Memorias inquietas: Escaramuzas del ex jefe de la Inteligencia cubana

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Luis Barreiro, junto a su nieta Lenia Barreiro, y su actual esposa, Deborah Agreló, en La Habana.

Por Juan Reynaldo Sánchez*

Una información reciente sobre la residencia en el sur de la Florida de un hijo del ex viceministro del Ministerio del Interior, General de Brigada Germán Luis Barreiro Caramés, me remontó hasta los “días gloriosos” del otrora hombre fuerte de Dirección General de Inteligencia (DGI).

El General Germán Barreiro Caramés (Luis es su seudónimo) fue destituido como jefe de la Inteligencia y pasado a retiro en 1989 como otros jefes de direcciones del MININT, a raíz de los sucesos de la Causa No. 2 que sacudieron el organismo y las altas esferas militares cubanas. Pero lo que pocos conocen es cómo escaló hasta allí.

Tengo referencias de Luis Barreiro desde principios de los años 70. Transcurría exactamente el año 1974 y el comandante Ramiro Valdés fungía como director de una empresa denominada Materiales de la Construcción, luego de haber cumplido su primera etapa como ministro del Interior (1961-1968).

A Luis, por entonces capitán, siempre se le encontraba en la antesala del despacho de Ramiro Valdés en Materiales de la Construcción, situada en el barrio del Vedado. Luis llegaba todos los días antes que Ramiro y lo saludaba a la entrada de su despacho y así fue “colandose” y logrando la confianza del Comandante de la Revolución, quien ya lo conocía de su paso por el MININT.

Para complacer al jefe

Por esa fecha Ramiro estaba soltero, o por lo menos no tenía una relación sentimental oficial. Fue así que a Luis Barreiro ideó presentarle a su jefe la hermana de su amante por esa época, Beatriz Alonso Becerra. De esa forma Ramiro comenzó un romance con  Alicia Alonso Becerra, su actual esposa.

Alicia era mucho más joven que Ramiro. Tenía el cabello rubio y realmente no pasaba inadvertida para nadie.  La joven estudiaba en la Ciudad Universitaria “José Antonio Echevarría”, la CUJAE, en el municipio Boyeros, donde.hoy finge como directora, más por ser esposa de Ramiro Valdés que por méritos propios.

La etapa de noviazgo entre Alicia y Ramiro le dio a Luis Barreiro la oportunidad de un acercamiento mayor a su jefe. Eran frecuentes la visitas de ambos y sus novias al edificio del Instituto de Cine (ICAIC), en 23 y 10, en el Vedado, donde existían salas de cine para exhibiciones exclusivas a los principales dirigentes del país. Allí, de manera privada, los miembros de la élite disfrutaban de los más recientes estrenos antes de que fueran exhibidas en los circuitos comerciales, un privilegio de los máximos dirigentes, a excepción de Fidel y Raúl Castro, quienes gozaban de algo más exquisito: ellos tenían sus salas de cine propias.

También eran frecuentes los fines de semana de Luis y Ramiro, con sus respectivas novias, en Varadero, en la casa de Ramiro en el famoso balneario, así como los recorridos del cuarteto por diferentes centros turísticos de la isla.

De esta placentera forma, Luis Barreiro fue posicionándose en el regazo de Ramiro hasta convertirse en un hombre de su total confianza y, de hecho, en una especie de ayudante personal.

La vuelta de Ramiro

Y así llegamos a 1979, cuando Ramiro es nuevamente designado para su segundo período como ministro del Interior en sustitución del General Sergio del Valle, quien encabezó el MININT desde 1968. Para esta nueva etapa, ya Luis Barreiro tenia una posición privilegiada dentro del círculo de personas de máxima confianza de Ramiro Valdés, de manera que pronto se verían los resultados en su currículum personal.

Es precisamente en el período 1979-1985 cuando Luis Barreiro es ascendido a Coronel y después a General de Brigada, y asume la jefatura de la DGI.

Tras la destitución de Ramiro por implicaciones de buena vida y deficiencias en el trabajo del MININT, lo reemplaza el General José Abrantes. Luis sigue en su puesto, pero comienza a tomar distancia de Ramiro, plegándose al flamante ministro.

En 1989 se produce la debacle del MININT. Por efecto de las causas No. 1 y No. 2 son sustituidos todos los jefes y vicejefes de las direcciones del organismo, a excepción del jefe de Seguridad Personal, General de Brigada Humberto Francis Pardo, muy allegado a Fidel y Raúl Castro, y quien habia sido nombrado en ese cargo en una fecha reciente. En realidad, Francis Pardo no tenia vínculo alguno con Abrantes y la investigación determinó que no estaba implicado en ninguna de las operaciones cuestionables de la entidad.

Por cierto, valga recordar que en ese proceso de purgas tampoco fue sustituido, sino pasado a la unidad Liberación, el General Alejandro Ronda Marrero, quien había informado a Fidel Castro de la existencia de los almacenes de Tropas Especiales donde se encontraban los medios y artículos de la reserva de Abrantes. Las reservas pertenecían al MININT, pero durante el juicio de la Causa No. 2 se presentaron como almacenes para el disfrute personal de Abrantes, cuando en realidad servían de reserva no solo para el MININT, sino también para el propio Fidel Castro. Puedo dar fe de muchos de esos “artículos de la reserva” que la mismísima Dalia Soto del Valle, la esposa de Castro, se llevaba para su residencia en Punto Cero, la residencia del dictador y sus hijos.

Un hombre olvidado

La pregunta que se hacen todavía muchos es cómo Luis Barreiro pudo llegar a ser jefe de la Inteligencia cubana y convertirse en viceministro. Canchanchán como pocos. corre-ve-y-dile de los jefes y adulador tanto de Ramiro Valdés como de José Abrantes, Luis Barreiro evidenció poca capacidad para las tareas que tenía bajo su mando. Durante su permanencia al frente de la DGI, la Inteligencia cubana careció de una dirección eficaz y profesional,  y si no hubo mayores descalabro fue por el trabajo desarrollado por sus antecesores, lo que permitió continuar las misiones a escala internacional sin muchos contratiempos.

Hoy el antes poderoso General Germán (Luis) Barreiro Caramés no es más que un olvidado personaje, abandonado a su suerte, un papel estrujado y tirado a un lado tras los servicios incondicionales que prestó al régimen. Mientras, su antiguo jefe volvió a asumir altos cargos y responsabilidades dentro del gobierno y Estado cubanos. Lógicamente, Ramiro nunca le perdonará que lo echara a un lado tras ser destituido en 1985, y no va a llamarlo en es hora que la ancianidad gobernante se juega sus últimas cartas en el poder.

Ahora Luis Barreiro tiene un hijo viviendo en Miami, algo inconcebible en sus días de mandamás en el MININT. Es la nueva era que estamos viviendo en el caso cubano. El joven Alejandro Luis Barreiro Agrelo, de 25 años, labora actualmente como director de Tecnología de BodyLogicMD, en Boca Raton, se aprovecha así de las bondades del sistema que su padre tanto combatió. Tiene sentido: un padre en desgracia no puede ofrecerle las prerrogativas que otros niños mimados de dirigentes disfrutaron y siguen disfrutando, a espalda de la proclamada batalla por la austeridad que alguna vez nos hicieron creer y que siempre fue pura retórica.

*Juan Reynaldo Sánchez fue escolta personal de Fidel Castro entre 1968 y 1994, con grados de teniente coronel. Fue destituido y cumplió prisión en Cuba. Logró abandonar la isla en el 2008 y actualmente reside en Miami. Un libro sobre su experiencia en la seguridad personal del gobernante cubano saldrá este año con el sello de una editorial europea.

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