Falleció Frank Domínguez, patriarca de la canción romántica

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Frank Domínguez junto a su hija Glennys. Foto: Tomada de Facebook

Por Wilfredo Cancio Isla

El pianista y compositor cubano Frank Domínguez, autor de temas imprescindibles en el cancionero popular latinoamericano del siglo XX, falleció la madrugada de este miércoles en la ciudad de Mérida, México, a los 87 años.

El deceso de Domínguez fue confirmado por fuentes familiares y por el cantante Bobby Jiménez, amigo del célebre compositor y residente en Bélgica. Su hija, Glennys Domínguez, publicó en su página de Facebook una foto junto a su padre, con una cinta luctuosa y la expresión “Descansa en paz”.

No se ofrecieron detalles sobre las causas del fallecimiento de Domínguez, quien en los últimos años estuvo aquejado de una profunda depresión que lo alejó incluso del disfrute de sentarse al piano, su espacio de vitalidad por excelencia.

Con la muerte de Domínguez, la música cubana e iberoamericana no solo pierden al artífice de canciones eternas como “Tú me acostumbraste”, “Me recordarás”,  “Imágenes” y “Un pedacito de cielo”, sino también al patriarca que estilizó el sentimiento romántico de una época.

El hombre que junto al piano-bar del club Sherezada y “envuelto en las miradas azules de los iniciados del filin” dio vida a la misa mayor de la bohemia cubana, al decir del escritor Guillermo Cabrera Infante. El artista que le dio al bolero un rostro inconfundible de modernidad.

Animador de la bohemia habanera

Solo “Tú me acostumbraste” hubiera bastado para convertirlo en un ídolo de fama universal, cantado por una pléyade de talentos y voces tan excepcionales y distintos como los de Olga Guillot, Chavela Vargas, Toña la Negra, Pedro Vargas, Caetano Veloso, Lucho Gatica, María Bethania, Lola Flores, Sara Montiel. Andrea Bocelli y Luis Miguel.

“Cómo despedir a quien tanta música buena nos dio y del que tanto aprendimos. Cómo despedir a Frank, el amigo con quien tantos momentos maravillosos dentro y fuera del escenario compartimos. Su huella ha quedado ya por siempre en la música eterna que siempre vivirá como él”, escribió el conocido cantante y compositor Meme Solís tras conocer la noticia.

Nacido el 9 de octubre de 1927, en el poblado habanero de Güines (hoy provincia de Mayabeque), Domínguez sintió atracción por la música desde su niñez. Siendo aún muy pequeño, la familia se trasladó a Matanzas y fue allí donde surgieron sus inquetudes musicales y su obsesión por el  piano, que aprendió a tocar en casa de unos vecinos, imitando a los demás.

A los 11 años ingresó en el Conservatorio Orbón, donde se graduó con notas sobresalientes. Casi simultáneamente, entre 1945 y 1947, comenzó a desarrollar actividades musicales junto al cantante Gilberto Aldanás en el Teatro Sauto y el Auditorium del Colegio Irene Toland, y se presentó en programas radiales de la emisora local CMGW.

Una tentación poderosa

En 1947 se trasladó a la capital cubana para cursar estudios de Farmacia en la Universidad de La Habana, siguiendo el consejo de su padre, Nicolás Domínguez Isla, doctor en Farmacia y representante de de la famosa Droguería Sarrá.

Pero La Habana de esos años era una tentación demasiado poderosa para un joven decidido a probar su talento artístico. Domínguez comenzó a frecuentar emisoras radiales habaneras en 1948 y pronto una de sus canciones, “Refúgiate en mí”, quedaría grabada en un disco del Conjunto Casino con el sello Panart.

En 1951, con el despegue de la televisión, Domínguez decidió sumergirse por completo en el mundo artístico. Se presentó en el programa Buscando Estrellas, donde se llevó los máximos premios y se abrió el camino para una propuesta de hacer el espacio Sábado Musical, con canciones suyas y de otros compositores.

Pero 1952 va a ser su año grandioso tras asumir labores como intérprete en el bar Océano y conocer al cantante René Cabell. Fue el momento de la creación de “Tú me acostumbraste”, inicialmente grabada por el Conjunto Casino y convertida luego en himno por la interpretación temperamental de Olga Guillot.

Fue así que el nombre de Frank Domínguez comenzó a cobrar dimensión continental, popularizado en México y cantado también por Lucho Gatica con Los Cuatro Soles.

Con Elena Burke

En la cima de la popularidad, Domínguez se afianzó en los bares y cabarets más famosos de la vida habanera, participó en producciones musicales y creó su propia agrupación, junto a César Portillo de la Luz, en el cabaret Sans Souci.

En 1958 fue premiado como Compositor del Año, firmó contrato con el sello Gema para producir el disco Frank Domínguez canta sus canciones y se asoció para trabajar con una solista que se convertiría con los años en una figura emblemática de la música cubana: Elena Burke, la Señora Sentimiento.

Con la Burke trabajó en el Bar La Gruta y en Club Sherezada hasta 1961, fecha en que la alianza artística entre ambos llegó a su fin, aunque la fraternidad entre ambos se mantuvo hasta el final y ha impregnado a sus respectivas familias hasta hoy.

Domínguez figuró entre los hacedores de la primera producción musical de la etapa revolucionaria, estrenada el 3 de Julio de 1959 con el título de Consumiendo productos cubanos, y foguró entre los fundadores de El Gato Tuerto, un espacio que se hizo popular en la vida nocturna de La Habana y acogió al arte de vanguardia de la época.

Un trabajador incansable

Domínguez trabajó también por esos años incansablemente en el Club 21 y el Restaurante Monseñor, en el Vedado;  animó El Rincón Bohemio de Berta Camejo, dirigió espectáculos musicales y participó en festivales de la canción, aunque su figura no recibió los reconocimientos que su lugar en la música cubana y continental ameritaban.

Pasaron 30 años antes de que el sello EGREM editara un disco con sus canciones: Tú me acostumbraste (1991).

En 1993, Domínguez decidió radicarse con su familia en Mérida, Yucatán. En años recientes viajó a Miami en varias ocasiones para presentarse en clubes y espectáculos.

“Ha sido una estancia muy emotiva, con gente que se te acerca para abrazarte y decirte ‘te admiro, te quiero’ o ‘me enamoré de mi mujer escuchándote… Uno se siente que esta vivo”, relató el artista tras su primera visita a Miami, en abril del 2001.

En esa ocasión, Domínguez recibió un tributo a toda su carrera, invitado por Meme Solís a sus conciertos en Miami. En el 2003 regresó para el concierto Feeling para tres, junto a Meme Solís y Renee Barrios, oportunidad en la que cantó también con Malena Burke, Maggie Carlés y Luis García.

Lo sobreviven en México su esposa Josefina Enríquez, sus hijos Glennys y Frank, y sus nietos, Jennifer, Glennys y Jorge Carlos.

Sus restos fueron cremados y las cenizas serán depositadas este jueves en una cripta de la Iglesia María Inmaculada, en Mérida, luego de una misa de recordación.

Frank Domínguez y Elena Burke en descarga:

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