Paisaje del porvenir: ¿Qué pasará con la relación comercial Cuba-EEUU después del 20 de enero?

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Participación estadounidense en la Feria Internacional de La Habana de 2015.

Por John S. Kavulich*

La comunidad empresarial de Estados Unidos debe avanzar rápidamente si acepta lo que la administración de  Donald Trump puede hacer con respecto a la República de Cuba y prepararse para ello.

Puede haber extremos: rescisión de políticas y regulaciones; revocación de licencias. Lo que había sido autorizado por una licencia general ahora puede requerir una licencia específica. Puede haber enmiendas a las licencias existentes -exigir que las empresas de Estados Unidos (hoteles y aerolíneas, etc.) paguen directamente a los nacionales cubanos que actualmente están contratados a través de las entidades gubernamentales … y efectúen pagos a una tasa de 1:1.

Es posible que no haya cambios: sólo las amenazas para implementar cambios, sabiendo que las amenazas pueden ser disuasorias. Puede haber un enfoque expansivo:  abrumar al gobierno de la República de Cuba con oportunidades potenciales viables y valiosas, pero retener la implementación hasta que haya un acuerdo para liquidar las reclamaciones certificadas, con una fecha objetivo del 24 de febrero de 2018.

Nuevas coordenadas políticas

Las llamadas telefónicas, correos electrónicos y facsímiles, ya no podrán ser respondidos por los empleados de departamentos y agencias; y las reuniones ya no pueden ser ofrecidas o acomodadas,  al menos hasta que los funcionarios políticos designados estén en su lugar y se hayan proporcionado las coordenadas de la nueva estrategia.

La política hacia Cuba puede no ser creada, pero será coordinada desde el Ala Oeste y el Eisenhower Executive Office Building (EEOB), no necesariamente desde Foggy Bottom.

Los defensores que apoyan las iniciativas de la Administración de Obama ya no mantendrán un carril preferido,  frecuentemente no revelado y selectivo en 1600 Pennsylvania Avenue, NW.

Es improbable que los miembros del Congreso de Estados Unidos que se opusieron a Donald J. Trump durante las elecciones primarias y las elecciones generales ganen fuerza con la nueva administración sin un esfuerzo considerable a la hora de buscar apoyo para impuklsar legislaciones favorables a Cuba.

Puertas menos abiertas

Los representantes del gobierno de Cuba que podían encontrar funcionarios y diplomáticos cuyas puertas estaban abiertas durante los últimos  24 meses, ya no estarán disponibles en Washington DC y en La Habana.

Un desafío para la comunidad empresarial de Estados Unidos será cómo dirigirse a un gobierno de la República de Cuba que retrocederá en el uso de adjetivos y adverbios necesarios para que las empresas estadounidenses creen oportunidades y / o mantengan las exportaciones, importaciones y provisión de servicios.

Las empresas radicadas Estados Unidos deben anticipar un retorno a la defensa abierta de la “sociedad civil” y el “apoyo al pueblo cubano” que caracterizaron las presidencias de  William J. Clinton (1993-2001) y George W. Bush 2001-2009), lo cual es detestado por el gobierno de  Cuba.

Es decir, si el otorgamiento y la ejecución de una licencia de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro y /o de la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio sería  en alguna medida demostrativo y reforzara  los fracasos de los sistemas comerciales, económicos y políticos de Cuba, la solicitud de licencia tendrá mayores posibilidades de ser aprobada por la OFAC, el BPI o mediante el proceso de revisión interinstitucional.

Preguntas incómodas

En pocas palabras: si el gobierno de Cuba es posible que no desea la aplicación de la licencia, entonces la licencia probablemente se concederá.

Esta es una lista de verificación que las compañías de Estados Unidos deben considerar al solicitar licencias de la OFAC y/o BIS, después del 20 de enero de 2017. No es agradable, será ofensivo para muchos, pero puede ser realidad:

¿La Implementación de la licencia avergonzará al gobierno de República de Cuba?

¿La implementación de la licencia humillará al gobierno de la República de Cuba?

¿La implementación de la licencia mostrará limitaciones de los sistemas actuales de la República de Cuba?

¿La implementación de la licencia creará Inspiración para los 11,3 millones de ciudadanos de la República de Cuba?

¿La implementación de la licencia creará aspiraciones para los 11,3 millones de ciudadanos de la República de Cuba?

¿La implementación de la licencia creará y aumentará la transparencia dentro de la República de Cuba?

¿La implementación de la licencia aumentará la responsabilidad del gobierno de la República de Cuba a la hora de rendir cuentas ante sus 11,3 millones de ciudadanos?

¿La  implementación de la licencia creará empleos en Estados Unidos?

¿Será la compañía estadounidense transparente en lugar de translúcida en términos de lo que está haciendo en la República de Cuba? Proporcione detalles sobre el valor de transacción, los pagos, la ubicación, etc. (Las revelaciones de la filial de Alphabet Inc., con sede en Mountain View, California, relacionada con la instalación de servidores son un ejemplo de lo que no se debe hacer).

Reclamaciones de propiedades confiscadas

Es importante recordar que cualquier licencia expedida por la OFAC y el BIS puede ser rescindida en cualquier momento si la OFAC/BIS cree (o es instruida por la Casa Blanca) que la implementación de la licencia ya no es del interés de la política de Estados Unidos. Así como una solicitud de licencia puede ser denegada si su emisión no sería en interés de la política de Estados Unidos.

La Administración Trump observará las políticas, regulaciones y licencias de OFAC/ BIS,  y las solicitudes  de licencias,  a través de un prisma sobre cómo se enfocan hacia una resolución de las reclamaciones certificadas de propietarios estadounidenses.

La Administración Trump se centrará en la resolución de las reclamaciones certificadas, ya que proporciona la base legislativa para revisar y rescindir el Reglamento de Control de Activos Cubanos (CACR), la Ley de Democracia Cubana (CDA) de 1992, la Ley Libertad (“Helms-Burton” ) de 1996, y la Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y de Mejora de las Exportaciones (TSREEA) de 2000.

Hubo 8,821 reclamaciones, de las cuales 5,913, con valor de $ 1.902,202,284.95, han sido certificadas por la Comisión de Liquidación de Reclamaciones Extranjeras de Estados Unidos (USFCSC) ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Lo que Obama olvidó

De estas reclamaciones, 30 empresas con sede en Estados Unidos tienen el 56.85% del valor total. La USFCSC permitió que se devengara un interés del 6 % anual, con un valor actual que oscila entre US $6,000 y$9,000 millones de dólares.

Es importante señalar que ninguna empresa con sede en Estados Unidos que se haya comprometido con Cuba desde el 17 de diciembre de 2014- exportaciones, importaciones, prestación de servicios- y que tenga una reclamación certificada contra el gobierno cubano ha informado un rechazo a su reclamación vigente ante la USFCSC.

¿Por qué está en esta situación la comunidad empresarial de Estados Unidos?

Debido a que la Administración Obama estaba tan entusiasmada al comenzar sus negociaciones con Cuba que se olvidó de terminarlas. El presidente Barack Obama (y su personal) carecía de una visión más allá de la óptica. El presidente Raúl Castro se enfocó en preservar el estatus quo y temió cambios irreversibles.

El momento más consecuente en 57 años fue malgastado bilateralmente.

*Presidente del Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU, Este artículo fue traducido del inglés para su publicación en CaféFuerte.

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