Médicos cubanos en el epicentro de la epidemia de ébola en Africa
Imagen microscópica ampliada del virus del ébola
Por Ivette Leyva Martínez
Alrededor de 40 médicos y paramédicos cubanos prestan servicios en zonas afectadas por el ébola en Africa Occidental, pero ninguno se ha enfermado hasta ahora del letal virus.
Fuentes de las brigadas de colaboración que fueron consultadas por CaféFuerte dijeron que se han detectado casos en las instituciones donde trabajan médicos cubanos, pero no hay sido directamente atendidos por ellos.
Un grupo de 27 profesionales cubanos de la salud trabajan en Sierra Leona, tanto en Freetown como en la segunda ciudad, Bo, y otras localidades.
El personal médico que atiende a los enfermos de ébola debe usar trajes aislantes especiales, con guantes y máscaras para evitar la infección.
La nación más afectada
Sierra Leona es la nación más afectada en la mayor epidemia desde que el ébola fue detectado en la década de 1970. Al menos 574 personas han enfermado y 252 han muerto sólo en Sierra Leona, según las más recientes cifras oficiales citadas por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
El pasado jueves, el presidente Ernest Bai Koroma declaró el estado de emergencia y convocó a los militares para mantener la cuarentena de los enfermos.
Unas 1,320 personas han enfermado y más de 700 han muerto hasta la fecha en los tres países afectados: Sierra Leona, Guinea Conakry y Liberia. Un hombre liberiano falleció en Nigeria, pero la populosa nación africana no ha reportado más casos confirmados del virus.
El contingente médico cubano en Guinea Conakry consiste de 15 personas, algunas de ellas en Boké, una de las áreas más afectadas por la epidemia. El país ha reportado 472 casos y 346 muertos.
Altamente contagioso
No hay médicos cubanos en Liberia, donde se han registrado 391 casos y 227 fallecidos.
La prensa cubana se ha hecho eco de la epidemia, pero no ha informado hasta ahora sobre la situación del personal médico destacado en los países africanos.
El ébola es una fiebre hemorrágica viral, que se trasmite por contacto directo con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales. Su tasa de mortalidad oscila entre 60 y 90% de los casos. Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, debilidad, y dolores musculares, de cabeza y de garganta, seguidos de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.
Los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre y las secreciones. El período de incubación oscila entre 2 y 21 días.
El actual brote comenzó en mayo y ha sido declarado “fuera de control” por la Organización Mundial de la Salud (OMS).