Una joyita del realismo Zuche en el periodismo cubano

Una joyita del realismo Zuche en el periodismo cubano

¿Se había acabado este lenguaje de percutientes alabanzas, según preconizaba en sus intervenciones en foros gubernamentales un teórico de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, ya venido a menos? ¿No era que la Política de Comunicación formulada en 2019 iba a acabar con todos estos estropicios de la propaganda que realmente resultan más sintonizados con la “Idea Zuche” del Gran Camarada coreano que con el discurso del oficialismo criollo?

Mi desconfianza de todo la grandiosidad norcoreana comenzó muy temprano hojeando libros y revistas de los camaradas que compartieron beca conmigo en F y 3ra, comprobando sus conductas, viendo alucinantes escenas de sus películas inverosímiles, y luego escuchando cuentos de especialistas del ICAIC que viajaban a festivales internacionales de cine. Allí algunos enviados coreanos les pedían sus cubículos de trabajo para ver películas pornográficas, que no podían “analizar” en sus espacios de visionaje por razones obvias.

Era divertido porque los funcionarios norcoreanos disfrazaban su petición del cubículo a los cubanos en horas extras de “exceso de trabajo”, cuando en verdad no hacían otra cosa en esos festivales que promover bodrios como “La Florista” y no compraban absolutamente nada de otras cinematografías, ni siquiera del entonces pujante cine socialista.

La tapa al pomo le puso el embajador norcoreano en La Habana a finales de los años 80s, cuyo hijo era un pésimo estudiante, y el padre no quería regresarlo con notas mediocres y suspensos a Pyongyang. Pues el señor embajador vino a la Facultad de Comunicación a entrevistarse con la decana y mientras esperaba para el encuentro, trató de robarse varias hojas timbradas de la Universidad de La Habana para presuntamente falsear las calificaciones recibidas por su hijo.

Si un embajador tiene que caer a estos niveles, no hay nada más que ver para comprender que todo ese “paisito perfecto” es una farsa colosal. La vida se ha encargado de demostrárnoslo fehacientemente.

Pero hoy el Granma nos regala una nota espléndida de propaganda Zuche. Veamos:

A 72 años de su fundación, la RPDC ha alcanzado importantes logros bajo la dirección del Partido del Trabajo de Corea (PTC). Como afirmó Fidel, el pueblo de esta nación asiática «transformó el heroísmo de la guerra en el heroísmo no menos importante del trabajo abnegado, disciplinado y cotidiano, del cual ha surgido una industria desarrollada, un impresionante esfuerzo constructivo y una agricultura moderna y eficiente».

El periodista concluye que “La Habana y Pyongyang seguirán fortaleciendo sus tradicionales relaciones de amistad y de cooperación”.

Cabe esperar que este lunes la directora de Granma, Yailín Orta Rivera; Enrique Moreno Gimeranez, autor de la pieza; y otras dependencias informativas del diario reciban cuantiosos regalos y voluminosos libros en agradecimiento por el gesto de los hermanos periodistas cubanos.

El Granma va a tener siempre mucha utilidad para los historiadores del futuro. Porque es la cartilla pecaminosa de lo que nunca se debe hacer en periodismo.

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