiración de sus coterráneos y el eterno agradecimiento por su hazaña, que nos llenó a todos de alegrías y orgullo patrio.

Descanse en paz campeón, usted siempre tendrá un lugar cimero en la historia de este país, que lo recordará no como víctima de una pandilla de desalmados e inescrupulosos, sino como la gloria deportiva y cubano íntegro que fue y será por siempre.

El médico y periodista Darsi Ferrer y el cineasta Manuel Benito del Valle realizaron clandestinamente en Cuba el documental KnocKoutKuba (2009), que testimonia la tragedia de 11 gloriosos boxeadores cubanos, olvidados en la pobreza.

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