Autódromo compensará a organizadores de festival de música cubana en Miami

El promotor musical Hugo Cancio, uno de los organizadores del festival cancelado en Miami en el 2011.

El promotor musical Hugo Cancio, uno de los organizadores del festival cancelado en Miami en el 2011.

Por Redacción CaféFuerte

Un tribunal de Miami-Dade determinó que el complejo de carreras de Homestead actuó en pleno derecho al cancelar en sus predios un polémico festival de música cubana con participación de artistas de la isla, pero el veredicto le impuso compensación financiera a los afectados por la suspensión del evento hace dos años.

El fallo del jurado -dado a conocer en la noche del lunes- consideró que el autódromo Homestead Miami Speedway podía romper el contrato firmado para la celebración del festival, pero no por las razones que dieron a los organizadores y divulgaron en los medios de comunicación.

El litigio entre ambas partes quedó zanjado mediante una compensación de $567,000 dólares que el autódromo deberá retribuir por los daños y perjuicios ocasionados a las compañías MIA Resorts, propiedad del empresario cubanoamericano Luis Arias, y Fuego Entertainment, del promotor musical Hugo Cancio.

El jurado, compuesto por tres mujeres y cuatro hombres, deliberó el lunes por más de ocho horas para llegar a una decisión final. El fallo consideró que, aunque los directivos del complejo automovilístico actuaron legalmente, sus alegaciones para invalida el contrato y echar por tierra el proyecto de los promotores del certamen musical resultaron difamatorias.

Música versus intolerancia

“En esta decisión prevaleció la razón y la justicia”, dijo Cancio a CaféFuerte. “Las reacciones extremistas e injustificadas tienen consecuencias. La música y la cultura son antídotos contra la intolerancia y las injusticias, y confío en que sucesos como este no vuelvan a suceder en nuestra ciudad”.

Luego de un prolongado proceso de aplazamientos, mociones interpuestas y negociaciones infructuosas entre ambas partes, el juicio se desarrolló desde el lunes 4 de febrero, presidido por la jueza de circuito Sarah Zabel.

La controversia en torno al evento se generó en febrero del 2011, cuando el complejo Homestead Miami Speedway rompió el acuerdo con los organizadores del evento para acogerlo en su sede, alegando que no se les informó previamente de la participación de músicos provenientes de Cuba.

El festival estaba programado para el  9 de abril del 2011 con la idea de reunir en el autódromo a unos 30 grupos musicales de Cuba y Estados Unidos, pero la convocatoria incomodó a grupos de exiliados que calificaron la presencia de artistas residentes en isla de “provocación castrista”.

Entre los grupos invitados figuraban Juan Formell y Los Van Van, David Calzado y la Charanga Habanera,  José Luis Cortés y NG La Banda, Elito Revé y su Charangón, el dúo Buena Fe, Gente de Zona, Moneda Dura y el rapero Baby Lores, todos residentes en la isla.

Información bajo la mesa

En medio de acaloradas discusiones en la radio y los medios locales, los directivos del autódromo optaron por suspender el festival, argumentando que MIA Resorts y Fuego Entertainment les ocultaron información sensible a la hora de firmar el contrato.

La cancelación del contrato provocó una demanda inmediata de los organizadores, alegando daños y perjuicios. Los demandantes reclamaban una compensación de $1 millón por las pérdidas ocasionadas tras la suspensión del evento y el incumplimiento del contrato.

La pista de Homestead es propiedad privada y tiene capacidad para 65,000 espectadores. Los organizadores del festival dijeron que sus compañías perdieron miles de dólares en publicidad y en las cancelaciones de boletos reservados por turistas de Europa y América Latina. El precio de la entrada era de $40 dólares.

Durante el juicio, los abogados de Homestead Miami Speedway insistieron en que el festival les fue presentado al la dirección del complejo como un evento latinoamericano, sin la especificación que incluiría a artistas y grupos de Cuba.

El abogado Paul B. Ranis, de la firma Greenberg & Traurig, negó que sus clientes ocultaran información sobre el evento, y presentó como evidencia documentos y vallas publicitarias aprobadas por los directivos del autódromo.

Los gastos legales por parte del complejo de carreras se estiman cercanos a los $800,000 dólares durante los últimos dos años de litigio. El complejo tiene el respaldo de NASCAR, la poderosa asociación de carreras de autos en Estados Unidos.

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