El Herald dice adiós a su histórico edificio en Miami

El emblemático edificio de la Bahíade Biscayne dejó de ser la sede del Miami Herald desde la medianoche del 17 de mayo.

El emblemático edificio de la Bahíade Biscayne dejó de ser la sede del Miami Herald desde la medianoche del 17 de mayo.


Por Miguel Fernández Díaz
La noche del jueves 16 de mayo, los empleados de la companía Miami Herald se despidieron del edificio que albergó por los últimos 50 años a la más poderosa empresa periodística del sur de la Florida.

La edificación, ubicada en el mismo centro de Miami y con vista privilegiada a la Bahía de Biscayne, está ahora en manos de Genting, el consorcio radicado en Malasia que adquirió la propiedad con planes de hacer casinos, un hotel, centros comerciales y lujosos apartamentos en el lugar.
Por primera vez en su larga historia, el Herald deja de tener sus oficinas en el centro de la ciudad que identifica su rótulo y se traslada hacia la municipalidad del Doral, en un terreno situado en el 3511 NW 91 Ave. Un signo de los nuevos tiempos que corroen la industria periodística y acorralan a una compañía que ha tenido que dejar su sitio natural en aras de sobrevivir a duras penas.
La suerte del emblemático edificio está en dudas, pero todo parece indicar que los planes de Genting -aún con la negativa de Tallahassee a autorizar el juego de azar- no se detendrán. Los nuevos dueños tienen la idea de demolerlo para iniciar la construcción acelerada de una zona de glamour y “solaz esparcimiento” en los 750,000 pies cuadrados que ocupaban los Herald.
Permiso de demolición
Todavía no ha sido solicitado oficialmente el permiso de demolición ante la Ciudad de Miami, pero el proceso será inevitable en los próximos meses. Por explosión o por derrumbe a aldabonazos, la estructura física que albergó al Herald desaparecerá para siempre.
Al completar el traslado previsto a la sede de Westpoint Business Park, en Doral, la compañía Miami Herald Media deja una huella histórica centenaria, que comenzó con la compra del diario en quiebra The Miami Evening Record  por el acreedor Henry Flagler -a través del editor Frank Shutts- y su rebautizo como The Miami Herald (diciembre 1, 1910). El periódico pasaría por compraventa el 25 de octubre de 1939, de Shutts a John Knight, quien asumió la dirección editorial y encargó a su hermano James administrar el negocio.
Marchó tan bien que -sin dejar de salir- The Miami Herald se mudó, en marzo de 1963, hacia la Bahía de Biscayne antes de que se cumplieran tres años de la primera piedra, colocada en One Herald Plaza el 19 de agosto de 1960. Aquí empezó a publicarse en 1976 un suplemento en español, que hacia 1987 se denominaría El Nuevo Herald y al año siguiente circularía como periódico independiente. Las oficinas de El Nuevo Herald estaban inicialmente en Coral Way y la Avenida 32, en Miami, pero luego el personal se integró al edificio matriz de la compañía.
En marzo del 2006, tras anunciar que compraba el consorcio mediático Knight Ridder por 6,5 billones en efectivo, acciones y títulos de valor, el grupo McClatchy se adueñó de los heraldos anglo e hispano de Miami. Para mayo de 2011 se revelaría que la sede frente a la bahía se había vendido por $236 millones a la firma de turismo y juegos de azar Genting Malaysia Berhad.
Chickengate y suicidio
Aparte de la veintena de premios Premio Pulitzer, que comenzaron por los reportajes (1951) sobre crimen organizado e incluyeron a Liz Balmaseda (1993) por artículos sobre los cubanoamericanos en Miami y al staff de noticias (2001) por los reportajes sobre el caso del balserito Elián González, otros acontecimientos jalonaron a los heraldos miamenses en las dos últimas décadas, más acá o más allá del mérito profesional:
Febrero 18, 1994: The Miami New Times  informó que un memo interno del gerente Joe Natoli -sobre la investigación administrativa de rumores sobre falta de higiene en la cafetería del periódico- oculta una suerte de “Chickengate”. El enemigo rumor consistía en que uno de los empleados había sido sorprendido fornicando con un pollo muerto o, según otra versión, masturbándose frente a dos pollos muertos. El memo interno se refería a “the chicken situation”. En todo caso nunca más se supo de aquel empleado desde que circuló el memo.
Julio 27, 2005: Un ex comisionado de la ciudad de Miami, Arthur Teele, bajo la mira del semanario Miami New Times por drogas y trato con prostitutas transexuales, se pega un tiro mortal en el lobby del Miami Herald tras dejar un paquete para el columnista Jim DeFede, quien había registrado una conversación por teléfono con Teele, sin advertirle que grababa y así dio pie a ser expulsado del Herald.
Mayo 26, 2012: Las cámaras de seguridad de One Herald Plaza graban al zombie Rudy Eugene atacando brutalmente al homeless Ronald Poppo para desencadenar el video más viral de Miami en el 2012.
El año más escandaloso
Sin embargo, el 2006 parece haber sido el año más escandaloso en el decurso histórico de Miami Herald Media Co.:
Enero 19: Robert Annable, consejero de salud mental en el Condado Brevard, sube a la torre de radio que se levanta detrás de la sede del Herald junto a la Bahía de Biscayne y exige al gobierno de Estados Unidos dar la información que tiene sobre su hermano, quien había desaparecido hacía cuatro décadas. Annable bajaría cuatro horas y pico después.
Septiembre 8: El editor Jesús Díaz despide a tres periodistas de El Nuevo Herald por colaborar con Radio y TV Martí, algo que también hacían otros y venía haciéndose desde la inauguración misma de la emisora en 1985. La participación de periodistas y ejecutivos de El Nuevo Herald en programas de Radio Martí era un hecho público, pero desconocido por los editores de The Miami Herald que guiaron el artículo que “reveló” el caso, Miriam Márquez y Manny García, hoy director de El Nuevo Herald. Díaz tendría que reponer a los periodistas expulsados y renunciar al cargo un mes después de desatarse el escándalo.
Noviembre 24: José Varela, ex caricaturista de El Nuevo Herald, burla a los agentes de seguridad con credencial falsa e irrumpe en la redacción del Herald hispano con atuendo de camuflaje y una subametralladora de juguete, para ocupar la oficina del director ejecutivo Humberto Castelló durante casi cuatro horas antes de rendirse al escuadrón SWAT.
Al filo de la mudanza actual, otro escándalo con sordina parece más trascendente. Luego de la ola de despidos y partidas voluntarias en El Nuevo Herald desde el 2009, la pérdida de capaces periodistas, la desidia de los sobrevivientes y el fichaje de muy malos columnistas, The Miami Herald se ha contagiado con la merma de personal de valía. Debbie Cenziper se fue a WaPo y otro reportero investigativo, Scott Hiaasen, entró al staff de la jueza federal Kathleen M. Williams; su colega Lawrence Lebowitz y el columnista Robert Steinback pasaron a trabajar en el Departamento de Ética del Condado Miami-Dade.
La influencia actual de los Herald en los lectores de Miami es más por el peso de la tradición y la costumbre que por el contenido de sus páginas. La mudanza a la explanada de Doral será un nuevo reto para esta prolongada agonía del otrora bastión periodístico de Miami.

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