Raúl Castro: La mesa está servida para discutir con EEUU

Raul Castro saluda a participantes en el acto por el 26 de julio en guantanamo. Foto: Ismael Francisco.

Raul Castro saluda a participantes en el acto por el 26 de julio en guantanamo. Foto: Ismael Francisco.

Discurso pronunciado por el gobernante Raúl Castro en la Plaza “Mariana Grajales” de Guantánamo al concluir el acto por el 59 aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, 26 de julio del 2012.

Queridas y queridos guantanameros:

Yo no vengo a pronunciar un discurso. Vengo a darle un saludo a todos los que están aquí y a todos los que están en la provincia de Guantánamo y a todo el país. (APLAUSOS)

Naturalmente fue justa la decisión de designar al compañero [José Ramón] Machado Ventura y antes que él a [Luis] Torres Iribar, primer secretario del Partido en la provincia, a que dijeran las palabras. Este ha sido un acto ejemplar, como debieran ser todos los actos (APLAUSOS). Con una magnífica introducción de nuestros jóvenes artistas guantanameros y de todos los que están en esta tribuna, (APLAUSOS) y sólo duró 55 minutos.

Veo que la Plaza la han reducido al dedicarle espacio para área deportivas, árboles, que es lo correcto. Lo incorrecto es que cada provincia quisiera tener una plaza del tamaño de la Plaza de la Revolución de La Habana. Porque la isla es pequeña y no se puede estar dando territorios para plazas en todas partes. Esto es una plaza (APLAUSOS)

Ya Machado explicó que en esta semana pasada hemos tenido una actividad muy intensa. No solo fueron tres discursos en cada uno de los eventos señalados por Machado, ahí no se pronuncian discursos salvo en el Parlamento, además fueron discusiones en algunos casos a calzón quitado, en el Consejo de Ministros, en el Comité Central, discutiendo y profundizando los mismos temas que después se fueron a legalizar en el órgano supremo del poder del Estado que es nuestro Parlamento y nuestra Asamblea Nacional.

Aquí nadie tiembla

Estoy hablando con los últimos recursos que me quedan. Me los reservé para ustedes. (APLAUSOS) Sentimos un amor profundo por todo nuestro país, por todo nuestro continente América Latina y el Caribe, pero naturalmente en aquellos lugares donde vimos combatir al pueblo directamente, donde vimos caer decenas de compañeros, donde vibra la tierra, o como dicen con orgullo los santiagueros y los guantanameros, aquí tiembla la tierra porque los hombres no tiemblan. (APLAUSOS) Eso es una guapería: ni los hombres, ni las mujeres ni toda Cuba tiembla, y los hombres y las mujeres de toda Cuba no tiemblan, y lo hemos demostrado en más de medio siglo que llevamos en esta lucha, en esta etapa de la lucha. Aquí combatimos. Vinimos de la parte más remota y empobrecida de la Sierra Maestra, la Sierra Maestra occidental. Con orgullo el otro día estaba viendo los cientos y cientos de kilómetros que caminó Fidel desde el desembarco del Granma hasta que en la batalla de Guisa ya se motorizó, hasta llegar triunfante a Santiago de Cuba. Quiero decir que desde Guisa no tuvo que caminar más. Y yo recuerdo también que al atravesar para este Segundo Frente podemos decir que llegamos desde el desembarco hasta Moa, hasta las proximidades de Moa. Pero aquí, en un territorio más rico, pudimos motorizarnos más rápidamente y abarcar, por lo tanto, aprovechando el trabajo previo de los guantanameros en las guerrillas de estas montañas antes de que nosotros llegaron, y extendernos rápidamente y constituir un sólido frente que llegó a alcanzar, al final de la guerra, 12 mil kilómetros cuadrados.

Al venir de Santiago de Cuba y pasar por debajo de Songo por el túnel que hay allí, en Socorro, pasar por La Maya, todavía no había salido el sol, y acercarme a Guantánamo por una bella entrada que poco a poco han ido logrando, todos esos recuerdos pasaron por mi mente.

El año que viene cumpliremos 60 años del ataque al Cuartel Moncada. Ese día pondremos a Machado a hablar en el Parlamento y yo hablaré en Santiago de Cuba. Antes del Moncada tendremos que ir a la Marcha de las Antorchas con los heroicos estudiantes cubanos, desde la Colina Universitaria hasta la Fragua Martiana, el 28 de enero, como hicimos hace 60 años. Y como es natural… había un guantanamero presente que es el compañero [José Ramón] Balaguer, secretario del Consejo… secretario del Comité Central; está el comandante de la Revolución Ramiro Valdés, que hizo también la caminata originalmente; estaba Machado, que aunque no lo conocía en ese momento se metía en cuantos lío había en la universidad y participó, junto con otros compañeros como Faure Chomón, que está también aquí con nosotros, y todos los que se quieran sumar en ese breve, emocionante recorrido.

No subirán los salarios

Es decir, que solo les quería decir estas palabras. Hay que seguir. No voy a repetir lo que ya se ha planteado en el Congreso, en la Conferencia del Partido, en todas las actividades. Hay que seguir. Hay que seguir adelante, al ritmo que decidan los cubanos. Sin prisa, pero sin tregua, poco a poco. Ahora se hizo un tramo de la autopista, una senda, que es lo que corresponde; no hace falta una autopista como se concibió. Ahora, cuando haga falta en un futuro, se hará. Vamos a ver como continuamos en otro tramo para La Maya, el otro entronque que conduce a la autopista de Santiago de Cuba. Lo más importante no es hacer una carretera, lo  más importante es la producción de bienes materiales. Las carreteras son necesarias, pero las carreteras hay que mantenerlas, la que va de aquí a Sagua, la que va de Baracoa a Moa… Sé que eso no depende de ustedes, pero con constancia, poco a poco van a ir cumpliendo todas las metas que en un momento fueron muy ambiciosas por el deseo de hacer cosas en beneficio de la población y de la revolución, pero que se van planificando ahora según las posibilidades y los recursos que tengamos.

Estamos al tanto de todos los problemas que confronta el país, que confronta la población. Que los salarios están bajos, que hay muchas dificultades, pero mientras no avancemos en la producción y en la productividad, empezando por aquellas tareas que están en la mano, que se pueden lograr, como es la producción de alimentos para ahorrarnos miles de millones de dólares en importación, no se podrán producir aumentos salariales. En un momento se les hizo a los maestros, no en la cantidad que hubiéramos deseado pero se hizo algo; los mismos médicos ganan muy poco pero así estamos todos. Pero vivimos y mantenemos esta revolución por más de medio siglo, que es la gran proeza del pueblo cubano. (APLAUSOS) Con la misma firmeza que tuvieron los iniciadores de nuestra guerra de independencia, que empezaron la gran guerra del 68 del siglo XIX, que continuaron con el gran intento aquel de la llamada Guerra Chiquita, que insistieron y surge la figura de Martí, un joven que muere a los 42 años de edad, con un fracaso tras otro, con el fracaso de la Fernandina, que le capturaron las autoridades norteamericanas las armas, que con mucho sacrificio y con dinero de los tabaqueros de Miami, tabaqueros cubanos, y los aportes de los cubanos ricos, y fracasó.

Lo único que teníamos antes de 1959

Eso no detuvo la lucha. Por Baracoa, por Cayajabo, Cajuabo, perdón, Playitas, desembarcaron Martí y Gómez, Flor Crombet, Maceo, Antonio y José, y de esos temas que ustedes dominan perfectamente, hasta concluir. Después de tantas luchas, esperando la fruta madura, con el pretexto de ayudar a los cubanos y sacar una resolución conjunta del Congreso de los Estados Unidos -creo que se pronuncia en inglés joint resolution-, basado en que de hecho y de derecho Cuba debe ser libre e independiente… Por eso el Ejército Mambí lo apoyó, por eso les cubrieron su desembarco por Siboney, y a los pocos días, y apenas se tomó la ciudad de Santiago de Cuba, vino la primera muestra de lo que iba a ser esa historia que concluyo el Primero de Enero del año 59 del siglo pasado. No dejaron entrar las tropas mambisas a Santiago de Cuba. El resto ustedes lo conocen: se apoderaron sencillamente de todo, y en este país sólo le dejaron al pueblo cubano, con menos de millón y medio de habitantes, y que si se compara el último censo realizado por la metrópoli colonial española y el primer censo realizado por los intervencionistas norteamericanos, la población de Cuba se redujo considerablemente, sin olvidarnos de la famosa reconcentración de Weyler.

Y, ¿qué nos dejaron, les decía? Un himno, que lo hicieron los cubanos –lo proclamaron en Bayamo en 1868-; un escudo que recoge los símbolos fundamentales de la patria, incluyendo la palma real –como decía Martí en un artículo arengando a los cubanos antes de venir para la Guerra de 1895, “las palmas que son como novias que esperan” (sic). O sea, un escudo, un himno y una bandera; ¡eso es lo único que teníamos! Y eso fue suficiente para comenzar a reconquistar lo demás.

Ese dominio absoluto duró, irónicamente, exactamente, 60 años, si contamos desde la entrada de las primeras tropas norteamericanas en la ciudad de La Habana, porque las acciones combativas se libraron fundamentalmente en Oriente; O sea, el 1ro. de enero de 1899. Sesenta años de dominio absoluto, a tal extremo que la llegada del señor embajador de los Estados Unidos era algo más importante que la elección de un presidente. Y era real. Era más importante el embajador americano que la elección del presidente de la República y algunos periódicos, en sus cintillos, sencillamente ni el nombre decían, ni el país de dónde procedía. Sencillamente decían: Llegó el Embajador. O sea, llegó el Mandamás.

Para que suceda lo de Libia

Hasta que en una fecha igual, 60 años después, a la capital de la República, después de haberse combatido en todo el país, en la lucha guerrillero-clandestina, llegaron los Barbudos de Fidel y se acabó el relajo. (APLAUSOS)

Esa es la historia de esa etapa llamada democrática y que añoran con tanta insistencia los propios Estados Unidos, toda la gran prensa a escala mundial, o mejor dicho, de una parte del mundo, y eso es lo que pretenden o por lo que luchan y están creando las bases para que aquí un día suceda lo de Libia, suceda lo que pretenden hacer con Siria en el momento actual del decursar de la humanidad.

Lo único que aquí es una islita chiquita, de gente muy pacífica, los cubanos somos gente pacífica que nos gusta bailar y cantar de todo, aquí changüí, en Santiago conga, del otro lado otra cosa, que nos gusta establecer amistad con todos, incluyendo con los Estados Unidos. Pero eso sí, es un pueblito, como diría un guajiro, un poco revencú. No sé si los guantanameros utilizan esa frase. Pues somos un poco revencudos. Y si quieren confrontación con nosotros que sea solo en pelota o en cualquier otro tipo de deporte; preferiblemente el béisbol, donde algunas veces ganan ellos, otras nos toca a nosotros. En lo demás, no. Que nos respetemos. No se puede dirigir el mundo. Eso es una locura. Y mucho menos basado en la mentira, en la mentira repetida al estilo goebbeliano, de aquel ministro de propaganda nazi [Goebbels] de la época de Hitler en Alemania. La mentira, repetirla constantemente, y mientras más mentira sea, mejor todavía, más pronto se creerá. Eso es lo que hacen.

Discutiremos todo lo que quiera EEUU

El día que quieran, la mesa está servida. Ya se le ha dicho por los canales diplomáticos corrientes. Si quieren discutir, discutiremos. (APLAUSOS)  Si quieren discutir los problemas de democracia, como dicen ellos, libertad de prensa, etcétera, etcétera, etcétera, de derechos humanos, todo esos cuentos que han inventado en los últimos años, sobre todo lo de los derechos humanos, vamos a discutir, lo de Cuba, sí, vamos a discutir lo de Cuba, pero en igualdad de condiciones, porque como no somos sometidos, ni colonia de nadie, ni títeres de nadie, vamos a discutir los mismos temas de Estados Unidos. Y estaremos parejos.

Discutimos todo lo que quieran, de Cuba y de los Estados Unidos. Y de sus -déjame cuidar las palabras para no afectar la diplomacia- y de sus aliados de Europa occidental, fundamentalmente. Mientras tanto aquí estamos. Con más cosas o menos cosas, pero aquí estamos. Y siempre con la caballería lista por si acaso. (APLAUSOS) Pero una vez más proclamo aquí nuestra vocación pacífica, no tenemos ningún interés en hacerle daño a nadie, pero defendemos nuestro pueblo. Nuestro pueblo se defiende y ya sabe hacerlo. Aquí no hay que decirle a nadie lo que tiene que hacer. Aquí todos sabemos lo que tenemos que hacer en cada circunstancia.

Bueno, Machado, esto parece un discurso. Ya me estoy poniendo ronco otra vez. Estos actos empezando a las siete de la mañana, por lo menos en esta parte de Oriente esa es la hora de comenzarlos. Desde el Primero de Mayo, el 26 de Julio… Yo no sé a qué hora vamos a empezar en Santiago el año que viene, porque el 26 está en medio de los carnavales y ustedes saben como es eso. Pero lo haremos. Ya el sol aquí a las ocho, ocho y media, empieza a picar. ¿Tú no lo sientes, Machado? Bueno, entonces, en nombre del compañero Fidel y de todos los dirigentes del país, algunos de los cuales están aquí, un abrazo a todos los guantanameros y guantanameras. Hasta la próxima. (APLAUSOS)

Transcripción: CaféFuerte

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