Hipérboles y blogueros
Por ANTONIO CONTE
-Si Fidel y Raúl Castro son poseídos de pronto por el espíritu de Mijail Gorbachov, cuelgan los guantes y disuelven la Asamblea Nacional, los ministerios, Buró Político, Comité Central, Consejos de Estado y Ministros, ¿quiénes van a sazonar la república que vendrá?
La lista de blogs, oficiales e independientes, afuera y adentro, le da la vuelta al globo. Cada bloguero tiene su opinión. La bulla que armamos es tanta que casi nunca se oye nada. Mientras, Fidel y Raúl, poseídos por Coco Fariñas, las damas y el Parlamento Europeo, anunciaron que los presos de Primavera Negra se van, a la casa, o a España. Pero se van. ¡Enhorabuena!, porque no he visto a muchos compatriotas alegrarse con la noticia.
Mientras, Sindo Garay afina la viola y canta: “Los blogueros que a mí me asaltan son tantos que se atropellan; y como de bloguearme tratan, se agolpan unos con otros, y por eso no me mangan”. Lo que ni blogueros ni opositores tienen es un plan de gobierno, y si lo que se quiere es que los hermanos espanten la mula, hay que inventarse uno (para empezar) de acuerdo a la cantidad de partidos ilegales que existen. Aunque tampoco hay que exigir tanto, que los blogueros no son políticos de oficio.
Se supone que algunos partidos tienen su programa bajo la manga. Pero no se ve tierra ni pájaros graznando sobre cubierta. Muchas lágrimas sí, tan jaraneros como fuimos. Todo se diluye en palabras, de una y otra parte. La confusión semántica es de tres pares, como si Ciencias Políticas e Historia se amamantaran de abstracciones. Y doce millones esperando. Los opositores habrán de buscar un poco más de representatividad, que obreros, estudiantes y campesinos no han desaparecido del paisaje. Vaticinando la caída inminente del gobierno mañana por la mañana, ni Genaro se cae de la mula.
Un día antes de que lo asesinaran, cuando salía de la Universidad Sergio Arboleda, donde dictaba la cátedra Historia Política y Constitucional de Colombia, Álvaro Gómez respondió varias preguntas de Jorge Enrique Botero. El proceso 8 Mil contra el presidente estaba en candela, y todo indicaba que iba a renunciar ante la presión del Congreso, los medios, y las declaraciones de su ministro de Defensa, Fernando Botero.
-¿Usted cree que Samper se va a caer? –fue una de las preguntas.
-No –respondió Gómez-, no se va a caer porque nadie lo está tumbando.
Tampoco nadie está tumbando a los Castro. Fidel dijo, en varias ocasiones: “Subimos a tiros al poder, y a tiros hay que bajarnos”. Se marcha, se habla, se escribe, se llora hasta la inscripción de nacimiento. Partidos, blogueros; los salmos se desbordan y nos encomendamos al Señor, pero no es suficiente, y se espera a que otros nos cocinen el ajiaco, porque somos los más lindos, sabrosos, simpáticos, los más hiperbólicos. El mundo se despedaza (si es en México ni te escondas) y nadie nos va a limpiar la casa.
Mientras, seguiremos jugando a la guerra de las palabras, y si sopla virazón, habrá que mandar a buscar a los americanos para que pongan orden en la tierra más hermosa que ojos humanos vieron. Colón -¡atájenlo!-, disparó la primera hipérbole de la historia de Cuba.