Orlando Luis Pardo: Me duele la insolidaridad de la gente en Cuba

El escritor y bloguero Orlando Luis Pardo Lazo a su llegada a Miami.

El escritor y bloguero Orlando Luis Pardo Lazo a su llegada a Miami.

Por Wilfredo Cancio Isla

Hasta el último minuto antes de su salida de Cuba,  el escritor y bloguero Orlando Luis Pardo Lazo vivió momentos de incertidumbre. Ya en el aeropuerto internacional de La Habana, las autoridades le retuvieron el pasaporte por una hora, manteniéndolo bajo la incógnita de si podría tomar el avión que lo traería a Miami.

Pero finalmente el pasaporte volvió a sus manos y aterrizó en Miami el 5 de marzo, luego de una prolongada demora de la partida del avión. No fue una fecha cualquiera. Mientras volaba se produjo el anuncio de la muerte del presidente venezolano  Hugo Chávez, lo que desató una frenética reacción en cadena de los pasajeros al arribar a territorio estadounidense.

“Me enteré justo cuando el avión aterrizaba… Se recuperó la cobertura de los móviles y la gente repetía Chávez, Chávez, Chávez, muerto, muerto, muerto”, recordó Pardo Lazo, de 41 años.  “Caí en shock y en lo primero que pensé fue en  lo que podría estar sucediendo en La Habana, porque siempre he tenido el temor que el Día F (muerte de Fidel Castro) o el Día CH (por Hugo Chávez) se podrían generar movimientos profilácticos para prevenir las reacciones de la gente”.

OLPL -como suele identificarse- es  hoy una de las voces contestatarias  más notables de la intelectualidad cubana. Bioquímico de profesión, Narrador de ficciones, fotógrafo y editor de publicaciones digitales, autor del punzante blog Lunes de Post-Revolución y activista cívico de intensa labor en las redes sociales, la  trayectoria de Pardo Lazo se destaca por su desafiante compromiso con la libertad de expresión y el ejercicio democrático en la isla.

Ha sido invitado a cumplir un programa de lecturas, paneles y charlas en instituciones académicas de Nueva York, adonde viajó horas después de su llegada a Miami. A partir de este viernes estará, junto a su colega y amiga Yoani Sánchez en la conferencia The Revolution Recodified, un evento de tres días organizado por The New School y la Universidad de Nueva York (NYU) para discutir el impacto de las tecnologías digitales en la sociedad cubana.

Del panorama de la isla, la reforma migratoria y  la suerte del escritor Angel Santiesteban, -recientemente condenado a cinco años de cárcel- habló OLPL en esta conversación sostenida en Miami pocas horas después de su arribo. Estas son sus  impresiones y certezas sobre un país en trance, contadas en presente, pensadas en futuro.

La era de Raúl Castro y los triunfadores insolidarios

Hay como un nuevo status quo en el país con Raúl Castro ominipresente. La gente no ha votado por él, pero ahí está. Muchas personas han empezado a ser emprendedores, con el otorgamiento de licencias laborales para los nuevos negocios, y eso ha provocado nuevas insolidaridades. A los activistas, la sociedad civil, los opositores, les cuenta cada vez más trabajo imbricarse con ese mundo, porque una licencia de la cual tú vas a vivir y van a vivir tu familia y tus hijos, con la cual vas a poder tener mejores condiciones de vida o vas a poder conseguir los recursos para emigrar, pues depende de tu silencio. Tú vendes hamburguesas y también vendes tu silencio. Entonces cuando te acercas a determinadas personas que se convierten en triunfadores, son triunfadores insolidarios. No contribuyen a esa amalgama social de pensar la Cuba de hoy y queda en manos del gobierno, en una soledad total, dirigir verticalmente los destinos de la sociedad.

El chiste del barbero

A veces estoy optimista, a veces pienso que avanzamos hacia una sociedad más plural, más inclusiva, pero a veces también siento una apatía muy grande a nivel del barbero, que te hace un chiste político, pero después es incapaz de darle un gladiolo a las Damas de Blanco. Se aterra. El miedo es una condición permanente y prevalece por la falta de información que existe dentro de Cuba. Es muy sencillo. Usted sabe que han atacado o golpeado a una persona porque lo vio, pero si mira para allá, en dirección contraria, no hay ataque. Es decir, se aprovechan de la desviación de la mirada y todo el mundo está como mirando hacia otra parte para no sentirse culpable por su propia insolidaridad. Eso yo lo siento y me duele, porque a veces me hace sentir poco orgulloso de ser cubano, y pienso que la semillita está siendo tirada en el desierto. Pero hay algo que es como una fe de persistencia que te hace pensar que la verdad va a emerger, que la palabra tiene un peso y no se ha muerto el alma de la nación cubana, que incluye la isla e incluye el exilio. Y ese es uno de los motivos por los cuales también estoy aquí, para escuchar, aprender y de alguna manera reconstituir la parte del corazón que me falta por las decenas de personas queridas que están ausentes,  familiares y personas queridas que han salido del país y uno se va quedando en una especie de soledad.

Reforma migratoria y razones ciudadanas

No hay ningún gesto de liberalismo ni de agradecimiento cuando uno ejercita un derecho. De todas formas vale decir que esta reforma migratoria, o Reo-Forma, porque tiene que ver con los reos que somos todos los ciudadanos dentro de la isla, tiene puntos muy claros, pues por motivos tan “concretos” como “otras razones de interés público” te pueden negar el pasaporte o la salida del país. Ya no son los motivos más o menos conocidos como vínculos militares, razones laborales por ser un funcionario público o un proceso legal pendiente, sino que otras cuestiones pudieran a mí impedirme volver a los Estados Unidos. No lo sé, porque son otras razones de interés público.

Hay un golpe de limpieza de imagen del establishment en Cuba, con esta reforma migratoria. Quisieras recordar que esta reforma estaba solicitada a nivel ciudadano por miles de firmas a través del Proyecto Heredia, que promovió Oswaldo Payá Sardiñas y su Movimiento Cristiano Liberación desde el 2007, y en el que se hablaba de la libertad de movimiento como un derecho humano consagrado.

Lavado de imagen

Yo no estoy aquí porque tengo libertad de movimiento, sino porque me han hecho una concesión, porque por el momento no soy otra “razón de interés público”.  Pero para la próxima -como mismo temí hoy en el aeropuerto cuando mi pasaporte estuvo secuestrado por una hora- no sé si como ciudadano tendré el derecho de salir. El Proyecto Heredia, sin embargo, estaba consagrando ese derecho y otros derechos humanos. Y el régimen, con un cinismo triste,  se va apropiando de una serie de iniciativas ciudadanas, las absorbe y las impone como lavado de imagen. Así vamos a terminar con McDonald en La Habana, tal vez, pero no nos vamos a comer esa McDonald porque tengamos el derecho a comérnosla, sino porque la política de Estado indica que, en ese momento, es políticamente correcto consumirla.

Ojalá ese derecho de entrar y salir sea para todos los cubanos: los que están en la isla y los que están fuera de la isla, que tienen derecho de entrar al país cada vez que lo deseen, no cuando le concedan el pasaporte habilitado u otra prebenda de ese tipo.

De Yoani Sánchez

Ha habido cierta controversia con sus declaraciones en Brasil, pero pienso que todo se debe a que existe mucha ansiedad de discurso. Cuesta trabajo encontrar una palabra de fe, una palabra transformadora de nuestra realidad, y Yoani tiene muchos ojos encima y muchas lecturas -buenas, malas, regulares, pero con mucha ansiedad- y, como que de repente, una línea de ella se convierte en titular inmediatamente. Y carga mucha responsabilidad también. Una responsabilidad, un gran peso, con el que yo me sentiría apabullado. De repente tener 400 mil seguidores en Twitter y otros tantos hits en su blog, y que todas las cámaras y toda la atención estén sobre ti, debe ser un tanto aterrador. Lo que nunca me pasó por la mente es que me nos íbamos encontrar juntos compartiendo en un evento en Nueva York. A ella le fue negado el permiso de salida 20 veces -es literal, no es una frase: 20 veces-;  yo lo pedí dos veces nada más. Pero no era de esperar esta feliz coincidencia.

Odisea de Angel Santiesteban

En mi opinión esas ocho escritoras que ahora critican el comportamiento de Angel Santiesteban, han sido invitadas a opinar por la oficialidad, ya que de otra manera ninguna se hubiera atrevido a pronunciar las palabras “Angel” y “Santiesteban” en público. Si lo hicieron a cambio de un privilegio o jugando a hacerse las tontas de buena fe, es igual: denota un síntoma terrrible de nuestra intelectualidad, una indigencia de criterios donde el escritor sobreentiende que no puede hablar de nada hasta que no se le sugiera y en el marco que se le sugiera. Casi estoy tentando a decir que es indignante que un grupo de mujeres se comploten como género contra un hombre preso, sea o no sea culpable, pues en el juicio lo que hubo fue un atroz problema de procedimiento y de pruebas insuficientes, según tengo entendido por su abogado.

Si ellas hubieran cuestionado el sistema legal cubano por lo que hizo, entonces al final hubieran tenido cierto derecho a darle un responso a Angel Santiesteban, pero tal como fue, es obvio que el sistema está tratando de demostrar que hay consenso en Cuba. Antes de ser sentenciado por el tribunal, un agente de la seguridad llamado Camilo le dijo -cuando lo arrestaron por una protesta pública en noviembre- que le iban a echar cinco años y así fue. Para colmo, ahora ellos mismos violan su ley y lo ponen de inmediato en un régimen superflojito, lo que no se corresponde con la gravedad supuesta del supuesto delito.

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