Oficialismo llama megalómano y oportunista al Médico de la Salsa

Manolin

El cantante Manuel González, Manolín, de regreso a Cuba.

Por Redacción CaféFuerte

En una fuerte embestida contra el cantante Manuel González, conocido popularmente como Manolín, un vicepresidente de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), salió al paso a recientes comentarios políticos del artista y  lo acusó de mostrar “una fuerte dosis de megalomanía, oportunismo y miseria moral”.

En un artículo publicado en el sitio digital La Jiribilla, el periodista Pedro de la Hoz, columnista del diario Granma y vicepresidente de la UNEAC, la emprendió contra el Médico de la Salsa por “lanzar invectivas contra los líderes históricos y actuales del Estado cubano e instarlos a la rendición”,

“Solo una fuerte dosis de megalomanía y una mayor de oportunismo y de miseria moral explican la aparentemente renovada vocación política de Manuel González, en sus recientes declaraciones autopublicadas en su perfil de Facebook y, por supuesto, amplificadas por medios de comunicación al servicio de la subversión pagada por agencias gubernamentales de Estados Unosos”, escribió De la Hoz.

Aferrados al poder

El pasado 13 de junio, Manolín emitió en su perfil de Facebook un comentario titulado “No es personal, es ley de vida“, en el que recomendó a Fidel y Raúl Castro que dejaran el poder y abrieran una nueva etapa para el país.

“Ustedes se han aferrado, a que son sólo ustedes, los que pueden hacer y deshacer en nuestro país , y les están haciendo un daño enorme a Cuba”, escribió Manolín, que regresó a Cuba el pasado octubre tras 12 años de residencia en Miami.

De la Hoz calificó el texto de Manolín de diatriba y cuestionó al cantante por “congraciarse con los patrones miamenses” desde la época en que vivía en Cuba.

“No creo que este Médico lance palos a ciegas. Es demasiado calculada su actitud como para concederle el crédito de la honestidad. En sus palabras aparecen las costuras de un discurso que pretende asumir en el campo de la política el protagonismo que debería encontrar en el campo de la música, pero los acordes no pueden ser más burdos ni ofensivos ni irrespetuosos”, opinó De la Hoz.

Decencia y respeto mínimo

El directivo de la UNEAC recordó que en un artículo anterior, a raíz del retorno de Manolín, había alertado, sin mencionarlo por su nombre, sobre aquellos artistas que emitieron juicios políticos hostiles e “hirieron la sensibilidad de muchos que aquí los apreciaban”.

“Nadie le pidió que se retractara ni hiciera votos de adhesión a un proyecto social que evidentemente no comparte. Nadie le exigió una definición política a favor; simplemente una actitud decente, un respeto mínimo”, consideró el periodista.

Manolín, de 49 años, se estableció en Miami en el 2001. Inconforme con el comportamiento del mercado musical estadounidense y crítico de las posturas de la comunidad exiliada, tomó la decisión de regresar a vivir a Cuba, amparado por la nueva política migratoria, implementada por el gobierno de Raúl Castro en enero del 2013.

“Dedicaré todo cuanto me queda de vida a hacer música, para mi país y para el mundo, pero desde mi país”, escribió Manolín a su regreso a La Habana en octubre del 2013.

A continuación reproducimos íntergramente el artículo de Pedro de la Hoz y el post de Manolín:

EL MÉDICO A PALOS O LA IRRESISTIBLE INCONTINENCIA POLÍTICA DE MANUEL GONZÁLEZ

Por Pedro de la Hoz

Manolín viene y va. De La Habana a Miami y de Miami a La Habana. Estando aquí quiso estar allá. Luego llegó allá y no se adaptó a la maquinaria de una industria del espectáculo que exige obsecuentes posiciones anticubanas para ser aceptado. Entonces asumió una aparente voz discordante, mientras girovagó por el mundo con brújula incierta, hasta que regresó.

Sin mencionar el santo, aunque sí la seña, escribí el año pasado en La Jiribilla, a propósito de  este y otros inesperados retornos, un comentario en el que fijé el contexto de lo que era una novedosa situación: “La flexibilización de las leyes migratorias cubanas, reflejo de la consolidación y madurez del proyecto social, hará cada vez más frecuentes y normales las idas y venidas, los viajes y regresos, de los artistas de la isla, y por supuesto, la reinserción en la vida cultural de quienes así lo deseen”.

Y añadí: “Esta última, para poner las cartas sobre la mesa, no estará, en todos los casos por ahora, exenta de aristas problemáticas. Algunos de los que retornan, en su momento, emitieron juicios políticos en escenarios hostiles e hirieron la sensibilidad de muchos que aquí los apreciaban. Y esos muchos tienen memoria”.

En mi memoria no olvido cómo El Médico de la Salsa se fabricó en La Habana un expediente a base de intempestivos coros en medio de la celebración de un aniversario de NG la Banda en el Salón Rosado Benny Moré, de La Tropical, como queriendo aguarle la fiesta a El Tosco y los bailadores.

Sin embargo, esas y otras expresiones de El Médico registradas durante los días en que se congraciaba con los patrones miamenses que al cabo lo ningunearon, no impidieron que las instituciones culturales cubanas  encargadas de la gestión promocional de la música le dieran espacio y oportunidad entre nosotros.

Nadie le pidió que se retractara ni hiciera votos de adhesión a un proyecto social que evidentemente no comparte. Nadie le exigió una definición política a favor; simplemente una actitud decente, un respeto mínimo.

Quizá el salsero creyó que se lo merecía todo. Que el público que alguna vez conquistó -más allá de coyunturas favorables y sin entrar en consideraciones estéticas que alguna vez habrá seriamente que ventilar- lo recibiría como un héroe. Un amigo común, músico de gran prestigio, hizo lo indecible por recolocarlo en el gusto de la actual generación de bailadores.

Solo una fuerte dosis de megalomanía y una mayor de oportunismo y de miseria moral explican la aparentemente renovada vocación política de Manuel González, en sus recientes declaraciones autopublicadas en su perfil de Facebook y, por supuesto, amplificadas por medios de comunicación al servicio de la subversión pagada por agencias gubernamentales de EE.UU..

Al lanzar invectivas contra los líderes históricos y actuales del estado cubano e instarlos a la rendición, El Médico ni siquiera es original —el título de su mensaje “No es personal, es la ley de la vida” mezcla una frase tomada del léxico de una popular película sobre la mafia con una verdad de Perogrullo—, en tanto replica de manera pobre y balbuceante los intentos por introducir una fractura generacional y un factor de discontinuidad en el proceso revolucionario.

No creo que este Médico lance palos a ciegas. Es demasiado calculada su actitud como para concederle el crédito de la honestidad. En sus palabras aparecen las costuras de un discurso que pretende asumir en el campo de la política el protagonismo que debería encontrar en el campo de la música, pero los acordes no pueden ser más burdos ni ofensivos ni irrespetuosos. No caben otros calificativos para alguien que dice: “No puede ser que ustedes decreten que quien tenga otras ideas es un traidor, y que la traición se paga con la vida, eso es un disparate, eso es matar al país en cuerpo y alma, eso es neutralizar el progreso, eso es amarrar al país de pies y manos para que no pueda avanzar, eso es darle un tiro en la sien a la nación cubana”.

En lo que sí tiene razón el salsero es en lo que escribe hacia el final de su diatriba: “… por encima del país no puede estar nadie…” Eso precisamente lo ha olvidado Manuel González, quien en su papel de presunto consejero político se ha quedado  muy por debajo de la bola.

“NO ES PERSONAL, ES LEY DE VIDA”

Por Manolín

A Fidel Castro y a Raúl Castro, y todos los que lucharon junto a ellos , y todavía están en el poder, no se compliquen, no se rompan mas la cabeza, es más sencillo.

Es ley y dialéctica de la vida, hay que dar paso a los jóvenes, que somos, lo mas cercano a la verdad, como lo fueron ustedes en su momento.

Los muy mayores, han vivido mucho más y por ende, están mas golpeados por la vida , ya no ven la vida igual, ya hay decepciones, prejuicios, frustraciones , rencores, acumulan muchos enemigos, y mucho pasado a cuesta, ya no funcionan igual; y no son 60 ni 70 años, ya son casi 90 años los que tienen ustedes, deben descansar.

Los jóvenes vienen frescos, sin prejuicios, sin tantos golpes de la vida, sin rencores , sin odios, sin tanto pasado, ni tantos enemigos a cuesta. Vienen con el disco duro lleno de ideas y de alegrías, ven la vida diferente, y es así, que el ser humano avanza y logra cosas.

Ustedes se han aferrado, a que son sólo ustedes, los que pueden hacer y deshacer en nuestro país , y les están haciendo un daño enorme a Cuba.

No puede ser que ustedes decreten, que quien tenga otras ideas, es un traidor, y que la traición se paga con la vida, eso es un disparate, eso es matar al país en cuerpo y alma, eso es neutralizar el progreso, eso es amarrar al país de pies y manos para que no pueda avanzar, eso es darle un tiro en la sien a la nación Cubana.

No pueden ponerse ustedes como centro y referencia absolutos, no pueden ponerse ustedes por encima del país, no puede ser.
Es ley de la vida, primero somos motor, y si nos aferramos, pasamos a ser obstáculo.

Por muy brillante que seamos, hay una condición que siempre nos iguala a todos: somos seres humanos.

Cuando ustedes se retiren, se abre una nueva etapa para nuestro país, empieza otro ciclo, y se van con ustedes, muchos enemigos que nos hemos ganado por el camino, con razón o sin razón , pero enemigos al fin, que si dejan de ser enemigos, mucho mejor para nuestro país, y vendrán nuevas ideas, inclusive, nacidas muchas, a partir de las de ustedes, a partir de sus aciertos y desaciertos.

Con los jóvenes se rompe la continuidad de lo negativo , los enemigos personales de ustedes, que son muchos y poderosos, dejarán de ser enemigos de Cuba, y los amigos de ustedes, si son realmente amigos, lo seguirán siendo de Cuba y de todos los Cubanos.

No es personal, para nada, y tampoco importa cuantos méritos tengan, hay otra manera de reconocerles sus méritos, y no es precisamente manteniéndolos en el poder a toda costa y eternamente, ni dándoles la razón en todo; por encima del país no puede estar nadie, ni ustedes, ni nadie.

Hoy son mayores ustedes, y somos jóvenes nosotros, pero, mañana seremos viejos nosotros, y los jóvenes serán otros, y habrá que darles paso igualmente.

La juventud siempre es la verdad y la solución, ayer, hoy, mañana y siempre.

“No es personal, es ley de la vida”.

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