Unicornio sin luz

SilvioRo-displayPor Carlos Cabrera Pérez

Silvio Rodríguez -que no da puntada sin hilo- acaba de poner sobre la mesa el desastre organizativo que padece Cuba como consecuencia de sucesivos y erróneos intentos de reorganización capitalista, pretendidos por los comunistas que detentan el poder absoluto.

Un sutil e incompleto texto suyo en su blog Segunda cita da cuenta de que los estudios de grabación Abdala, al parecer bajo tutlela o gestión, han sufrido un segundo corte de luz por falta de pago, circunstancia que el cantautor achaca a que lleva ocho meses intentando traspasar la titularidad al Ministerio de Cultura.

En sociedades organizadas, las ventas y/o traspasos deben realizarse con todos los pagos de impuestos, tasas y servicios al día. Como desconocemos la naturaleza del acuerdo entre Fidel Castro y Silvio Rodríguez que posibilitó la puesta en marcha de los estudios de grabación Abdala, resulta complicado evaluar cuánta razón asiste a Rodríguez y cuánta a la empresa eléctrica.

Pero la dinámica interna cubana, esa que nunca admiten ni reconocen los innumerables aliados del castrismo en el planeta, establece que la decisión de cortarle la luz eléctrica a los estudios, debió aprobarse en una instancia superior a la de la oficina de distribución de energía de la zona.

Añoranza fidelista

Quizás la añoranza que manifiesta Silvio Rodríguez por su Comandante en Jefe indique que él sabe quien ha tomado la decisión de cortarle la luz, pero si así fuera, poco favor se hace en la resolución de un conflicto civil, pues está poniendo en el foco de la responsabilidad a Raúl Castro si nos atenemos a la verticalidad de las dictaduras y a la condición de vaca sagrada de Silvio Rodríguez, al menos hasta ahora.

Pero más allá de este tira y afloja energético, la denuncia de Silvio Rodríguez deja claro que Cuba es un desastre -como siempre lo fue, pero antes la factura la pagaban los soviéticos- a partir de los diferentes intentos de autogestión capitalista impulsados por el Buro Político y que ha fracasado en el ICAIC y en la transformación de la antigua ensambladora de autobuses Girón en una centro para las artes con gestión cooperativa, por solo hablar del ámbito de la cultura.

Ya se sabe que construir el capitalismo desde un discurso comunista nacionalista es complicado, sobre todo, cuando la letanía castrista dice ahora que una parte de los cubanos están inmersos en el desarrollo de un modelo socialista próspero y sostenible. Menuda sorpresa, siempre creímos que el socialismo era próspero y sostenible, pero parece que no tanto, o al menos en la Cuba de Castro, S. A.

Sin aclarar la moneda

En su texto, Silvio Rodríguez recuerda que los estudios musicales reportan miles a Cuba, sin aclarar la moneda, que es un buen argumento, pero que no justifica que no haya pagado la luz en casi un año.

Independientemente de la naturaleza de los acuerdos y de las intenciones del Ministerio de Cultura, a todo contrato se le presume la buena voluntad de ambas partes y el cantautor está en su derecho de protestar por el corte de luz.

Pero nada hubiera pasado si los estudios continuaran pagando su consumo de electricidad y -a la hora de firmar el traspaso- podrían reclamar la devolución de los importes correspondientes en servicios, tasas e impuestos; siempre que demuestre que ha incurrido en ellos por causas ajenas a su voluntad, es decir, por culpa del mal funcionamiento de un ministerio.

Curiosamente, Silvio Rodríguez da otra pista y revela que Eusebio Leal, historiador de La Habana, habría querido que los estudios Abdala pasaran a ser gestionados por su antiguo imperio de Habaguanex, ahora en manos de los militares, la nueva casta intocable.

Los cortesanos y las migajas

Parece que tras bambalinas los cortesanos están intentando repartirse las migajas en un claro ejemplo de miopía, pues la voracidad de Castro, S. A. no cree en lágrimas y los militares -tantos años a medallas y diplomas por arriesgar sus vidas- ahora quieren comer moneda dura.

Por suerte, Silvio Rodríguez puede quejarse y obtener amplia difusión internacional cuando cree que el gobierno cubano se equivoca y viola los derechos de una empresa y un ciudadano.

Lástima de una mayoría de cubanos que sufren  desalojos de sus viviendas, violación de sus derechos políticos y civiles, cortes de luz porque no pueden sobornar al funcionario de turno, cólera y dengue-sí, esos mismos a los que Silvio vio muy jodidos en los barrios- no puedan siquiera denunciar a la gerontocracia  dependiente de Brasil, Venezuela y del exilio cubano.

Ojalá que los estudios Abdala ya tengan luz para que Eliades Ochoa genere miles para el castrismo y ojalá que Silvio Rodríguez ofrezca a esos hermanos suyos sin voz, al menos una vez al mes, la opción de denunciar los atropellos que sufren a diario en esa perversión del delirio en que el castrismo ha convertido a Cuba, generando hasta unicornios azules, pero sin luz propia.

Nota relacionada:

Silvio Rodríguez: Ni viceministros ni la Oficina del Historiador de La Habana responden

CATEGORÍAS

COMENTARIOS