Conrado Marrero espera por su pensión de Grandes Ligas

Marrero, patriarca del beisbol cubano.

Marrero, patriarca del beisbol cubano.

Por José Antonio Michelena

LA HABANA.- Aferrado a la vida y escuchando narraciones de béisbol, el estelar Conrado Marrero espera aún por la pensión que las Grandes Ligas acordaron pagarle a sus veteranos el pasado año.

Rogelio Marrero, nieto del legendario Guajiro de Laberinto, confirmó las intenciones de la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas (MLBPA) en resolver el dilatado asunto de la pensión del ex jugador, que el pasado 25 de abril cumplió 100 años.

Rogelio comentó que “están en conversaciones” que avanzan por ese camino, pero no quiso ofrecer detalles de los avances.

A finales de agosto, el director ejecutivo de la MLBPA, Michael Weiner, declaró al periodista Bill Madden del diario New York Daily News, que la Asociación estaba trabajando “duro y con rapidez” para resolver el caso de Marrero en pocos meses o tal vez semanas, y determinar el estatus de su pensión.

Paciencia de veterano

Pero cinco meses después, el veteranísimo ex lanzador sigue esperando -con la paciencia que caracterizó sus grandes momentos en el box- que el dinero llegue algún día a La Habana.

Marrero es en la actualidad el ex Grandes Ligas más longevo del mundo, luego de la muerte de Tony Malinosky el pasado año.

Hasta ayer fue imposible a CaféFuerte obtener una reacción de la MLBPA.

Rogelio conoce lo publicado por el diario estadounidense y está muy al tanto de todo lo que tiene que ver con su abuelo, quien sufrió una fractura de cadera el pasado 26 de julio y permanece actualmente en silla de ruedas.

Una decisión histórica

En abril del 2011, la oficina del Comisionado del Béisbol de Grandes Ligas y la Asociación de Jugadores anunciaron un acuerdo para pagar una pensión de $10,000 dólares anuales a los peloteros que se retiraron antes de 1980. La decisión beneficia a unos 900 ex jugadores que jugaron menos de cuatro temporadas entre 1947 y 1979, y no han podido beneficiarse del plan de retiro de las Grandes Ligas.

El acuerdo implicó hacer efectivo estos pagos por un periodo inicial de dos años y volver a discutirse el asunto en otra negociación colectiva. El dinero saldrá principalmente del impuesto que los equipos tienen que abonar cuando sus nóminas son demasiado altas, como es el caso de los Yankees de Nueva York.

Pero el caso de Marrero es particular, porque a su paso por Grandes Ligas completó el tiempo reglamentario para acogerse a los beneficios integrales del plan de pensiones de las Grandes Ligas.

Marrero se incorporó a las Grandes Ligas a los 39 años y jugó para los Senadores de Washington entre 1950 y 1954, con balance de 39 victorias y 40 derrotas.

Una deuda muy vieja, con un caudal enorme

De hecho, Marrero debió recibir su pensión como retirado desde que cumplió 62 años, pero la ley del embargo y su residencia en Cuba imposibilitaron hasta ahora esos pagos. Hasta el momento, nadie había realizado gestiones sobre el retiro que merecía por sus servicios en Grandes Ligas, ni siquiera el propio Marrero se interesó en ello durante sus varias visitas a los Estados Unidos en décadas recientes.

El pago podría sumar una abultada cuenta de miles de dólares en beneficio de la familia Marrero. El ex jugador vive con su nieto y otros tres familiares en un modesto apartamento de barriada del Cerro, cerca del estadio Latinoamericano.

La flexibilización implementada en años recientes por Washington para el pago de herencias a residentes en Cuba, así como las medidas decretadas por el presidente Barack Obama para facilitar el envío de remesas a la isla, podrían agilizar los trámites a favor de Marrero. A eso se suma que su hijo Orestes reside en Miami.

Las pensiones de la MLBPA constituyen un reconocimiento a la contribución que esos veteranos para que el béisbol alcanzara el éxito y la popularidads que goza en nuestros días en Estados Unidos. Y Marrero es uno de ellos.

Mientras hace bullpen, en espera de la pensión, Marrero sigue aferrado a la vida como siempre lo ha hecho, a través del béisbol. Según Rogelio, nuevamente El Premier está siguiendo por radio las incidencias de la actual temporada cubana de pelota.

El invencible Guajiro de Laberinto continúa lidiando con la ceguera, la sordera y el tiempo con la ayuda de su estoica familia. Ojalá la pensión llegue antes que se le apaguen, definitivamente, las luces del estadio.

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