Llegar a Grandes Ligas: los juveniles cubanos y la montaña mágica

Llegar a Grandes Ligas: los juveniles cubanos y la montaña mágicaPor ALBERTO AGUILA

–  En la ola de fugas y deserciones que desangra al béisbol cubano, en los últimos meses arribaron a Miami cuatro jóvenes peloteros quienes en  diferentes medios de prensa han recibido muchos elogios a sus posibilidades de llegar a las Grandes Ligas en un futuro cercano.

Les deseo que  entren por la puerta ancha del profesionalismo, pero no quiero pecar de optimismo en exceso. La realidad es que ninguno del cuarteto presenta una hoja de servicios espectacular y en algunos casos ni siquiera aceptable, por lo tanto entrar en la pelota rentada y establecerse les será una tarea muy difícil.

Jugar en las Grandes Ligas del Béisbol es la máxima aspiración de miles de jóvenes que practican ese deporte en el mundo entero. Sin embargo, muy pocos logran  arribar al Big Show y menos aún son los que logran permanecer a ese nivel unos cinco años y codearse con las grandes figuras.

Por citar ejemplos, del equipo Todos Estrellas de Estados Unidos en la categoría Senior High School (18 años) en el  2000, sólo Adrián González llegó a la cima y actualmente es un codiciado jugador que acaba de firmar un jugoso contrato con los Medias Rojas de Boston. De aquel  All Stars, algunos jugaron  menos de cuatro años en las Mayores y otros nunca vistieron la casaca de alguno de los 30 equipos.

Entre los recién llegados, el jardinero Yasiel Balaguer ya jugó fuera de Cuba durante el Mundial Juvenil de Thunder Bay, Canada (2010), pero su actuación estuvo muy por debajo del resto del equipo. Los tres restantes, Marcos Barrios, Andi Oliva y Daniel Ceballos, bisoños lanzadores, no integraron el elenco nacional por diferentes motivos aunque sus resultados del 2007 a la fecha en diferentes categorías fueron meritorios, según las estadísticas de la Federación Cubana de Béisbol.

Otros jugadores cubanos del Mundial Juvenil del 2008, José Iglesias, Noel Argüelles y Adeyni Echevarría, sobresalieron notablemente, llamaron poderosamente la atención de los scouts y jugaron al menos una campaña en Series Nacionales, credenciales que les pemitieron ser captados rápidamente y ya militan en diferentes organizaciones profesionales.

¿Antes o después?

Muchos se ha escrito y mucho se ha hablado entre especialistas y aficionados acerca de cuál es el momento en que los muchachos deben dar “el salto”. Unos indican que debe ser cuando transitan por las filas juveniles, pero en la práctica los datos muestran que ningún cubano  llegado aquí en esas edades ha marcado pauta en la pelota rentada, a diferencia de los que vinieron cargados de éxitos de las Series Nacionales como Rolando Arrojo (13 torneos), Orlando “Duke” Hernández (10), José Contreras (10), Alexei Ramírez (7) y Kendry Morales, entre otros triunfadores recientes.

Hay que decir también que las dos figuras cubanas más prometedoras actualmente en Grandes Ligas, Aroldis Chapman (Rojos de Cincinatti) y Dayan Viciedo (Medias Blancas de Chicago), ya habían tenido desempeños de altos quilates en las series nacionales de la isla.

A partir de 1994 al menos unos 60 jugadores de esa categoría llegaron a Estados Unidos con el sueño dorado de las Grandes Ligas. Pero todavía está por ver al primer triunfador consistente. Entre ellos aparecen Hansel Izquierdo, Michael Tejera, Alex Sánchez y Michel Hernández. Brayan Peña (Reales de Kansas City) arribó en 1999 y hasta ahora no ha podido consolidarse, desempeñándose como segundo o tercer catcher en seis contiendas de Grandes Ligas. Su  principal empujón ha sido en las Ligas Invernales Caribeñas.

Meta difícil

Acerca de lo escabroso que resulta ser pelotero de Grandes Ligas, Dale Petroskey, quien fue presidente del Salón de la Fama del Beisbol en Estados Unidos, dijo: “De cada 20 jugadores que firman como profesionales, 19 de ellos nunca llegarán al Big Show”.

Petrokey pronunció sus palabras en la inauguración del Centro León, una institución dedicada a realizar actividades deportivas en República Dominicana.

Entre quienes llegan a Grandes Ligas, un tercio no dura una temporada y dos tercios no llegan a cinco campañas. El promedio de una carrera allí es de cuatro contiendas, según Petrokey, considerado un gurú del béisbol profesional.

También expresó: “Hay tres millones de jóvenes de Pequeñas Ligas que cada año practican béisbol y de ellos mil 500 universitarios se escogen anualmente para firmar como profesionales. Solo un cinco por ciento tendrá probabilidades de pisar alguna vez un terreno de las Mayores”.

Como dejan ver las estadísticas de Petrokey, a las futuras estrellas cubanas les queda mucho por andar para ascender a la Meca beisbolera. Y eso sin hablar de lo que significa sostenerse entre los jerarcas de la mejor pelota del mundo.

Ojalá que Yasiel, Marcos, Andi y Daniel lo tengan en cuenta para llegar lejos.

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