Grandes Ligas: Yoenis Céspedes gana el Derby de Jonrones

Yoenis Céspedes, de Campechuela a Nueva York, a batazo limpio.

Yoenis Céspedes, de Campechuela a Nueva York, a batazo limpio.

Por Eric Reynoso

Yoenis Céspedes hizo anoche historia en el béisbol cubano y las Grandes Ligas.

El toletero cubano de los Atléticos de Oakland se soltó a dar estacazos en el Citi Field de Nueva York para llevarse el trofeo del Derby de Jonrones, previo al Juego de las Estrellas de este martes.

Sencillamente sensacional para un pelotero que anda por su segunda temporada en las Mayores y que hace apenas dos años andaba de refunfuñón en los equipos Granma, arrastrando la cuerda con que intentaban atarle los dirigentes deportivos de la isla.

Lo de la sesión de este lunes fue doblemente histórico, porque Céspedes se convirtió en el primer jugador nacido en Cuba que obtiene el trofeo del Derby de Jonrones y es a la vez el primero bateador que lo alcanza sin haber sido invitado al Juego de Estrellas. Su presencia en la competencia se debió a una designación del capitán de la selección de la Liga Americana, el dominicano Robinson Canó.

Noche de 32 jonrones

Céspedes disparó nueve cuadrangulares en la ronda final para superar los ocho que había bateado Bryce Harper, de los Nacionales de Washington. En las rondas de clasificación se fue delante con relativa facilidad, con 17 y seis, lo que le dio un total de 32 estacazos en la jornada.

Los 17 jonrones para una primera vuelta es la tercera marca de todos los tiempos, detrás de los 28 del jardinero Josh Hamilton en el 2008, y los 24 de Bobbly Abreu en el 2005.

El último de los bambinazos fue a 455 pies del home. Tras el batazo, Céspedes soltó el bate y fue a abrazarse con sus compañeros de equipo, especialmente el grupito dominicano.

“Estoy muy agradecido con las personas que me elegieron para participar en este  encuentro, espero seguir jugando así para no defraudar a mi gente aquí y en Cuba”, expresó Céspedes ante las cámaras de ESPN, entrevistado y traducido por el periodista Pedro Gómez.

De Campechuela a Nueva York

El muchacho de Campechuela se llevó el trofeo que le fue entregado por Tony La Russa y una camioneta Chevrolet Silverado. En el estadio estaban sus familiares, con su madre, la ex lanzadora de sófbol Estela Milanés.

Tras imponerse cómodamente en la primera vuelta, Céspedes pasó a la segunda fase junto va Harper, Michael Cuddyer (Rockies de Colorado) y Chris Davis (Orioles de Baltimore), el  actual líder jonronero de la temporada de Grandes Ligas (34 al terminar la mitad del calendario).

Davis terminó con un acumulado de 12 jonrones y Michael Cuddyer con 15, para ceder ante Harper, un explosivo jugador que fue escogido como Novato del Año en la Liga Nacional en el 2012.

En el camino hacia la cúspide quedaron Prince Fielder (Tigres de Detroit), ganador del 2012 y 2009, y Canó (Yankees de Nueva York), que se había impuesto en el 2011.

Un país anormal

En una situación normal, con un país de gobierno normal que lo apoye, el Derby de Jonrones hubiera sido transmitido en vivo para toda la teleaudiencia y afición nacional, y la nación viviera desde anoche una fiesta desbordante. Los periódicos y espacios informativos tendrían invariablemente el nombre de Céspedes, el Rey de los Jonrones en el mejor béisbol del mundo.

Pero no, eso sería pedirle mucho a un gobierno que dice estar en un período de cambios y modificaciones estructurales, y se apea con el silencio y la negación de una hazaña que ningún otro bateador cubano -y los ha habido espectaculares de verdad- había conseguido en la historia de Grandes Ligas.

Espero que quede al menos un poquito de dignidad en los predios del periodismo deportivo cubano y el ninguneo no sea tan descarado, pues en la peña del Parque Central de La Habana no se va a estar hablando este martes de otra cosa.

Visitantes cubanos

Lo que me entusiasma es que probablemente quienes más disfrutaron del festín de Yoenis fueron sus ex compañeros del equipo Cuba, algunos de los cuales viajaron al mediodía del lunes, bajo el más increíble secretismo oficial, desde La Habana a Estados Unidos, para participar en el tope bilateral con la selección universitaria norteamericana.

Aun en el más modesto hotelito donde pudieran estar los visitantes recién llegados, había un televisor donde el Derby de Jonrones podía sintonizarse. Y ese recibimiento de su compatriota triunfante va a resultarles inolvidable por mucho tiempo.

Franelas de Céspedes con los colores de la Liga Americana se venden desde anoche en la internet con el sello de las Grandes Ligas a $129 dólares, más de seis veces el salario promedio de un cubano de a pie ($20 dólares al mes). No todos pueden comprarla, obviamente, pero no puedo negarme a asumirlo con cierto orgullo cubano.

Hoy por hoy, el Rey es nuestro.

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