Conversaciones Cuba-EEUU en La Habana: El espinoso caso de Joanne Chessimard

Por Redacción CaféFuerte
Delegaciones de Cuba y Estados Unidos  están sentados este miércoles discutiendo estrategias en un “intercambio técnico” para enfrentar el terrorismo  en un momento en que La Habana alberga a uno de los 10 terroristas más buscados por el FBI: Joanne Chessimard.
Un comunicado del Departamento de Estado indicó el martes que la  delegación de Estados Unidos estará integrada por funcionarios de alto nivel del FBI, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) y el Departamento de Estado.
“La cooperación y colaboración en la lucha contra el terrorismo ha sido uno de varios puntos importantes que se han discutido en torno al cumplimiento de la leyes, en los diálogos sostenidos hasta el momento entre Estados Unidos y Cuba”, señaló la comunicación oficial.
Tema pendiente
Cuba no ha informado del encuentro en el sitio oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores  (MINREX) y otras páginas oficiales, como ha ocurrido con otras negociaciones bilaterales desde el pasado año.
“Damos la bienvenida a este esfuerzo conjunto para discutir entre expertos este asunto de interés común”, concluyó el comunicado del Departamento de Estado.
En realidad se trata de un tema pendiente desde abril del pasado año, cuando el gobierno cubano acordó abrir un diálogo con Estados Unidos sobre cooperación policial y legal que incluyera la batalla antiterrorista y, en consecuencia, conversaciones para la devolución de dos de los fugitivos más buscados por las autoridades federales: Joanne Chessimard y William Guillermo Morales.
La apertura de la charla antiterrorista entre ambas partes se produce luego de que circulara una versión periodística de la cadena NBC sobre la posibilidad de que se esté considerando un canje entre Chessimard y la superespía del Pentágono, Ana Belén Montes, condenada a 25 años de cárcel por servicios al régimen cubano.
Canje improbable
Pero en realidad las opciones de que este canje ocurra son muy escasas. Desde que se iniciaron los diálogos de alto nivel, en enero del 2015,  representantes de La Habana como Josefina Vidal y Gustavo Machín, jefa y vicejefe de la Sección de Estados Unidos en el MINREX, se han encargado de dejar claro que el tema de Chessimard no está sobre la mesa.
Que el Departamento de Estado y otros funcionarios de los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional (DHS) insistan ante La Habana sobre el tema, no es indicio de que Chessimard pudiera ser entregada.
La disposición de Cuba a conversar sobre los prófugos de la justicia estadounidense que permanecen en la isla con protección gubernamental o solapadamente emergió como una consecuencia lógica de la decisión de Washington de la lista de países patrocinadores del terrorismo, el emerge un día después de que el presidente Barack Obama enviara al Congreso su aprobación para retirar a Cuba de la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo, el pasado abril.
Pero el caso de Chessimard es un bastión oficial, con la protección personal y el énfasis de la palabra de Fidel Castro, quien la considera una “ patriota norteamericana”.
Fugados y deportables
Tal vez la posibilidad más mediata para llegar a un acuerdo sea la de los más de 35 cubanos con orden final de deportación que radican en Estados Unidos, así como las decenas de prófugos con acusaciones de estafadores del Medicare y de seguros automovilísticos, así como personas vinculadas a cultivos de marihuana y tráfico de drogas que han ido a refugiarse a Cuba.
Desde que Raúl Castro tomó las riendas del gobierno, en el 2006, una veintena de prófugos de la justicia estadounidense han sido entregados.
Chesimard, de 68 años, vive en La Habana con el nombre de Assata Shakur y  ha sido objeto de numerosos reclamos por parte de congresistas y funcionarios públicos de Nueva Jersey para que sea retornada a la isla. Sobre ella pesa una condena por el asesinato del policía de carreteras Werner Foerster, ultimado a balazos en una parada rutinaria en una autopista rumbo a Nueva York, el 2 de mayo de 1973.
Se fugó de una prisión de alta seguridad, en noviembre de 1979, y permaneció escondida en una vivienda hasta que pudo escapar de Estados Unidos. En Cuba se le concedió refugio político en 1984.
La recompensa por su captura ascendió a $2 millones de dólares en el 2013, cuando el FBI la ubicó en la Lista de los Terroristas Más Buscados, convirtiéndose en la primera mujer que forma parte de esa relación delictiva. Los que visitan la Embajada de Estados Unidos en La Habana pueden ver una afiche con su nombre y el monto de la recompensa en las oficinas de la legación diplomática.