Elecciones en Cuba: Cosmetología política para octogenarios renuentes

Elecciones en Cuba: Cosmetología política para octogenarios renuentes

Raúl Castro vota en el II Frente Oriental, en Santiago de Cuba, ambientado con cortinas transparentes.

Por Daniel Benítez

Después del simulacro electoral del pasado domingo 4 de marzo, han llegado las elecciones simuladas del 11 de marzo en Cuba.

Un proceso que debe marcar el comienzo de una nueva era en Cuba, al menos en términos de cosmetología política. No cambiará el poder político ni el sistema totalitario, sino que se trata de un juego de apariencias en el que las veteranísimas figuras históricas pasarán a mover los hilos del gobierno detrás del telón.

Lo más claro que los cubanos tienen hoy es que Raúl Castro y sus acólitos octogenarios seguirán gobernando hasta la muerte, aunque no sigan en la presidencia del Consejo de Estado. Los históricos no están resignados a dejar de mandar, están inconformes incluso con entregar las riendas a la “nueva gfeneración”de 55 en adelante, y va a dar su pelea de permanencia.

Este domingo Raúl Castro votó en un colegio ubicado en el municipio santiaguero de II Frente Oriental Frank País, en Santiago de Cuba, por donde aparece nominado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Un viejo mapa sin cambios

Miguel Díaz-Canel, vicepresidente primero y presunto sustituto, fue hasta su natal Santa Clara para colocar la boleta. Su mensaje fue para afincar su posición en la jornada electoral, que definió de “continuidad, reafirmación de nuestro proceso revolucionario y un tributo a Fidel”.

El mapa no ha cambiado. El mapa no cambiará.

A través de la Comisión de Candidaturas Nacional, el régimen justificó la presencia de octogenarios en la Asamblea Nacional del Poder Popular aduciendo que el 6.45 % de personas mayores de 70 años, los que en las boletas para diputados representan al 18.3 % de la población cubana que supera las seis décadas de vida.

Por primera vez nombres como los del gobernante Raul Castro (86 años), José Ramón Machado Ventura (87), actual vicepresidente del Consejo de Estado; Ramiro Valdés (85), vicepresidente; el general Leopoldo Cintra Frías (77), ministro de las Fuerzas Armadas; Ulises Rosales del Toro (75), vicepresidente o José Ramón Balaguer Cabrera (85)  todos miembros del núcleo fuerte y leal al poder  no estarían en sus puestos por sus “cualidad y ejemplos de lucha en la Sierra y por la Revolución”, sino para simplemente responder a un demográfico cada vez en ascendencia dentro de la Isla, una de las naciones con mayor tasa de envejecimiento.

Biografías digitales 

Por estos días previos, ni siquiera las biografías de los candidatos han podido llerse completas en los sitios digitales. El periódico Granma ha sufrido serás “afectaciones técnicas” durante los últimos días.

En los foros participativos bajo estricta moderación en los sitios oficiales, no faltaron numerosas críticas al actual sistema electoral cubano, , sobre todo en relación a la nominación de 605 candidatos para 605 puestos en ese órgano legislativo.

Una persona que se identificó como Olegario en Cubadebate,  preguntó por qué mantener en la candidatura a personas que ya rebasan los 80 años y la respuesta de la Comisión de Candidatura Nacional fue: “..para dicha de todos los cubanos, también forman parte de nuestra población y por tanto son considerados. Nuestro parlamento tiene que parecerse al país y es bueno recordar el crecimiento de nuestra población de la tercera edad es una realidad innegable”.

Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información en la Isla más de dos millones 200 mil cubanos superan las seis décadas de vida, el 18.3 por ciento de la población.

605 nominados a 605 puestos

El usuario Cubano de Moa en su comentario planteo una interrogante: Por qué nominar a 605 candidatos para ocupar 605 escaños en la Asamblea Nacional? Acaso no convierte en simbólicas las elecciones? Deberían nominar al doble y a un número mayor para que mediante el voto queden los 605…

Otro comentario pidió una separación real de poderes. El usuario identificado como ALP argumentó que existe una enorme coincidencia con los que están en el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, la Asamblea, los ministerios, en las direcciones de los Partidos y del Poder Popular en las provincias y municipios, entonces cómo un órgano podría controlar a los otros, si las personas son las mismas?

Las respuestas de la Comisión de Candidatura Nacional (CCN) en muchos de los casos se limitaron a justificar la selección de los candidatos según sus “méritos” mientras aclararon que la propia CCN es integrada por representantes de la Central de Trabajadores de Cuba, de los Comités de Defensa de la Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas y otras organizaciones sociales todas controladas por el régimen gobernante.

En Cuba, donde las cifras son cuidadosamente diseñadas para intentar ofrecer una imagen de pluralidad y cambio generacional, el próximo Parlamento tendrá una edad promedio de 49 años, con casi el 90 por ciento de los candidatos nacidos después de 1959.

La lista de los jerarcas

La Asamblea Nacional en Cuba es la encargada de seleccionar el Consejo de Estado y su presidente, de ahí que el proceso de selección de quienes integran ese foro sea extremadamente controlado. En total esa entidad tiene 31 miembros, entre ellos un primer vicepresidente, cinco vicepresidentes y un secretario. En el núcleo principal la edad promedio entre ellos es 72 años, sin contar la de Homero Acosta (Secretario) de quien no se ha publicado su fecha de nacimiento.

Raúl Castro Ruz: Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros (86 años)

Miguel Díaz- Canel: Primer Vicepresidente (57 años)

José Ramón Machado Ventura: Vicepresidente (87 años)

Ramiro Valdés Menéndez : Vicepresidente (85 años)

Salvador Valdés Mesa: Vicepresidente (72 años)

Gladys María Bejerano: Vicepresidenta (71 años)

Lázara Mercedes López Acea: Vicepresidenta (53 años)

Homero Acosta Alvarez: Secretario (su edad no figura en Ecured)

La pregunta que se nos viene encima es cuántos menores de 60 años serán integrantes del nuevo Consejo de Estado y, sobre todo, si ocuparán cargos de relevancia en ese órgano de conducción de los rumbos del país.

CATEGORÍAS

COMENTARIOS