Extraditado a Chile exmilitar acusado por asesinato del cantante Víctor Jara
Pedro Barrientos fue puesto bajo custodia de fuerzas chilenas del orden y ahora se enfrenta a acusaciones del secuestro y asesinato cometidos en el Estadio Nacional de Santiago de Chile tras el golpe militar de Augusto Pinochet en 1973.
El gobierno de Estados Unidos envió de vuelta a Chile al exmilitar Pedro Pablo Barrientos Núñez, acusado en su país de origen por el asesinato del legendario cautautor Víctor Jara (1932-1973).
Una unidad de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) en Miami condujo a Barrientos, de 74 años, hasta el avión que lo traslado rumbo a Santiago de Chile el pasado 30 de noviembre para entregarlo a las autoridades chilenas.
El Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE/DHS) difundió un comunicado con imágenes de Barrientos entrando al avión que lo llevaría a Chile para enfrentar la justicia.
Con su extradición, Estados Unidos cierra el ciclo de justicia en relación con Barrientos, exoficial de la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile (DINA) que fue incluso sometido a un proceso de desnaturalización por mentir en la solicitud de su ciudadanía estadounidense. La DINA es considerada como la Gestapo de Pinochet.
“La desnaturalización y expulsión de Barrientos demuestra que la ley alcanzará a quienes la infrinjan, tarde el tiempo que tarde”, declaró Garrett Ripa, director de la Oficina de Operaciones de Expulsión (ERO) de Miami. “Estamos orgullosos de colaborar HSI, la Fiscalía Federal del Distrito Central de Florida y un gran número de organismos encargados de hacer cumplir la ley, y que volcaron todos sus recursos para asegurarse de que Barrientos se enfrente a la acusación en su país de origen.”
A su llegada a Chile, Barrientos fue puesto bajo custodia de fuerzas chilenas del orden y ahora se enfrenta a acusaciones del secuestro y asesinato cometidos en el Estadio Nacional de Santiago de Chile tras el golpe militar de Augusto Pinochet contra el presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.
El subprefecto Gerardo Raventos, directivo de la Oficina Central Nacional Interpol Santiago, confirmó la llegada de Barientos al país, y su traslado al campo militar de Peñalolén donde será informado de su proceso judicial.
Barrientos permanecía arrestado en Estados Unidos desde el pasado 5 de octubre, cuando un operativo conjunto que involucró a agentes especiales HSI en Tampa y oficiales del Departamento de Seguridad Nacional y fuerzas policiales de Florida lo detuvieron en una vivienda en la ciudad de Deltona.
El exmilitar chileno estaba prófugo de la justicia y era buscado desde el pasado 14 de julio, fecha en que fue despojado de su ciudadanía estadounidense por un tribunal de Florida. El retiro de su naturalización se produjo en consideración de que usó repetidamente información falsa en la solicitud de ciudadanía para ocultar su implicación en ejecuciones extrajudiciales en Chile.
Barrientos, agente de la DINA del contingente de Tejas Verdes, fue entrenado por la Escuela de las Américas, ubicada en Fort Benning, en el estado de Georgia, y ahora rebautizada como el Instituto Hemisférico Occidental para la Cooperación en Seguridad de Estados Unidos.
Era el último de los militares acusados por el asesinato de Jara que no se ha enfrentado a los tribunales chilenos, pues escapó a Estados Unidos con una visa de turista en julio de 1990, justamente cuando Chile comenzaba la transición democrática bajo la presidencia de Patricio Aylwin. Siete años después se casó con una ciudadana estadounidense y logró naturalizarse en 2010.
Su caso era objeto de denuncias internacionales desde 2012, tras ser identificado como el asesino de Jara en un documental de investigación que se emitió por Chilevisión.
En 2016, ocho militares retirados fueron condenados a 18 años de prisión en Chile por el asesinato de Jara; un noveno veterano de las fuerzas armadas fue condenado a cinco años por encubrimiento.
Ese mismo año, un tribunal federal de Orlando, Florida, ordenó al exmilitar a pagar una compensación millonaria por daños y perjuicios a la familia Jara, que presentó una demanda civil en nombre de la esposa del cantante, Joan Turner, y sus dos hijas, Manuela Bunster y Amanda.
Turner, bailarina de profesión, falleció a los 96 años el pasado 12 de noviembre, poco después de cumplirse el 50 aniversario del asesinato del cantante.
En Santiago de Chile, vive su hija Amanda, de 59 años, quien preside la Fundación Víctor Jara.
El asesinato de Víctor Jara fue uno de los más atroces crímenes cometidos por a la dictadura de Augusto Pinochet. El músico, que era profesor en la Universidad Técnica Estatal, fue torturado y ultimado con 44 balazos, y severos golpes en el rostro y las manos que le causaron 56 fracturas, según una investigación judicial.