La Habana: Otro domingo en la inmundicia

La basura es la primera imagen que ven los vecinos cuando salen, cuando regresan. Muchas personas han perdido casi todo. El bienestar del alimento diario, las esperanzas, los sueños, la familia. Pero algunos no han perdido la humanidad.

La Habana: Otro domingo en la inmundicia
La basura como parte del paisaje cotidiano en La Habana. Foto: Michel Hernández.

Por Michel Hernández

Pensaba empezar con una broma. Algo así como que los vecinos no saben si hacerle a la basura un homenaje o un mitin de repudio. Pero no me alcanza para el chiste. Ya he visto demasiadas personas en muy pocas semanas hurgar en esos desechos para bromear. Y pasa ante las miradas de resignación que crecen como la basura.

Esta montaña de mierda a nadie le importa. Está muy cerca de una unidad militar, una escuela y un policlínico. La imagen se ha repetido en el tiempo y ya finalmente es el mejor ejemplo del tiempo. Los mosquitos y las ratas ilustran el paisaje. La basura es la primera imagen que ven los vecinos cuando salen, cuando regresan. Muchas personas han perdido casi todo. El bienestar del alimento diario, las esperanzas, los sueños, la familia.

Pero algunos no han perdido la humanidad.

Una humilde señora diariamente invita a un vecino ciego a su mesa. Sobre el mediodía lo busca y lo regaña incluso si no cumple con su almuerzo, con la mesa compartida. Pero la basura trata de quitarle la dignidad que le queda al barrio. A las personas. Es una lucha campal por estar en concordancia con uno mismo frente a la imposición del desecho en toda la dimensión que guarda la palabra.

Hoy es otro domingo en la inmundicia, la desidia y la resignación. Las ratas seguirán engordando y una madre correrá con un bebé al policlínico. Tendrá fiebre y un posible diagnóstico de dengue. Estará también el que decidió escribir para despojarse un poco de la resignación en la mirada y esperar que un día el país se ocupe de su propia basura.

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