Carta de José Antonio Ramos/1927

“Hace tantos años que falto de mi patria que ya no sé quién era mi amigo y quién no lo era”, escribe José Antonio Ramos (1885-1946) en esta carta enviada desde Filadelfia al presidente de la Asociación de la Prensa Cubana, Modesto Morales Díaz.

La puntillosa misiva, inédita hasta hoy, tiene como propósito esclarecer la razón de una donación de sangre hecha por Ramos en favor del paciente Eduardo G. Solar, quien se encontraba recluido y abandonado a su suerte en el Hospital Mercy de Filadelfia. Como se desprende de la carta, el gesto del entonces cónsul cubano despertó suspicacias en la prensa de la isla, lo que motivó su respuesta frente al escándalo que él califica irónicamente de  “heroico reporteril”.

Dramaturgo, novelista, crítico, traductor y diplomático de larga trayectoria, Ramos es considerado la gran figura del teatro cubano en las primeras décadas del siglo XX. Ingresó en la carrera consular en 1911 y fue enviado a Madrid. Su labor como diplomático continuó en Lisboa, Veracruz, Vigo, Atenas, Génova y Nueva York.

Se desempeñó como cónsul de primera clase entre 1922 y 1932, cuando fue depuesto por el gobierno de Gerardo Machado. Entre sus obras más conocidas figuran las novelas Coaybay (1926), Las impurezas de la realidad (1929) y Caniquí (1936), y los dramas teatrales Almas Rebeldes (1906), Tembaldera (1917) y La recurva (1941).