Fallece en Miami el escultor Roberto Estopiñán, maestro de la vanguardia cubana

Por Gustavo Orta
Roberto Estopiñán, considerado uno de los mayores exponentes de la escultura vanguardista cubana, falleció en Miami, a los 93 años.
Estopiñan murió en horas de la noche del lunes en un centro de rehabilitación de Coral Gables, donde estaba internado desde el pasado diciembre por problemas cerebrovasculares.
Nacido en La Habana el 18 de marzo de 1921, fue un dibujante incansable desde la década del 30, y cursó estudios de escultura y pintura en la Academia Nacional de Bellas Artes de San Alejandro, con solo 14 años.
Aún siendo estudiante de San Alejandro fue escogido por el escultor Juan José Sicre como su protegido y ayudante. A Sicre lo asistiría en la creación de monumentos públicos como el de José Martí en la Plaza Cívica de La Habana, rebautizada como Plaza de la Revolución en 1959.
Pionero de la escultura moderna
Graduado en el curso de 1941-1942, el joven artista realizó viajes por Estados Unidos, México, y Europa, participando en infinidad de exhibiciones colectivas y personales
Conjuntamente con Alfredo Lozano, Eugenio Rodríguez y Agustín Cárdenas, Estopiñán es considerado entre los pioneros de la escultura moderna en Cuba y Latinoamérica.
Participó también en otros importantes monumentos escultóricos, como Grupo Familiar (Los Venaditos del Parque Zoológico) y La Bailarina de Tropicana, ambas de Rita Longa.
Sus primeras piezas se exhibieron en la Exposición de Pintura y Escultura Modernas Cubanas, organizada por la Institución Hispano Cubana de Cultura, en La Habana de 1943.
Y pocó después formó parte de la memorable exposición Presencia de Seis Escultores, en 1944, en la más prestigiosa galería del ámbito cultural habanero; el Lyceum Lawn Tennis Club. La muestra recogió la primera manifestación del género escultórico que se desembarazaba del lastre académico y marcó el despegue a la modernidad de la escultura en Cuba con el empuje de la joven generación de creadores.
El prisionero político desconocido
En 1952, Estopiñán fue invitado a participar en un concurso internacional en Tate Gallery de Londres con el tema de El Prisionero Politico Desconocido, presentando una escultura ejecutada en madera. La pieza recibió una mención de honor en la final y en el último nivel de la competencia,y  se conserva en las colecciones de esa galería.
En 1956 recibió el Primer Premio del VIII Salón de Pintura, Escultura y Grabado del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana.
La vida sociopolítica de su país no le fue ajena. Estopiñán fue un activo miembro del Directorio Revolucionario 13 de Marzo y participó en la lucha urbana contra el régimen de Fulgencio Batista.
Los torsos de Estopiñan son sensuales e impresionantes, así como sus rostros agónicos, que reflejan la desesperación, como gritos por alcanzar la libertad ansiada.
Inspirado en Camille Claudel
Realizó también centenares de obras sobre Camille Claudel (1864-1973), la genial y atormentada artista francesa que inspiró al maestro en múltiples dibujos. Fue amigo de Joan Miró y expuso sus obras junto al genial escultor Alexander Calder.
En 1961, Estopiñán rompe con el régimen cubano y decide radicarse en la ciudad de Nueva York, donde vivió hasta 2004. Con posterioridad se traslada a Miami junto a su esposa, y musa inspiradora, la poetisa e intérprete del verso Carmina Benguría, a quien Estopiñán le debe la poesía reflejada en sus dibujos, esculturas y grabados.
Como escribí en el catálogo de la retrospectiva por los 60 años de su obra y a propósito de la celebración de su 90 cumpleaños, el maestro Roberto Estopiñán ha sido un andar y andar, creando a cada instante, desde el amanecer que se confunde con las noches.
El artista se mantuvo creando infatigablemente hasta el final de sus días, cuando la enfermedad comenzó a impedírselo.
Lo sobrevive su esposa Carmina Benguría. El matrimonio no tuvo hijos.
No se han dado a conocer aún los pormenores de sus honras fúnebres.