Desempolvando archivos: Una tarde con el poeta Regino Pedroso

Por Celso Rodríguez*

Fui a tomarle una fotos al poeta Regino Pedroso Aldama una tarde de 1980 que terminó deparándome una experiencia inolvidable, casi mágica.

Nacido en Unión de Reyes, Matanzas, el 5 de abril de 1896 (van a hacer pronto 118 años), Pedroso fue pionero de la poesía de temática obrera en Cuba con poema titulado “Salutación fraterna al taller mecánico”, publicado en el Suplemento Literario del Diario de la Marina, en 1927. 

Era un hombre autodidacta que abandonó los estudios a los 13 años para comenzar a ganarse la vida como carpintero, ayudante de una fábrica de acero y en talleres ferroviarios, lo que explica la vertiente temática de sus poemas.

Su libro Nosotros (1930) fue un verdadero hito para la poesía social en Cuba. En 1939 ganó el Premio Nacional de Cuba con  Más allá canta el mar. En 1955 su obra cobró nuevos senderos con El ciruelo Yuan Pei Fu, un homenaje a sus ancestros chinos. Acumuló una fructífera carrera como periodista. Después de 1959 fue consejero cultural en  la República Popular China y México.

Esa tarde fui a su casa en Marianao para hacerle las fotos de una entrevista que preparaba la revista Cuba. Me recibió en la puerta y me hizo pasar. Poseía una singular mezcla de blanco, negro y chino, suerte de crisol de la nacionalidad cubana.

Con música de Barbarito Diez

Su casa era algo espectacular. El piso resaltaba por las losas de dos colores, formando figuras; la pared estaba llena de pequeños cuadros con fotos de sus seres queridos y de algunos recuerdos de viajes, amigos y personalidades.

El espacio interior estaba ocupado por jarrones, paravanes, lámparas, vitrinas llenas de vajillas de estilo chino; un librero muy simple, pero bien nutrido, un buró con su máquina de escribir y libros, revistas, periódicos… Leía incansablemente, aunque ya confrontaba problemas con la vista, según me contó.

Cuando comencé con la sesión de fotos me pidió que parara. Se levantó lentamente de uno de sus sillones, fue a un rincón y destapó una caja de madera de donde tomó un disco LP de vinilo. Lo puso en aquel flamante tocadiscos apostado en la sala surgió la melodía inigualable de Barbarito Diez.

Su conversación fue muy fluida, cargada de anécdotas y recuerdos. Puse mucho énfasis en esas fotos, motivado por el personaje y el encanto del lugar. Al terminar me dijo: “Quedarán bien, pues pusiste mucho interés…”

Me retiré y nunca más lo vi. Murió el 7 de diciembre de 1983.

*Celso Rodríguez (Cienfuegos, 1951) es un reconocido fotorreportero y maestro de fotografía desde los días de la revista Cuba, en los años 70. Entre 2005 y 2006 trabajó en Guatemala como editor de fotografía de Prensa Libre. En la actualidad reside en Miami. Desempolvando archivos es una sección para CaféFuerte a partir de su voluminoso archivo fotográfico.

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