Agentes policiales sacan a ocupantes de parroquia habanera

Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad en Centro Habana

Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad en Centro Habana

Por Redacción CaféFuerte

Agentes policiales desalojaron este jueves sin violencia la Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad en La Habana, poniendo fin a la ocupación del templo por 13 disidentes cubanos durante las últimas 48 horas.

Según fuentes eclesiásticas, la acción para terminar con la ocupación se inició a las 9 p.m. y duró menos de 10 minutos, luego de que los ocupantes fueron retirados del lugar sin ofrecer resistencia.

“Se pone fin así a una crisis que no debió nunca producirse. La Iglesia confía que hechos semejantes no se repitan y que la armonía que todos anhelamos pueda realmente alcanzarse”, indicó un comunicado del Arzobispado de La Habana, emitido a la medianoche del viernes.

Sin embargo, el periodista independiente Roberto de Jesús Guerra Pérez dijo en un mensaje que los amotinados fueron sacados con violencia, “golpeados y arrastrados” por los agentes policiales.

El operativo habría sido conducido por 50 agentes policiales y fuerzas antimotines del Ministerio del Interior.

La versión del Arzobispado está en las antípodas.

Luego de infructuosas peticiones para que los amotinados abandonaran el santuario por su propia voluntad, el Cardenal Jaime Ortega se dirigió a las autoridades gubernamentales para que procedieran a sacar al grupo, integrado por ocho hombres y cinco mujeres, indicó el reporte eclesiástico.

El texto aparece publicado íntegramente hoy en el periódico oficial Granma. La edición digital del diario encabeza su edición del viernes con esta información.

No serán procesados
 
“Los agentes que ejecutaron la operación habían asegurado a la Iglesia que no portarían armas, que trasladarían inicialmente a las 13 personas a una unidad policial y que después los llevarían a sus casas. Igualmente aseguraron que no serían procesados por este hecho”, según el Arzobispado.

Ortega les prometió a los ocupantes que serían conducidos a sus casas bajo la protección de la Iglesia Católica sin que nada atentaría contra la seguridad del grupo, pero los ocupantes respondieron  que no desconfiaban del prelado, “pero sí de la palabra dada a este por las autoridades del país”.

Hasta el momento no se ha confirmado el paradero del grupo. Varios intentos de CaféFuerte por comunicarse con Vladimir Calderón Fariñas, líder de los manifestantes, resultaron infructuosos.

En las primeras horas del jueves los amotinados, miembros del llamado Partido Republicano de Cuba (PRC), dijeron que las autoridades les habían impedido alimentarse y que solo recibieron suministros a través de un paquete lanzado desde la calle por un familiar.

Fuentes de la prensa independiente señalaron que la iglesia estaba bajo el control de agentes de Seguridad del Estado, apostados en los alrededores del lugar y vestidos de civil.

En comunicación con el gobierno

En el grupo se encontraban personas de edad avanzada. Uno de los ocupantes tiene 82 años.
 
Las 13 personas habían penetrado el martes en la parroquia para demandar la excarcelación de presos políticos y solicitar libertades democráticas en vísperas de la visita del Papa Benedicto XVI a la isla. El Sumo Pontífice llegará a la ciudad de Santiago de Cuba el próximo 26 de marzo para una visita de tres días.

Incidentes similares fueron abortados en la misma fecha en parroquias del interior del país.
 
Las autoridades católicas estuvieron en comunicación con el gobierno desde el comienzo de la crisis. La Iglesia condenó el hecho de ilegítimo e irresponsable, y lo consideró como parte de una estrategia coordinada por grupos en varias regiones del país con el propósito de crear situaciones críticas a las puertas de la visita del Papa a la isla.

La acción dividió a sectores disidentes dentro de Cuba. Reconocidas figuras opositoras como Martha Beatriz Roque, Yoani Sánchez y Jorge Luis Pérez Antúnez condenaron la ocupación del templo, destando reacciones contrapuestas entre las voces más radicales del exilio de Miami.

A continuación reproducimos el comunicado del Arzobispado de La Habana sobre el operativo:

NOTA DE PRENSA DEL ARZOBISPADO DE LA HABANA

En horas de la noche de hoy, jueves 15 de marzo, tras más de cuarenta y ocho horas de permanencia ininterrumpida y no autorizada en el interior del Santuario Diocesano y Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad en La Habana , los trece ocupantes fueron retirados de ese sagrado lugar.

En las primeras horas de su permanencia en el templo, y durante uno de los diálogos sostenidos con los ocupantes, el canciller de la arquidiócesis, monseñor Ramón Suárez Polcari, les había manifestado la promesa del Cardenal Jaime Ortega de que serían conducidos a sus casas bajo la protección de la Iglesia y que nada atentaría contra su seguridad, pues esa había sido la solicitud del Cardenal a las autoridades correspondientes. Los ocupantes respondieron entonces que no desconfiaban del Cardenal Ortega, pero sí de la palabra dada a este por las autoridades del país. Sin embargo, afirmaron que si esas mismas autoridades acudían a decírselo personalmente lo creerían.

No obstante, los esfuerzos unilaterales de la Iglesia por poner fin a esta situación continuaron. Nuevamente en la noche del miércoles 14 de marzo, el canciller del arzobispado de La Habana se presentó en el templo, y en compañía del padre Roberto Betancourt, rector del Santuario, les reiteró la invitación a salir voluntariamente. No faltó tampoco la exhortación de los fieles católicos, quienes no han podido escuchar misa los días miércoles y jueves. Otras invitaciones a poner fin a la ocupación se repitieron en la mañana y la tarde de hoy. La respuesta del grupo siempre fue negativa.

Por este motivo, en uso de la autoridad y facultad que le compete, el cardenal Jaime Ortega se dirigió a las autoridades correspondientes para que invitaran a los ocupantes a abandonar el Santuario y Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad en La Habana. Se tuvo en cuenta, además, la propuesta de los mismos ocupantes de ser visitados directamente por las autoridades para recibir garantía de su seguridad. Esta solicitud del Cardenal Ortega a las autoridades reiteraba salvaguardar la integridad de estas personas.

La acción de poner fin a la ocupación se inició a las 9:00 p.m. hora local, duró menos de diez minutos. Los trece ocupantes fueron invitados a salir del templo y no ofrecieron resistencia. Los agentes que ejecutaron la operación habían asegurado a la Iglesia que no portarían armas, que trasladarían inicialmente a las trece personas a una unidad policial y que después los llevarían a sus casas. Igualmente aseguraron que no serían procesados por este hecho.

Se pone fin así, a una crisis que no debió nunca producirse. La Iglesia confía que hechos semejantes no se repitan y que la armonía que todos anhelamos pueda realmente alcanzarse.

Orlando Márquez Hidalgo
Oficina de Prensa del Arzobispado de La Habana
La Habana, 15 de marzo de 2012

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