Prisioneros denuncian explotación laboral en las cárceles

Un guardia supervisa a prisioneros en bloquera de la prisión de Melena del Sur

Un guardia supervisa a prisioneros en bloquera de la prisión de Melena del Sur

Por Daineris Pérez*

MELENA DEL SUR, MAYABEQUE.- Presos por delitos comunes en una prisión juvenil en  Melena, denunciaron que son obligados a realizar trabajos forzados y son víctimas del abusos por parte de las autoridades penales.

“Los que nos encontramos en esta prisión somos víctimas  del abuso y  la crueldad de las autoridades. Nos someten  a cumplir  una jornada laboral de doce horas diarias de trabajo bajo sol, fundiendo y levantando bloques o trabajando en el campo”, dijo Ariel, un reo que realizaba labores agrícolas en las afueras del penal Melena II.

La prisión Melena II, ubicada a dos kilómetros en las afueras del municipio Melena del Sur, provincia Mayabeque, alberga  a más de 600 condenados, la mayoría jóvenes de la raza negra. Trabajan fabricando bloques de cemento.

“La alimentación aquí es pésima y asquerosa. Somos tratados como animales”, dijo otro reo.

La norma diaria que deben cumplir los prisioneros en el área de la llamada bloquera es 500 bloques cada uno. Solo reciben como salario mensual 22 pesos y 50 centavos en moneda nacional (CUP), lo que equivale a menos de un dólar.

Presos comunes en bloquera de la prisión de Melena del Sur

Presos comunes en bloquera de la prisión de Melena del Sur

 “Este trabajo no lo realizamos por necesidad, sino por obligación”, comentó Ariel. “Al no cumplir con los requisitos, nos amenazan con quitarnos los beneficios del establecimiento, visitas familiares, de estímulo, conyugales, y a los que estamos de mínima el pase de 72 horas a la casa”.

Según los condenados, otros de los castigos utilizados contra ellos es no brindarles utensilios para realizar las labores, ropas zapatos e implementos, así como no darles la debida atención médica.

 “Los que nos enfermamos somos abandonados a merced. Tengo las manos llenas de llagas y golpes, pero si no hago este trabajo no puedo ver a mi familia”, comentó uno de los reclusos.

Directivos de la prisión obtienen ganancias y se enriquecen a costa del trabajo de los reclusos, según testimonios recogidos entre prisioneros y sus familiares.

Organizaciones de derechos humanos sitúan entre 70,000 y 80,000 la población penal cubana que permanece en unas 200 prisiones, centros correccionales y campos de trabajo. El gobierno no proporciona cifras oficiales de reclusos e impide a organismos internacionales como la Cruz Roja inspeccionar las cárceles de la isla.

 “Los jefes aquí han hecho mansiones en Melena del Sur y Güines a costa del trabajo nuestro. Estos señores viven de la crianza de cerdos alimentados de la comida que nos roban y cultivando productos agrícolas en fincas que ya son de su propiedad”, aseguró Ariel.

En los campamentos de trabajo forzado Canasí y Guaicalamar, de esta provincia, reos trabajan de sol a sol en la elaboración de carbón para la exportación bajo condiciones inhumanas, describen familiares de las víctimas.

*Corresponsal de la agencia independiente Hablemos Press.

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