Grandes Ligas: ¿Se apagó la buena estrella de Yasiel Puig?

Grandes Ligas: ¿Se apagó la buena estrella de Yasiel Puig?

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Yasiel Puig, enviado a las Ligas Menores.


Por Eric Reynoso
La buena estrella del cubano Yasiel Puig parece haberse apagado con los Dodgers de Los Angeles.
La franquicia angelina terminó enviándolo este martes a las Ligas Menores, en un movida que significa sacar al cubano de los planes de los Dodgers con vistas a la postemporada. El equipo está de líder en la batalla por el comodín de la Liga Nacional, con 60-48.
Puig no hizo el vuelo con el equipo a Denver el lunes para la serie de tres juegos que los Dodgers terminaron perdiendo 2-1 con los Rockies de Colorado, y un día después la gerencia confirmó que fue enviado a las Menores.
El pelotero abandonó abruptamente el estadio de los Dodgers poco antes de que el autobús del conjunto saliera rumbo al aeropuerto internacional de Los Angeles, según reportó el columnista Ken Gurnick.
Se acabó la paciencia
Su agente, Adam Katz, envió de inmediato un comunicado con relación a la situación de Puig.
“Me han dicho que no estaba en el parque”, dijo Katz en el comunicado. “El club me informó y el jugador entiende claramente que estaban haciendo todo lo posible por cambiarlo y que si no fueron capaces de ponerse de acuerdo con otro club en términos del canje -y con éxito adquirir de otro jardinero – probablemente sería degradado. Mi entendimiento es que la transacción va a ocurrir mañana [martes]”.
Y así fue. Los Dodgers mandaron a  las Ligas Menores a Puig y a los lanzadores  Ross Stripling y Josh Fields para activar al jardinero Josh Reddick, adquirido de los Atléticos de Oakland, y al lanzador Jesse Chavez.
La paciencia de la gerencia de los Dodgers con Puig tocó fondo.  Parece increíble pero así es en Grandes Ligas. El pelotero que reanimó un alicaído equipo hasta guiarlos a los play offs en la temporada del 2013, el  hombre de desató la Puigmanía y la expandió entre sus fanáticos con atrapadas espectaculares y batazos a la hora de la verdad, se ha convertido en una piedra en el camino de la franquicia.
No hay dudas que el factor de las continuas lesiones del cienfueguero (tendón de la corva), más persistentes que nunca esta temporada, está pesando en la decisión de los Dodgers.  Pero no hay que engañarse. De un atleta con tanto talento y potencial por desarrollar no se sale si no hay otras cuestiones de fondo.
Ajustarse a la realidad
Lo que ha agotado a la dirección del equipo es la conducta de Puig, que suma distracción, irresponsabilidad e incumplimiento en una larga lista de episodios de inmadurez.  Tal vez sea la lección que el cubano necesita a sus 25 años, cuando todavía está a tiempo para ajustar su comportamiento y dejar atrás al adolescente de Istragram que a veces  parece y no un profesional de Grandes Ligas.
Los Dodgers ya han experimentado cierta frustración con otros jugadores cubanos desertores, Alexander Guerrero, que no puede ser canjeado por una cláusula de contrato, y Erisbel Arruebarruena, que ha recibido incluso sanciones con pérdida de dinero por incumplimiento de contrato.  Es hora de aprenderlo de una vez: llegar a Grandes Ligas es un privilegio que no solo se avala con talento, sino que necesita de disciplina, constancia, esfuerzo y sacrificio. La palabra profesional no es gratuita. O se asume con toda su significación o las glorias son pasajeras y olvidables para quienes no lo entiendan.
Puig, que comenzó en Grandes Ligas con el pie derecho, no ha sido el mismo después de su temporada de ensueño, cuando coqueteó con el título de Novato del Año en la Liga Nacional y tuvo el mundo a sus pies, y al año siguiente estuvo entre los jardineros con más votos que asistieron al Juego de Estrellas.
Esta temporada su rendimiento como bateador es mediocre, con 260 de average, siete jonrones y 34 carreras impulsadas, 35 anotadas y solo cinco bases robadas. Su contrato con los Dodgers de $42 millones y siete años expira en el 2018.
Su promedio de bateo de por vida en las Mayores es de 288 (1499-431), con 53 jonrones, 183 carreras remolcadas y 223 anotadas.
Ojalá que este episodio le sirva a Puig para crecer como pelotero y como ser humano. Lo mejor que podría pasarle ahora sería un cambio de franquicia y una apertura hacia un nuevo comienzo. El tiempo todavía está a su favor, pero no puede seguirlo perdiendo.

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