Larga vida al rey: Guillermo Rigondeaux

Rigondeaux, imabatible. Foto: Tom Casino

Rigondeaux, imabatible. Foto: Tom Casino

Por Damián L. Delgado-Averhoff

Amateurs o profesionales, de adentro o de afuera, nadie queda sin rendirle pleistesía a Guillermo Rigondeaux (9-0-0, 7 KOs), quien acaba de destronar al estadounidense de ascendencia boricua Rico “Suavecito” Ramos (20-1-0, 11 KOs) y apoderarse del título supergallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Es tiempo del Chacal, como le llaman en el boxeo profesional. Esa pareció ser la esencia de lo ocurrido en el Palms Casino Resort de Las Vegas, Nevada. Poco más de cinco rounds, de los 12 pactados, necesitó el santiaguero para apagar cualquier duda y despachar por la vía del cloroformo a su oponente.

Al 1:29 minutos del sexto capítulo un poderoso gancho de izquierda al hígado puso “suavecito” a Ramos, quien no supo interpretar y menos cortar la exquisita danza de la que fue infeliz testigo y que también le hizo besar la lona, tras un recta de derecha, en la primera ronda del pleito.

Haciendo historia

“Quería hacer historia”, dijo el santiaguero, que en 2007 decidió abandonar el amateurismo para probar suerte en el boxeo rentado, propósito que solo consiguió en 2009 después de dos años de inactividad forzada.

Para el nuevo monarca esta victoria solo es comparable a las coronas olímpicas que obtuvo en Sydney 2000 y Atenas 2004; y así lo hizo notar con sus palabras: “Estoy muy feliz y este es un momento histórico”, y su vestuario, en el cual estaban bordados los aros olímpicos y los lugares donde se consagró.

“Uno no es doble campeón olímpico por gusto, eso hay que respetarlo’’, expresó el nuevo rey, seguramente tema de conversación obligada en su natal Santiago de Cuba y en el resto de la isla, que no olvida e idolatra a sus estrellas dondequiera que estén.

Acerca del combate explicó que nunca pensó que sería fácil porque todos los peleadores en este nivel son duros, sin embargo, “cada vez que solté mis manos, lo lastimé. Sabía que no se iba a levantar tras ese golpe”.

“Esta noche Guillermo ha demostrado que es un verdadero campeón’’, señaló su promotor Luis de Cubas desde Las Vegas.  Y añadió que “este éxito debe servirle como carta de presentación y negociación para enfrentamientos de mayor calibre. Y no sólo para él, sino para muchos otros boxeadores cubanos”.

Un reto en pie

Pero si en el amateurismo ganó todo, sus deseos de lograr otro tanto en el profesionalismo hicieron que el Rigo no esperará más que unos minutos para lanzarle el reto al filipino Nonito Donaire (27-1-0, 18 KOs).

“Quiero abrir todas las puertas posibles en el 2012. Quiero esa pelea ya, se lo pido a mis promotores y a los de Nonito’’, señaló Rigondeaux que solo necesitó nueve combates para ser campeón. “Veo que el habla y menciona rivales, pero no escucho mi nombre. Ahora que soy campeón en las 122 libras tiene que tomarme en cuenta. Esa es la pelea que yo quiero antes de que termine el año’’.

“Él quiere a Donaire, pues trataremos de hacer ese combate’’, concluyo de Cubas que bien sabe que sería un encuentro atractivo y con el valor agregado de que se podrían unificar coronas.

En estos momentos Donaire se prepara para sumar el cinturón de las 122 libras, que tiene vacante la Organización Mundial del Boxeo (OMB). El 4 de febrero será la disputa ante el otro aspirante: el puertorriqueño Wilfredo Vázquez Jr. (21-1-1, 18 KOs).

El Chacal aprovechó para lanzar un dardo los descreídos: “Dije que volvía para Miami con la faja. Yo me esfuerzo, me entreno y sé lo que puedo dar. A mí no me gana nadie’’.

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