Vicisitudes amargas de la censura: De cómo la prensa cubana reporta un juicio por violación y asesinato

Vicisitudes amargas de la censura: De cómo la prensa cubana reporta un juicio por violación y asesinato

Por Wilfredo Cancio Isla

Este martes se inició en el Tribunal Provincial de Cienfuegos el juicio contra tres hombres acusados por la violación y asesinato de la joven Leidy Maura Pacheco Mur, de 18 años, un caso de brutalidad criminal que conmovió a Cuba entera el pasado año.

En un hecho inusual, la prensa oficial de la provincial cienfueguera anunció el comienzo del proceso judicial y se comprometió a que “como parte de la buena voluntad de los Tribunales, y del convenio firmado en febrero de este año”, se le daría cobertura al juicio y se mantendría informada a la población sobre el caso, según la nota aparecida en el diario 5 de Septiembre.

Se esperaba que por el interés público del caso, la magnitud del acontecimiento y los recientes llamados del X Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) a romper las amarras para brindar información pertinente a la población, la cobertura noticiosa permitiría un relato en tiempo real de este proceso.

Un hecho abominable 

Obviamente, tratándose de un hecho tan abominable y aún sensible para la ciudadanía, los comunicadores deberían ser comedidos en su descripción de la vista judicial para evitar descripciones desagradables ö morbosas de lo sucedido a Leidy Maura, desaparecida el 26 de septiembre del 2017 cuando se encaminaba a su hogar en la comunidad de Junco, cerca de Cienfuegos. Su cadáver fue hallado días después con signos de violación. La muchacha dejó una bebé de nueve meses.

Pero en realidad, la nota informativa que el 5 de Septiembre acaba de publicar sobre la primera jornada del juicio es el antirrelato noticioso. Invito a los lectores que traten de descifrar en el texto publicado algún indicio informativo que permita llevarse una idea de lo que sucedió en la sala del tribunal, más allá de la referencia de paso a la presentación de un material audiovisual con la reconstrucción de los hechos.

Por si fuera poco, la nota no ofrece siquiera el nombre de la víctima ni de los acusados, y a veces da la impresión que los redactores pudieron redactar estos párrafos a partir de la descripción de un tercer testigo presencial. No hay citas, no hay ubicación de los hechos, no hay una elemental contextualización de las referencias, en fin, un sinsentido colosal que nada aporta al conocimiento público del proceso.

Párrafos antológicos

Hay párrafos sinceramente antológicos del antiperiodismo oficial, dictados por las rutinas propagandística del contexto cubano. Veamos:

“Hubo tiempos para meriendas y almuerzo, que le fueron garantizados a todos los presentes, sin excepción”.

“Por lo que nuestro medio de prensa pudo apreciar durante toda la jornada de martes, se trabajó con apego a la ley, sentido de lo justo, racionalidad, prontitud, respeto a las garantías de las partes y transparencia.

Los reporteros, entre los que se cuenta el mismísimo director del periódico, Adonis Subit Lamí, concluyen con una declaración que parece sacada de un manual de Comunismo Científico:

“Como mismo nosotros sabemos que cada decisión judicial se caracteriza por su sustento legal, por su transparencia, por su nivel de ponderación y por su sensatez, los máximos encargados de impartir justicia también son conscientes de que en este proceso de análisis, interpretación y toma de decisiones, no actúan a título personal, sino por mandato de la sociedad, es decir, del pueblo, que les ha dado la encomienda de juzgar y decidir en su nombre; y ese mandato solo lo estarán cumpliendo cabalmente si actúan de conformidad con los valores del pueblo, su idiosincrasia, su inteligencia, su entereza y su sensibilidad”.

Es triste que ante un caso tan lamentable y necesitado de una cobertura tan responsable como transparente, el reporte del juicio termine en una nada sonora, un informe burocrático totalmente alejado de los principios elementales de la redacción noticiosa.

¿Quién revisó esta nota además del director-redactor? ¿El Partido Provincial, como suele ser costumbre en casos como este? ¿La delegación de la UPEC? Da lo mismo. Es imposible rebasar los mecanismos de censura enraizados en el quehacer profesional durante décadas. Los lectores y los ciudadanos interesados buscarán otras vías para enterarse de lo que realmente sucedió en el juicio.

Les dejo el acceso a la nota para que ustedes tengan la última palabra. Pueden leerla AQUI

 

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