Superespía de Cuba en serie de CNN sobre contraespionaje

Superespía de Cuba en serie de CNN sobre contraespionaje

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La imagen de Ana Belén Montes comienza a ser presencia de culto en los eventos de los activistas de izquierda.


 Por Miguel Fernández Díaz
El caso de Ana Belén Montes, la superespía del Pentágono que pasaba información clasificada a Cuba, está escalando atención en la opinión pública, al calor de versiones despistadas sobre un posible canje de prisioneros con La Habana.
Este domingo, a las 10 de la noche, la cadena CNN presentará en su serie Declassified el caso de Montes, analista de la Agencia de Inteligencia Militar (DIA) de Estados Unidos y condenada a 25 años más cinco de libertad condicional.
El ex presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes y actual colaborador de CNN en asuntos de seguridad nacional, Mike Rogers, conduce la serie, que explora operaciones de la inteligencia y contrainteligencia estadounidense a partir de los testimonios de los agentes protagonistas y sobre la base de documentos desclasificados.
Montes fue arrestada en septiembre de 2001 y condenada tras admitir que trabajó por 15 años para los servicios de inteligencia de Cuba. Su fecha de salida de prisión está fijada para el 1ro de julio de 2023. Tiene actualmente 58 años.
El final de una ilusión

Un avance del episodio dedicado a Montes muestra cómo fructificó seguir la pista de que un espía de Cuba había comprado cierta laptop [Toshiba 405CS] en la tienda CompUSA de Alexandria (Virginia). Hacia mayo de 2001 el FBI dio con el recibo de compra, fechado el 5 de octubre de 1996 a nombre de una tal “Ana B. Montes”. Al registrar el apartamento de la analista en Washington, los agentes del FBI encontraron dicha laptop, con número de serie 10568512; copiaron su disco duro y extrajeron unas 11 páginas de texto que indicaban la conexión de Montes con algún oficial del servicio de inteligencia cubano.
Otro avance muestra el resultado clave de la diligencia de registro practicada por el FBI en el puesto de trabajo de Montes. Su bolso contenía una suerte de tabla de códigos para comunicarse con la inteligencia cubana.
En la fase más intensa de la investigación, siete analistas de contrainteligencia de la DIA colaboraron a tiempo completo o parcial con el FBI para cazar a Montes. En la mañana del viernes 21 de septiembre de 2001, la analista recibió el aviso de presentante ante el Inspector General (IG) de la DIA. Ella pensaba que se trataba de su asunto pendiente con la revista Soldier of Fortune, pero al entrar a la oficina del IG se topó con agentes del FBI que procedieron a arrestarla y sacarla discretamente  del edificio. Su más reciente contacto con La Habana había tenido lugar el domingo 16 de septiembre.
Reanimación del caso
Tras quedar preterida en el canje que llevó de vuelta a Cuba a los tres espías aún penitentes de la Red Avispa,  Montes reapareció con fuerza mediática el 3 de junio de este año, gracias a la nota (des)informativa de Pete Williams y William M. Arkin (NBC News) sobre la presunta negociación entre Washington y La Habana para canjear la superespía por Joanne Chesimard, alias Assata Shakur.
Chesimard, una protegida del régimen cubano por especial voluntad de Fidel Castro, es convicta por el asesinato de un policía en Nueva Jersey y permanece refugiada en Cuba desde 1984. El FBI la ha clasificado entre los 10 principales fugitivos de la justicia estadounidense y han fijado una recompensa de $2 millones por su arresto.
La carga más pesada que arrastra Montes consiste en haber facilitado al servicio de inteligencia cubanos, tras concluir una visita de cinco días a El Salvador, la información de que tres cuartas partes de los efectivos del ejército estarían fuera del cuartel El Paraíso en operaciones de contrainsurgencia. Los cubanos pasaron esta información a las guerrillas del FMLN, que atacaron por sorpresa el cuartel el 1 de abril de 1987. Al cabo de tres horas de combate, 65 soldados perdieron sus vidas, entre ellos el boina verde americano Gregory Fronius.
Peticiones a Obama
El senador Marco Rubio (R-Florida) saltó enseguida para oponerse a la extradición de Chesimard a cambio de la liberación de Montes, a quien calificó de “one of the most hardened and unrepentant spies ever captured and convicted by the United States government”. Sin embargo, todo es embeleco. El canal Telesur se encargó de precisar que los medios en Estados Unidos armaron el revuelo en torno a Chesimard y Montes sin tener ningún indicio racional de semejante canje, sino pruebas más que suficientes de lo contrario.
El portal Cubainformación anunció la creación en La Habana el Comité Cubano Pro Libertad de Ana Belén Montes, así como de comités similares en el resto del mundo, para reclamar el indulto presidencial de la superespía. Ya circulan al menos una petición de libertad y dos de mejor tratamiento penitenciario, promovidas por sectores de izquierda como el Comité de Solidaridad con Cuba en Maine.
Una de las peticiones al presidente Obama ya cuenta con más de 840 firmantes, algunos desde Cuba.
Pero la excarcelación de Ana Belén Montes es un paso complicado para cualquier administración estadunidense por mucho que quiera confraternizar con el gobierno cubano.  Y todo parece indicar que tendrá que esperar por siete años más.
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