Leonardo Padura: Confesiones a los 60, asediado por sus lectores españoles

Leonardo Padura: Confesiones a los 60, asediado por sus lectores españoles

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Leonardo Padura durante el encuentro con más de dos mil de sus lectores, este martes en Oviedo.


Por Lidia Señarís
OVIEDO.- El escritor cubano Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015, habló este martes de literatura, de Mario Conde, de sus perros ya fallecidos, de Hemingway, de los personajes al margen de la historia y la vida, del pop, la salsa y el bolero, de su mala pata para bailar y, por supuesto, de béisbol, en un multitudinario encuentro con miembros de 110 clubes de lectura de bibliotecas públicas de muy diversos puntos de España.
Ante un auditorio de dos mil lectores en el Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo, especialmente decorado como el escenario de un crimen, Padura respondió con una simpatía y humildad que ojalá abundaran más en el mundo intelectual todo tipo de preguntas enviadas previamente por los presentes y formuladas en el acto por el guionista y director editorial español Felipe Hernández Cava.
Visiblemente emocionado por la masiva presencia y el aplauso de los lectores, Padura afirmó que sus novelas no consideradas policiacas son realmente las más policiacas que ha escrito y que en ningún caso le molesta ser valorado como un escritor policiaco, género que utiliza para hacer una novela social y con intenciones muy literarias: “No me interesa la literatura que se realiza en sí misma, sino la que se realiza en la comunicación con los lectores”, aseveró.
Al estrado con Mario Conde
El ex policía intelectual Mario Conde, protagonista de muchos de sus libros, centró buena parte del diálogo, en el que su creador tuvo que explicar las similitudes (día de cumpleaños, hábito de fumar y marca de cigarrillos, amor por la literatura, entre otras) y las diferencias (como la ingesta de alcohol y la resistencia de sus respectivos hígados, que en el Conde son mayúsculas y en el narrador muy moderadas).
Padura viajó a Oviedo para la entrega oficial del Premio Princesa de Asturias de las Letras, uno de los más importantes galardones para la creación literaria a nivel mundial. Mario Conde no sólo estará simbólicamente con su creador en el estrado de la solemne ceremonia de premiación este viernes en el Teatro Campoamor, sino que seguirá vivo en las páginas de sus libros, pues según una primicia revelada esta tarde, protagoniza la novela que actualmente escribe Padura, la cual comienza justamente con el carismático personaje mirando un calendario y repensando su vida.
Interrogado sobre cuánto le debe su obra literaria al periodismo, el novelista calificó los años trabajados en el periódico Juventud Rebelde, entre 1983 y 1989, como una etapa decisiva en su vida, coincidente con una dirección y una época en la que se quería revitalizar ese periódico y se le permitió a él y a otros colegas realizar largos reportajes para las ediciones dominicales por lo que pudo hacer un trabajo a medio camino entre el periodismo y la literatura y al cabo de esos seis años logró un aprendizaje de técnicas literarias y recursos de lenguaje y comunicación que le permitieron escribir Pasado Perfecto, el libro donde nace Mario Conde.
“Creo que entre el escritor muy inocente que escribió aquella primera novela Fiebre de Caballos en 1983 y el autor con un mayor dominio de recursos que hizo Pasado Perfecto está justamente esa experiencia de seis años de periodismo”, reconoció.
El destino que nos imponen
El novelista confesó también que a veces disfruta más el proceso de investigación previo a sus libros que el de escritura porque el primero es un trabajo de descubrimiento, de nuevos conocimientos y él conserva gran curiosidad por todo lo que no conoce. “Haber vivido en Cuba sin la posibilidad de conocer la historia de Trotsky fue lo que me llevó al final a escribir El Hombre que amaba a los perros [2009]“, ejemplificó.
En el tramo quizás más filosófico de la charla, Padura -que acaba de cumplir 60 años el pasado 9 de octubre- manifestó su interés y empatía por los personajes al margen de la historia y de la vida. “El destino es algo que las personas contribuimos a crear, pero muchas veces nos es impuesto por fuerzas superiores, como la política, la religión, las costumbres, la familia (…) Esos personajes que sienten que su vida se ha equivocado, que ha sido conducida por fuerzas que les superan, me interesan mucho”.
Personajes como el poeta cubano del siglo XIX José María Heredia, o como el asesino de Trotsky, Ramón Mercader. Gente que “están en el margen de la sociedad, pero no porque sean marginales en el sentido contemporáneo, sino porque la sociedad de alguna forma los ha expulsado en la medida en que las ortodoxias no los admiten como personas civilmente correctas”.
Béisbol a toda hora
Esas fuerzas superiores, abundó Padura, “que tanto actúan y que tantos prejuicios mueven y tantas condiciones absurdas crean alrededor de la vida de las personas; condiciones que en un momento se consideran importantes y que 20 años después su importancia ha desaparecido por completo pero sirvieron para condenar a una persona en un momento determinado”.
Ya hacia el final de las casi dos horas del encuentro comentó su amor por aquella música pop y rock norteamericana e inglesa prohibida en Cuba a finales de los 60 y principios de los 70, pero también por la salsa e incluso al bolero, muy presentes en sus novelas, porque “el alma de la cultura cubana no somos los escritores, ni los pintores, ni los directores de cine, sino los músicos”, y defendió con energía su otra pasión, el beisbol, que jugó durante los primeros 18 años de su vida a toda hora y que le enseñó a competir.
Precisamente ese fue el detalle final de la noche: en nombre de los clubes de lectores el autor cubano recibió una camiseta deportiva beisbolera, la cual se puso inmediatamente en medio de los aplausos del público, a esa hora totalmente seducido y entregado.
El acto de este 20 de octubre, coincidente con el Día de la Cultura Cubana, fue además uno de los primeros de la Semana de los Premios Princesa de Asturias, cuyo programa incluye 18 actos culturales en Oviedo, Gijón y Avilés, las tres principales ciudades de la región, con exposiciones, visitas y conferencias de las personalidades premiadas en las diversas categorías (Artes, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Investigación Científica y Técnica, Deportes, Cooperación Internacional, Concordia y Letras).

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