Distribuyen "mezcla de batido" para paliar crisis con el yogurt de soya en La Habana

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Línea de producción de yogurt de soya en el Complejo Lácteo de La Habana. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda.


Por Daniel Benítez
La leche de vaca o en polvo ya no son los únicos elementos que escasean por estos días para los niños cubanos.
Ahora también el yogurt de soya, que se proclamó como la tabla se salvación alimentaria para la población infantil, se ha convertido en producto preciado para los menores entre siete y 14 años.
Problemas con el mantenimiento tecnológico en el Complejo Lácteo de La Habana provocaron que en el 2015 pudiera elaborarse en esa fábrica solo el 50 por ciento de las 32 mil toneladas previstas, lo cual conllevó que en lugar de yogurt se repartiera la llamada “mezcla de batido” en varios municipios de la capital.
Una larga agonía
La empresa no puede cumplir la demanda de 85 toneladas diarias, explicó el director, Modesto Pérez Correa, aún cuando si instaló una nueva bomba de amoníaco, según un reporte publicado esta semana por el semanario Trabajadores. Esta crisis en la mayor procesadora del producto en el país no es nueva, debido a lo obsoleto de la maquinaria y la falta de reparación.
La información precisa que desde hace mucho tiempo solo trabajaba una de sus tres líneas y una de las tres calderas en existencia. Mientras, se espera una inversión de 60 millones de pesos -iniciada en el 2015- que se extenderá por cinco años.
El director técnico del Complejo Lácteo, Alfredo Vázquez, detalló que hasta septiembre u octubre no se podrán tener listas dos calderas nuevas, las cuales deben arribar a la Isla el próximo junio.
Pero el problema en la producción no tendrá solución a corto plazo, de manera que resulta previsible que la mezcla de batido se continuará repartiendo en escuelas y en bodegas para consumo familiar.
Pérez Correa admitió que para cubrir la demanda de la merienda escolar tuvieron que recurrir a otras fábricas, incluso fuera de la capital.
Producto desaparecido
Si para el 2015 se planificaron 32 mil toneladas, este año la cifra se redujo a 21 mil y existen dudas de que se pueda cumplir.
La crisis del yogurt de soya es nacional y las bolsas que comúnmente se expendían por la libre en diversos mercados y bodegas estatales han desaparecido para acrecentar la necesidad de la población por un alimento que se convirtió en un suplemento vital ante la escasez de leche de vaca y en lo momentos más difíciles del  denominado período especial, en los años 90.
Las primeras ventas de yogurt de soya a la población se remontan al 2002, instituido como alimento básico para los niños mayores de siete años. Pero en los últimos tres años las críticas de los consumidores han sido imparables, tanto por la baja calidad del producto como por la irregularidad en la distribución.
El Complejo Lácteo de La Habana fue inaugurado el 13 de agosto de 1974 por iniciativa de Fidel Castro. La línea de producción de yogurt de soya es una de las principales entre los más de 30 surtidos que produce la instalación.

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