Cardenal Ortega: Hijo de Raúl Castro dirigió negociaciones secretas con EEUU

Coronel Alejandro Castro Espín, jefe de la Comisión Nacional de Seguridad y Defensa.

Por Redacción CaféFuerte

El coronel Alejandro Castro Espín, hijo del gobernante Raúl Castro, fue oficialmente el representante de Cuba en el proceso negociador con Estados Unidos que terminó con el acuerdo de abrir una nueva etapa de relaciones bilaterales, el 17 de diciembre de 2014.

La fecha escogida no tuvo que ver con la celebración de San Lázaro ni por otros motivos políticos, sino simplemente la determinación se debió a que era el cumpleaños del Papa Francisco, quien había sido pieza clave para propiciar la negociación entre ambas partes.

Las revelaciones de estos detalles aparecen publicadas por primera vez por el Cardenal Jaime Ortega Alamino, ex arzobispo de La Habana, en un artículo divulgado por la revista Espacio Laical. La edición impresa de la publicación circula este mes, aunque el número corresponde a 2016.

La base del texto es una conferencia que Ortega dictó el pasado 16 de septiembre en Nueva York, en un evento auspiciado por la organización Concordia,

Extraordinaria posibilidad

En una detallada relación de los pasos que propiciaron el proceso de acercamiento entre Raúl Castro y Barack Obama, con la mediación de la Iglesia Católica, Ortega menciona que Alejandro Castro encabezó las conversaciones secretas con Estados Unidos que se realizaron en 2013 y 2014, y su contraparte fue Ricardo Zúñiga, asesor de la Casa Blanca para América Latina y director principal para asuntos del Hemisferio occidental.

” No solo tuve la extraordinaria posibilidad de ser portador de una carta del Papa a cada uno de los presidentes, sino también de conocer y transmitir a cada uno de ellos el mensaje que el otro le enviaba”, escribió el Cardenal, que pasó a retiro el pasado año. “Para mí fue este uno de los grandes momentos de mi vida sacerdotal; porque pude constatar privilegiadamente que siempre es posible el acercamiento y el diálogo, y era eso lo que mi fe cristiana me había inspirado siempre en mi ministerio como Pastor”.

Barack Obama saluda al coronel Alejandro Castro Espín en el Palacio de la Revolución en La Habana, el 21 de marzo de 2016.

Siendo arzobispo de La Habana. el Cardenal fungió como emisario del Papa para lograr que se levantara finalmente el “el ancla del pasado” entre los dos países.

Ortega anunció que prepara un libro donde describe detalladamente el proceso de negociación que lo envolvió como protagonista.

La confirmación sobre el papel desempeñado por Alejandro Castro Espín, de 51 años, en el proceso que inició el deshielo entre La Habana y Washington, le concede al coronel un rol de primera fila para tareas gubernamentales de futuro.

Castro Espín participó en el primer encuentro que sostuvieron Castro y Obama durante la Cumbre de las Américas en Panamá en 2015, en funciones de jefe de la Comisión Nacional de Seguridad y Defensa, aunque en ese momento se desconocía su protagonismo en las negociaciones bilaterales secretas, que se extendieron por 18 meses.

Para no despertar sospechas

El Cardenal Ortega también revela cómo tuvo que enmascarar una visita a la Casa Blanca para encontrarse con Obama, el 17 de agosto de 2014, con un mensaje oral de Raúl Castro. En coordinación con Theodore McCarrick, arzobispo de Washington, se planeó la asistencia de Ortega a un fotro de la Universidad Católica de Georgetown para no despertar sospechas.

La Casa Blanca no quería publicidad sobre el encuentro de Ortega con Obama.

Como figuras clave para empezar las negociaciones entre ambas partes, Ortega menciona al senador demócrata Patrick Leahy, por entonces presidente protempore del Senado, y  la analista y politóloga Julia Sweig , quien fue la portadora de un mensaje de Leahy con lsa sugerencia de que el Papa Francisco debía “entrar en la escena” para un  probable acercamiento entre Cuba y Estados Unidos.

Hace un año, cuando Obama visitó Cuba, una de sus primeros encuentros tras su arribo al país fue con el Cardenal Ortega, quien lo recibió en la Catedral de La Habana.

Para leer el texto completo del artículo del Cardenal Ortega, presione aquí

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