Blatter en La Habana: Hacerse el suizo

Joseph Blatter, presidente de la FIFA, recibido por Raúl Castro y el vicepresidente Miguel Díaz Canel.

Joseph Blatter, presidente de la FIFA, recibido por Raúl Castro y el vicepresidente Miguel Díaz Canel.

Por Raúl del Pino Salfrán*

Su nombre es Joseph Blatter y, por demás señas, es el presidente de la FIFA, el ente deportivo internacional más poderoso y rico del planeta. En días recientes este señor estuvo en Cuba como parte de una visita relámpago de trabajo, aunque no dudo que también lo hayan llevado a Varadero.

Todo un notición, sin dudas. Incluso este miércoles dialogó con el presidente cubano Raúl Castro, junto a la presencia de otros importantes dirigentes como el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel.

La visita fue una “maravilla” desde que se bajó del avión, cuando dijo que estaba “feliz con este nuevo regreso”. En plena pista del aeropuerto José Martí comenzaron sus declaraciones, excelentes para el prestigio del fútbol nacional ante el resto del mundo, pero hipócritas para los que vivimos en la Isla y sabemos de los problemas que enfrenta esta disciplina y el deporte cubano en general.

“Cuba es uno de los países que siempre tengo en mi corazón, ya que a pesar de los problemas económicos que tiene, es un excelente miembro de la familia del fútbol. (…) La CONCACAF necesita tomar conciencia de la calidad del fútbol caribeño y en especial, de los jugadores cubanos”, dijo el suizo.

¿Calidad del fútbol cubano?

¿Por favor señor Blatter, cómo que calidad del fútbol cubano, si lo que da es pena? ¿O acaso nunca ha revisado las actuaciones en los eventos internacionales más recientes, donde hemos recibido goleadas de escándalo que nos han humillado? Es como si Bud Selig, el comisionado de las Grandes Ligas, le dijera a la prensa española que el equipo de pelota de España es muy respetado entre la comunidad mundial de ese deporte.

Y que no me venga con el título de la Copa del Caribe, porque es para que Cuba siempre dominará ese evento y ahora fue que lo ganó por primera vez. Claro, si no estuviera el tema de los que se han “quedado” la historia fuera diferente, porque es cierto que calidad ha habido, lo único que se ha “autoexportado”. Así que como mismo si los troyanos no hubieran dejado entrar al caballo….

Seguimos. Entre otras de sus “actividades” en la Isla, el presidente del máximo organismo del fútbol mundial estuvo en la vetusta cancha de La Polar, donde dio el primer palazo de lo que será la obra constructiva del primer estadio decente en Cuba, uno sintético.

Todo muy bonito, en talla, pero… ¡óigame!, ver al suizo vestido de traje, con los pies llenos de tierra y pala en mano, bajo el sol habanero del mediodía, lo que me da es risa. ¿De verdad hay que actuar tanto? Se ve que nosotros los cubanos vivimos a años luz del resto del mundo y no podemos comprender que actos como esos son necesarios para validar una imagen internacional de “tipo encojonao”, que lo mismo le da el Balón de Oro a Messi que viene a sudar en La Habana.

Pero lo mejor estaba por llegar, y fue en la conferencia de prensa ofrecida en el Hotel Nacional la tarde del miércoles. No tengo todos los detalles, pues la prensa oficial solo ha reseñado la parte bacana, pero fuentes alternas han abordado algunas interioridades que jamás aparecerán en los medios cubanos.

Futbolistas desertores

Realmente no me puedo creer que cuando le preguntaron por el tema de la deserción de los futbolistas cubanos, el suizo le haya pasado el micrófono a Luis Hernández, el presidente de la federación local, y que este haya respondido que “quienes desertan son traidores y no cuentan dentro del colectivo de trabajo del fútbol cubano”.

Esa era un respuesta esperada por parte de Hernández, porque -apueste lo que sea- él no se iba a jugar el pellejo dando su verdadera opinión, porque estoy seguro que la tiene. Pero qué Blatter se comportara así, y pasara la bola sin más ni más, da claras muestras de la hipocresía de su visita.

Al final, más que ayudar con donaciones, fotos con dirigentes, prestigio de hombre trabajador, y resolver algún que otro problemita, el presidente de la FIFA lo que logró fue complicarle más la existencia al endeble fútbol cubano, dando la imagen de que todo está bien y avanzando.

No niego que se esté mejorando en algo, pero ¿por qué no se habló del tema de elevar las condiciones de vida de los atletas que participan en el campeonato nacional? Sí, porque si hay una verdad es que la FIFA es de las instituciones internacionales que más dinero pone para eso y, además, la federación cubana recauda bastante en los torneos donde participa.

¿Por qué no se propusieron soluciones para el mismo tema de los futbolistas que “se van” o “se quedan”? ¿Por qué Blatter no instó a nuestro gobierno para que los deje jugar afuera? Y si pasó, ¿por qué no se dice?

Ahora mismo se me ocurren miles de preguntas, pero ninguna con una respuesta convincente.

Esta visita me recordó aquella comedia donde un extranjero llegaba a La Habana y se hacía pasar por buena gente, cuando en el fondo no lo era. Lo único que en este caso el personaje del filme no es sueco, sino suizo.

*Periodista cubano residente en Camagüey. Tomado de su blog Reflexiones de Raúl

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