Reversión de política hacia Cuba podría costarle a Trump en creación de empleos

Cubanos en el Malecón. Foto: Ramón Espinosa/AP

Por Jessica Holzer*

El presidente estadounidense Donald Trump pudiera tener dificultades para revertir el histórico acercamiento de su predecesor con Cuba, ahora que numerosos negocios están invirtiendo en relanzar las relaciones con La Habana.

Los operadores de cruceros, aerolíneas comerciales, cadenas hoteleras, compañías de telecomunicaciones y agricultores se han movido para aprovechar la flexibilización del presidente Barack Obama sobre las restricciones de comercio y viajes con la nación isleña.

Es probable que Trump no vaya demasiado lejos para revertir esas restricciones porque socavaría sus promesas de campaña para crear empleos, argumentó Jason Marczak, director de la Iniciativa de Crecimiento Económico de América Latina del Consejo Atlántico en el Centro Latinoamericano Adrienne Arsht.

“Hay un costo para esa reversión y ese costo son los empleos en Estados Unidos”, dijo Marczak.

En manos de la Casa Blanca

La Casa Blanca pronto podría modificar algunas de las restricciones comerciales y de viajes que Obama eliminó como parte de una amplia revisión de la política estadounidense, según la agencia Reuters, aunque no es probable que rompa los lazos diplomáticos que Obama restauró. La Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud para comentar sobre el asunto.

En un mensaje de Twitter, en noviembre pasado, el presidente electo Trump prometió “poner fin” al “acuerdo” del presidente Barack Obama con Cuba si el gobierno de La Habana “no está dispuesto a hacer un mejor trato para el pueblo cubano, la comunidad cubanoamericana y estados Unidos como un todo”.

Sin embargo, incluso el retoque respecto al relajamiento de las reglas sobre viajes y comercio podría resultar impopular.

El restablecimiento por Obama de las relaciones diplomáticas con Cuba, en diciembre de 2014, gozó de amplio apoyo. Una encuesta de Pew Research de enero de 2015 encontró que el 63% de los estadounidenses apoyaron la decisión, mientras que el 66% pensó que Estados Unidos debería ir más lejos y levantar el embargo comercial.

Críticas agudas

Muchos cubanoamericanos de mayor edad siguen visceralmente opuestos a cualquier acoplamiento con el gobierno de Castro o a liberalizar el comercio con Cuba, que sostienen ayudará al régimen, no a los cubanos de a pie. La decisión de Obama incitó a críticas agudas de algunos miembros del Congreso, incluyendo dos influyentes legisladores, el senador republicano Marco Rubio (Florida) y el demócrata Bob Menendez (Nueva Jersey).

Pero los cubanoamericanos se han aprovechado de la flexibilización de las restricciones para visitar a sus familiares y enviarles dinero, y no es probable que miren amablemente a cualquier movimiento para revocarlas, argumentó Cynthia Arnson, directora del programa latinoamericano en el Centro Internacional Woodrow Wilson.

“Un retroceso de esas disposiciones es probable que provoque la oposición dentro de la comunidad cubanoamericana”, dijo.

El sector agrícola estadounidense también se resiste a los cambios que cambiarían la apertura hacia Cuba y tiene un fuerte defensor en el secretario de Agricultura de Trump, Sonny Perdue.

Vender comida a Cuba

Como gobernador de Georgia, Perdue encabezó una delegación agrícola a Cuba en 2010. En su audiencia de confirmación el pasado marzo, expresó su apoyo a los movimientos para aumentar el acceso de los agricultores estadounidenses al mercado cubano, incluyendo una medida de la Cámara de Representantes para permitir a los prestamistas privados financiar las exportaciones agrícolas a Cuba.

“Si nuestra gente lo cosecha, quiero venderlo. También comen en Cuba “, dijo Perdue.

Para Trump, que se jacta de su destreza de hacer negocios, el reto puede ser poner su propia huella digital en la relación con Cuba sin perjudicar las oportunidades de negocios. “Parte de esto es para él  poner su estaca en el suelo y decir que va a conseguir un mejor trato”, argumentó Marczak.

Más que eso, iría en contra de su mensaje de campaña, dijo. “Este no es un presidente que asumió el cargo para promover los derechos humanos”.

* Editora de la revista Foreign Policy. Anteriormente se desempeñó como especialista financiera del diario The Wall Street Journal. Este artículo fue publicado en Foreign Policy. Traducción: Café Fuerte

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