Puente de Guanabo: Una historia interrumpida por la desidia

Puente de Guanabo: Una historia interrumpida por la desidia

Por Danay Riesgo

Esta es la historia de un ícono. La historia de lo que fue un espacio de identidad y tránsito por un pedazo de Cuba.

Creo en el alma de los lugares donde existía vida y alegría; en el espíritu de lo que un día fue parte de un pueblo; y creo además en la esperanza del renacimiento.

Sabiendo poco más que la fecha de construcción fue a mediados del siglo pasado, entre los gobiernos de Fulgencio Batista y Ramón Grau San Martin. Entre la inestabilidad política y la Carta Magna. Entre mucha historia, nació el puente de Boca Ciega o puente de Guanabo.

En un enclave de total naturaleza en aquella época, rodeado de mangles, cocoteros, lagunas, mar e innumerable fauna estaría su ubicación.

Un viaducto de progreso

Aprovechando la madera como medio de construcción de la época y con la única intención de salvar distancias y hallar una solución para conectar dos extremos interrumpidos por un río, comenzó a erigirse el viaducto sin darse cuenta que aquello era más que un puente. Era el principio de la historia y el progreso.

Guanabo crecía a una velocidad de vértigo. Luchando entre los ciclones que azotaban con dureza la isla y un poco más tarde con el lema de “Viva Cuba Libre”.

EL puente habrá cargado en sus hombros todo tipo de coches de caballos, carros clásicos americanos como Chevrolet, Ford y Buick. Cada uno con su historia. Familias del Vedado que venían a pasar el día en la playa, parejas de enamorados que persiguiendo un sueño llegaban a Boca Ciega para dar rienda suelta a su amor, jóvenes con la única intención de dejarse llevar por la magia que te hace sentir la brisa del mar al atardecer…

Puedo imaginar la cantidad de pies descalzos que vio pasar, las risas de la gente que lo transitaban sin tener ni la menor idea de que algún día las ruinas, el abandono y la miseria se alojarían en ese lugar.

No se sabe mucho más, pero cuentan que la zona era un paraíso terrenal donde el sol brillaba con más intensidad, donde la vida era un espectáculo y la gente coloreada por el calor eran las más hermosas de la ciudad.

Sensación de pérdida

Ahora la historia ha dado un vuelco radical, con una sensación de pérdida.

Desde finales del 2005 el deterioro del puente ha sido progresivo y sin reparación alguna. En el 2012 solo quedaba una vía de acceso que era por su centro. Poco después quedó cortado el paso para todo tipo de transporte y los peatones.

Todo en la vida debería tener su valor, ser cuidado y respetado. No dejarlo sumido en el abandono y olvidarnos de su existencia. Nada tiene por qué morir, no podemos mirar al lado contrario. Tenemos que luchar por lo que queremos y por lo que creemos.

Ahogados en la pobreza y en la destrucción, intentan sobrevivir los cuatro pilares que se resisten a ser derrotados por el paso del tiempo y el desánimo de lo que en un día formó parte de nosotros.

Estoy segura de que el puente de Guanabo volverá a ser transitable y esta crónica quedará como el registro de una historia para olvidar.

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